Diseño Estratégico

Acercando las iniciativas sociales y medioambientales locales a los jóvenes

Alejandro Lamas Vidal
Planeta nodrizo
11 min readMay 8, 2021

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En este artículo podrás conocer mejor cómo fue mi proceso de diseño para resolver el último reto que nos propusieron en la Nave Nodriza.

Un servicio digital creado para dar voz y protagonismo a quienes solemos dejar en el olvido incluso cuando se trata de decidir sobre aspectos de su futuro. Concretamente, un agregador de diferentes tipos de iniciativas y voluntariados de corte social o medioambiental en las que los jóvenes de entre 14 y 17 años puedan ser parte.

Centrado en el ámbito local, esta plataforma se crea con la intención no sólo de servir de altavoz de iniciativas y voluntariados, sino de facilitar la creación de microcomunidades entre jóvenes comprometidos con diversas causas.

Pero antes de continuar, mejor comenzar por el qué me llevó hasta esta idea.

Cuando los retos de partida son ambiciosos hay que saber aterrizar pronto.

Hace dos meses daba comienzo el último arco de trabajo en la escuela con unos invitados de lujo de diferentes perfiles para contarnos las diversas facetas y formas de afrontar el cambio global. Y con ellos, como no, también llegaba el tema a trabajar durante nuestra última etapa en la Nave.

El papel del diseño en la adaptación, mitigación y convivencia con el cambio climático

Doughnut Economic Model de Kate Raworth

Un tema amplio, sin duda, que en la siguiente sesión intentamos hacer más manejable gracias al Doughnut Economic Model. Por mi parte, decidí abordarlo desde un enfoque centrado en favorecer la participación política (political voice) usando las redes comunitarias como posible palanca para ello.

Un tema todavía muy amplio y que me llevará a darle muchas vueltas a la investigación hasta encontrar un punto en el que terminar enfocandome:

Entender las posibilidades y problemáticas de la participación política, ampliar mis conocimientos sobre el “gobierno abierto” y las multitud de posibilidades para hacerlo posible, el funcionamiento y problemas organizativos de algunas asociaciones, las razones y motivaciones para participar en ciertos colectivos, etc.

Un viaje extenso pero que, poco a poco, según iba realizando las entrevistas, fue cogiendo forma y dirigiendo mi mirada a un colectivo específico: los jóvenes y, en particular, los menores de edad.

¿Están los jóvenes como para pensar en esto de la participación ciudadana o política?

Pues sí y no, cada uno que tome su posición en este debate. Yo me quedo con dos aspectos que me gustaría destacar:

  • La participación es un derecho que debe ser promovido y perseguido por todos los firmantes de la Convención sobre los derechos del niño, entre muchos otros países, España.
Recorte de pantalla de un artículo en la página web de Ciudades Amigas de la Infancia de Unicef: https://ciudadesamigas.org/hablemos-de-participacion-infantil/
  • Decía Ángel Gabilondo en un artículo allá por 2014 en el que hablaba de la participación juvenil que “a participar se aprende participando”.

Así que tenemos que los jóvenes tienen que participar y que no podemos esperar que sean buenos ciudadanos participativos sino les dejamos ser parte y aprender de ello.

Ok, tienen que participar. Pero… ¿a ellos les interesa esto?

Bueno, esto también tiene truco pero para no alargarme mucho lo dejaré en una serie de reflexiones a las que he llegado tras mi investigación de escritorio y entrevistarme con diversos profesores de colegio e instituto, un divulgador científico y diferentes jóvenes de entre 15 y 18 años:

  • Aunque depende del colegio y su sistema de aprendizaje, a un adolescente medio para lo único que le preparan a partir de secundaria suele ser para aprobar, aprobar y volver a aprobar.
  • ¿Reflexionar y debatir? Poco, como mucho en una asignatura. ¿Y sobre el Cambio climático? Suerte si lo tratan en el instituto más allá de ese día que aparece en el libro biología.
  • Pese a ello, muchos adolescentes demuestran cierto compromiso con la necesidad de hacer más por el cambio climático, pero al mismo tiempo consideraban que ya hacen todo lo que está en su mano.
  • Una buena parte de mis entrevistados habían hecho algún tipo de iniciativa de ayuda social (recoger regalos para niños con menos recursos, ayudar en un comedor social, prestar una mano en una protectora de animales) y los que no lo habían hecho veían cierto romanticismo en la idea de hacerlo y no les importaría haber ayudado en alguna causa.
  • Salvo dos casos, no había sido una búsqueda activa lo que les había llevado a la acción social sino que se habían encontrado con que se les proponía una iniciativa y ellos habían decido sumarse. Es decir, necesitan un empujón, encontrarse con ello.
  • Existen algunos espacios institucionalizados donde la infancia y la juventud sí tiene cierta voz y contacto directo para dirigir sus peticiones a los políticos (Comisiones de Participación de la Infancia y la Adolescencia en Madrid y otras ciudades). Sin embargo, tienen poca repercusión sus peticiones, se las escucha, pero luego no se hace nada.

Sin embargo, uno de los aspectos que me resultó más relevante y que dirigió mi reto hacía donde finalmente terminé trabajando fue la siguiente cita:

Cuando yo empecé a buscar voluntariados, igual tenía como 14 años, entonces era bastante raro que encontraras como un voluntariado en el que te pudieras implicar mucho con 14 años. Y ya, como con 15 o 16, encontré Fridays (For Future) y me lancé de una, porque ahí no hace falta tener edad para el activismo”

Mei, 18 años recien cumplidos. Integrante del movimiento FFF.

Entrevista a Mei, 18 años. Integrante de Fridays For Future desde los 16 años.

Quizás no todos los jóvenes estaban deseando participar y hacer voluntariado. Pero había algunos que sí, gente que quería ayudar y ser parte de algo más grande, pero que no estaban encontrando su espacio para hacerlo.

Además, aquellos que han terminado con un perfil más activista no desarrollaron este aspecto hasta interactuar fuera de sus contextos habituales (colegio o extraescolares) con personas con intereses y un fin común.

Llega el momento de dar el salto

Finalmente, tras mi investigación, decidí trabajar optando por el siguiente reto:

¿cómo podríamos hacer más conscientes a los jóvenes de 14 a 17 años de su poder?

O, de forma menos genérica y to the point:

¿Cómo podríamos fomentar el interés, implicación y participación de los adolescentes (14–17 años) de zonas urbanas en la ayuda en las problemáticas de su comunidad?

Y termine de ajustar mis dos tipos de persona para, por fin pasarme a idear

Un agregador de iniciativas para acoger a los olvidados y promover que surjan más:

Propuesta de línea gráfica.

Changecraft es una plataforma digital (app y web) dirigida a los jóvenes de 14 a 17 años que permite a este colectivo conocer las iniciativas de corte social y medioambiental y voluntariados que se desarrollan en su ámbito local y de las que pueden ser parte.

¿Por qué ambos canales?

La app:

  • Para los jóvenes de estas edades es mucho más común el uso de smartphones que de ordenadores.
  • El sistema de notificaciones previsto tiene más sentido en avisos que salten en el smartphone que, por ejemplo, a través de email.

La web:

  • Facilita tanto la gestión de las iniciativas como el proceso de subirlas y escribir los textos explicativos en comparación con el smartphone.
  • Mayor comodidad de navegación cuando tienes que ir mirando diferentes iniciativas y leer mucho texto.

¿Por qué una idea como esta?

De mis entrevistas e incluso mi experiencia personal saqué que, aunque no siempre es fácil dar el primer paso y acercarse a movimiento sociales o asamblearios, o incluso encontrar aquella lucha que sientas tuya, cuando lo haces, tu interés por la participación y el trabajo colectivo aumenta.

Por eso, lo que busco es facilitar que ocurra lo que se muestra en la tabla de la derecha: que facilitando el acceso y conocimiento de las iniciativas que ocurren en sus barrios, encuentre un espacio donde desarrollar su identidad más activista, comprometida o social.

Gráfico hecho a mano alzada para representar una idea en base a la investigación. No se corresponde con datos cuantitativos de una muestra consistente.

Esto no va de ayudar a limpiar parques o quizás sí. Pero no solo eso.

Es importante entender que para que esta plataforma sea válida e interesante para el joven debe procurar tener siempre contenido al que pueda apuntarse. Es por esta razón por la que se ha decidido trabajar sobre varios tipos de iniciativas en lugar de solo sobre uno.

Los tres niveles de participación:

1. Microcomunidades juveniles:

Este primer tipo de iniciativa se centra en ofrecer a los jóvenes la oportunidad de hacer comunidad alrededor de los temas que más les preocupen de su barrio. Se trata de un espacio donde conectar, intercambiar opiniones e incluso proponerse líneas de acción para trabajar sobre un tema o problema conectado con lo local, lo social o lo medioambiental.

¿Cómo funciona? Cuando uno de nuestros jóvenes usuarios crea una microcomunidad, se le asocia a esta un chat, tipo Telegram. Cualquier usuario interesado en la microcomunidad podrá solicitar su acceso y, una vez validado por el creador de la microcomunidad, podrá acceder al chat, contenido compartido y empezar a participar de la conversación.

Para hacer más sencillo la creación y gestión de estas microcomunidades o el posible lanzamiento de iniciativas de acción local que surjan a raiz de esta microcomunidad, se desarrollará una guía toolkit: con consejos, recomendaciones, ideas o incluso procedimiento de contacto con otras asociaciones para informarse antes de hacer ciertas acciones.

2. Microiniciativas locales.

Se trata de acciones puntuales creadas por una asociación o similar que se ubique en el barrio y que busque en el compromiso de nuestros usuarios una mano más con las que sacar la acción adelante. Estas podrían ser: asociaciones vecinales, los Ampas de los colegios, los propios colegios, los clubs deportivos, protectoras de animales ubicadas en la zona, etc.

Para subir una iniciativa, estas asociaciones deberán haber validado antes su perfil como tal en nuestra plataforma. La razón es evitar que usuarios adultos con intereses, digamos, inmorales, puedan proponer acciones para acercarse a los jóvenes.

Estas asociaciones deberán comprometerse a que exista un responsable de los jóvenes para velar por su seguridad, correcta implicación, colaboración y, sobre todo, para hacer más fácil su primer contacto con una organización en la que no conocerán a nadie. Se prevé que haya al menos un adulto responsable por cada cinco jóvenes o, en caso de que los jóvenes tengan 14 o 15 años, será una persona por cada tres jóvenes. E

3. Voluntariados.

Como tal entendemos las ofertas de voluntariado proveniente de fundaciones, asociaciones y organizaciones que necesitan apoyo para sus iniciativas, normalmente más concurrentes o repetidas en el tiempo.

En Changecraft queremos que estas organizaciones vean en los jóvenes menores de edad una fuerza y un compromiso tan válido como el de cualquier otra persona y haremos una labor inicial tanto de contacto directo con ellas como de propuesta de actuaciones para que introduzcan a este colectivo en sus iniciativas vigentes.

Además, buscaremos impulsar un sello de “apuesta por el voluntariado juvenil” al que puedan acogerse todas aquellas que demuestren de forma continuada su esfuerzo por proponer actividades a este colectivo.

Una propuesta de escalabilidad (y financiación)

BONUS /4. Challenges de organizaciones, empresas, instituciones:

Sin embargo, es posible que los tres tipos de iniciativas anteriores no ocurran con asiduidad, sobre todo cuanto más cerrado es el círculo de búsqueda en el que pueda moverse el joven (que se ha definido, por defecto, en 1 km).

Por eso, con el objetivo de que siempre encuentren algún contenido empoderador en nuestra plataforma, se propone la posibilidad de introducir iniciativas del tipo challenge e (hackatons, concursos y cualquier actividad similar de resolución de retos a través de trabajo colaborativo).

Estos challenges podrán ser:

  • Propuestos directamente por Changecraft, en solitario o en colaboración con otras empresas, fundaciones o instituciones públicas.
  • O lanzados por terceros pero siendo también publicitados en nuestra plataforma.

Obviamente, en ambos casos, solo se promoverán cuando:

  • vayan dirigidos a nuestro colectivo (14–17 años) de forma integral o parcial (nuestro colectivo + público juvenil en general).
  • el contenido de la propuesta se desarrolle en torno a temáticas relacionadas con mejoras sociales o medioambientales, siendo valorable aquellas que tengan relación con lo local.
  • el desarrollo de la dinámica trabaje en esta idea de ofrecer a los jóvenes posibilidad de demostrar que ellos también son capaces de aportar ideas y de hacer cosas por un mundo mejor.
  • se impulse el trabajo colaborativo entre jóvenes.

Esta opción de escalabilidad nos ofrece, además, una posible vía de financiación a través del cobro de tasas por la promoción de las actividades de terceros.

Y esto, ¿cómo se vería?:

De momento, estos son algunos prototipos simples que sirven para un primer acercamiento a cómo me lo imagino. No obstante, es necesario terminar de definir la correcta arquitectura de la información, identificar los filtros más relevantes, y concretar el flujo general, antes de lanzar prototipos más cercanos a la realidad final.

Prototipo de plataforma web con visionado de iniciativas: foto + título iniciativa + nombre asociación o creador + breve descripción.
Prototipo en versión móvil: foto + título iniciativa + nombre asociación o creador

Y un journey que me imagino podría ser como sigue:

Clara descubre Changecraft y se suma a una iniciativa
Más adelante, Clara decide además crear su primera microcomunidad y empezar a intercambiar opiniones con otras personas interesadas

Algunas reflexiones éticas:

Si bien considero que los beneficios de acercar a los jóvenes a las iniciativas locales y la ayuda a su comunidad superan los problemas que esto pueda acarrear, es importante considerar algunas claves:

  • Esto no va de convencer sino de facilitar y acercar. Tenemos que ser capaces de empujar a participar sin atraparle y que a partir de ahí sea él el que siga queriendo hacer más.
  • Tenemos que tener mucho cuidado con que las asociaciones que propongan no se aprovechen de estos jóvenes de forma continuada. El adolescente está en una edad clave que tendrá mucho peso en su desarrollo futuro y deberá poder compaginar.
  • Existe un problema aún irresuelto qué es: ¿cómo podríamos asegurarnos que en una aplicación dirigida a gente menor de edad, en la que se puede crear comunidad y en la que, en cierta manera, proponemos que lancen iniciativas y se junten, no se cuele gente adulta indeseable haciéndose pasar por jóvenes?

Una despedida…

Espero que os haya gustado el proyecto. Para mi ha sido una experiencia maravillosa haber podido trabajar en una escuela como está junto a coordinadores, mentores y compañeros tan cercanos, atentos y pacientes.

Me quedo con muchas ganas de seguir aprendiendo (quién me iba a decir que un año se me iba a hacer tan corto), de poder seguir avanzando en este mundillo y de poder volver a ver a reencontrarme con todos dentro de unos años sin pandemia de por medio, pero sí muchos abrazos.

Sin pandemias, sin distancias social, con abrazos. Esto es el #sinsincon que espero que termine quedando entre nosotros.

Muchas gracias a todos.

… y un poco de mi.

Me llamo Alejandro, tengo 31 años y mi experiencia es una amalgama de diferentes trabajos e intereses: graduado en Ciencias políticas, periodista y promotor musical durante la juventud, bombero forestal, consultor de estrategia de marca en los últimos años y más cosillas que se quedan por ahí.

Pero siempre hay un punto de unión en todas ellas, me encanta investigar, descubrir y aprender nuevas cosas y si son para hacer un mundo mejor, mucho mejor.

Si quieres saber más de mí, puedes encontrarme en instagram: @alex_lamas Y, si quieres preguntarme algo, prueba en: alejandrolamasvidal@gmail.com

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