Diseño Estratégico

Forest Bank

Vicente Cano
Planeta nodrizo
10 min readMay 6, 2021

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Forest Bank es un fondo de inversión diseñado para masificar la reforestación en el contexto de la lucha contra el cambio climático. A través de un producto financiero sencillo y de larga duración (20–40 años), el usuario puede comprar una cantidad de árboles suficiente para neutralizar su huella de CO2. Cuando consiga reducirla, la plataforma le permitirá vender los créditos de carbono excedentes siempre manteniendo su saldo de CO2 a 0.

El reto

El programa del tercer arco era bastante ajustado y además estaba claro que íbamos a tener que ir incorporando conocimientos nuevos al proyecto hasta poco antes de completarlo

Desde La Nave Nodriza nos propusieron el reto más bonito posible. Como trabajo final del curso de Diseño Estratégico, debíamos crear algo contra el cambio climático con el planeta como cliente.

En 200 años, hemos emitido 750.000 millones de toneladas de CO2 y eso ha hecho que la atmósfera se caliente. La temperatura ya ha subido en más de un grado y a final de siglo habrá el doble de CO2 que ahora. Si eso sucede, el nivel del mar acabará subiendo 20 metros y sus aguas podrían volverse ácidas.

Así que ya no vale solo con comprarte un coche eléctrico para emitir menos, hay que extraer todo el carbono posible de la atmósfera. Para conseguirlo, solo hay dos herramientas: una son las algas y la otra los árboles. Cada ejemplar adulto absorbe de media 160 kg de CO2 al año.

Pero también acabamos con bosques y selvas; y a este ritmo, no quedarán árboles dentro 300 años. Por eso la ONU ha declarado ésta la Década para la Restauración de los Ecosistemas.

La UE también está alineada con estos objetivos en su Estrategia de Biodiversidad para 2030. Adoptada por la Comisión en mayo de 2020, este plan recoge la necesidad de aumentar la cantidad de los bosques con la plantación de 3.000 millones de árboles hasta 2030.

De hecho, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico se encarga de diseñar la reforestación para toda la UE y este año, el Ministerio tiene un presupuesto de 1.642 millones de euros para este fin.

Cómo podríamos…

Este fue el primero de los dos frames en la investigación de escritorio que necesité antes de terminar de formular mi reto

Frente a tamaño desafío, además la solución debe operar en la escala de tiempo humana por la urgencia. Así, la formulación de mi reto es sin duda cómo podríamos masificar la reforestación.

En cuanto empiezo a investigar veo que hay cientos de proyectos increíbles al respecto en todo el mundo, CO2Revolution, BonnChallenge, Apadrinaunolivo, Renature o Retree, a cuyo CEO, Pedro Medina, entrevisté durante la primera fase de este trabajo.

En los últimos 30 años se han producido más del 50% del total de las emisiones históricas de CO2. Nuestro sistema es adicto a este gas cuya emisión solo bajó en 2020 por efecto de la pandemia de COVID-19

Todos ellos hacen falta, pero se necesita mucho más. Según este estudio publicado en Science, habría que plantar 1.200.000 millones de árboles para absorber dos tercios del CO2 producido desde la era industrial si de verdad queremos detener el calentamiento global. De esta manera, lo que se diseñe deberá poder escalarse fácil y rápidamente o los cambios en el clima pueden ser irreversibles.

Investigación de campo

En el planeta quedan 3 billones de árboles y bajando, al ritmo actual no quedaría ni uno en 300 años

Dado que mi reto es masificar la reforestación, hablo con ingenieros forestales. De uno gallego que trabaja para el sector privado, logré una información muy valiosa: las empresas afrontan estos proyectos con una pregunta: “¿cuánto cuesta cada árbol?” Algunas ni quieren asumir el mantenimiento.

Tras esto, hice la autopsia de un proyecto que conocí hace más de 10 años. Pedro Moises, concejal de Medio Ambiente de Alcaraz, me confirmó que la fundación que impulsaba los bosques que debían rodear este pueblo de Albacete desapareció en 2015. Después de eso, los árboles murieron.

La mayoría de las entidades con iniciativas de reforestación participativas son fundaciones que ofrecen mitigar tu huella de carbono, pero casi siempre sobre iniciativas en África y América. Así, el customer journey es una mera transacción aunque a veces puedes bautizar una parte del bosque como en Reforestemos, un precioso proyecto en Chile.

En busca de un modelo a largo plazo, me topo con la experiencia de Piñel de Abajo, la localidad española con mayor tasa de reforestación. En cuanto hablo con Eduardo Perote, el forestal que lidera esta iniciativa, tengo una revelación tras otra.

Los árboles son más que cosas que producen oxígeno. Este monte de Barcelona se quemó y los bomberos decidieron convertir sus troncos abrasados en cruces como recordatorio de los seres vivos que hubo aquí

Desde su asociación Prao de Luyas llevan 15 años trabajando en terrenos baldíos o cedidos donde reforestan con frutales y otros árboles donados por viveros con grandes excedentes. Ya han logrado plantar 60.000 árboles.

Me fijo como objetivo replicar a gran escala su modelo porque es el más eficaz en recursos que encuentro durante la investigación. Aquí, lo más importante es la preparación del terreno. Para ello, se usa una retroexcavadora con la se remueve bien el lugar por donde crecerán las raíces del árbol que se plantará en meses.

Un hallazgo de primer nivel fue descubrir que consiguen gran parte de los árboles a través de viveros que los van a quemar. Sí, quemar, porque cuando ya son mayores los frutales no sirven para la venta.

A veces, esta quema de árboles también sucede a escala industrial en los viveros forestales, puesto que los técnicos de las comunidades autónomas solo quiere ejemplares de primera o segunda savia. “Hay quien se come medio millón de pinos piñoneros y los quema”, advertía Eduardo.

Él emplea esas especies en los cerros y lugares con poca agua y consigue los árboles gratis o a precios ínfimos. De propina, al usar especímenes mayores -de tres o cuatro años- plantados en ese suelo batido, se hacen innecesarios los capullos cisterna que se emplean en lugares secos.

A nosotros nos cuesta cada árbol 3,5 euros. Si compras el aparato del agua, son 3 euros más. Esto se hace igual de manera tradicional, con piedras alrededor de la planta y es gratis”, afirma Eduardo. Evidentemente plantar especímenes adultos es mejor si lo que pretendes es que atrapen CO2.

Julio (32), mi usuario

Durante la investigación acuñé en término ‘postureco’, que en absoluto es peyorativo, sino que denota la vertiente social que ha tomado la conciencia medioambiental y que está teniendo un efecto muy positivo en el comportamiento de las empresas

Tras hablar con Marisa, mi mentora de La Nave Nodriza, dirijo mi investigación con usuarias hacia personas menores de 35 años. Y no solo porque parecen más concienciadas según el Global Consumer Pulse Suvey de Accenture, también porque verán los resultados de todo esto durante sus vidas y tendrán más motivación.

Ahí, todavía pensaba en hacer algo basado para que la participación popular completara las cosechas excedentarias de viveros o algo así. Seleccioné a cinco personas que habían plantado árboles en el pasado para averiguar qué les vinculaba con ellos y me sorprendió saber que ya no sabían ni dónde están.

Cuando una llegó a decirme: “siento que una vez plantas el árbol, se pierde entre todo el bosque”, decidí replantearme un prejuicio con el que había iniciado todo el proceso.

Tras otra serie de entrevistas a usuarios de la misma edad, con un perfil también concienciado aunque menos participativo y gusto por las herramientas Fintech, llegué a la Persona de Julio.

Al final, me había construido tres personas a lo largo de la investigación. El mapa de modelos de negocio y actores, junto con el diagrama de priorización, me resultaron de una gran utilidad para tomar decisiones y escoger al más estratégico de todos ellos para masificar la reforestación.

Exactamente aquí fue cuando me empezó a quedar claro que iba a tener idear un entramado financiero para lograr mi reto de masificar la reforestación, a poder ser, además en España

Me tocó hacer investigación sobre los bonos de CO2 a dos semanas de la entrega. “Pagar por contaminar” es un concepto nacido antes del Protocolo de Kioto, donde la la economista Graciela Chichilnisky propuso la creación de los créditos de carbono.

Todo ello me había parecido algo así como anarquía capitalista desde siempre, pero ¿qué pasaría si se cambia la perspectiva de comprar bonos a cambio de lo emitido por proyectos en los que plantas árboles para emitir tus propios bonos? ¡Ajá!

Principios de diseño

Esta visualización es muy útil para esquematizar sistemas económicos complejos con diferentes actores

Es hora de recapitular los principios de diseño de mi solución:

  1. Hay una urgencia: debe dar resultados en la escala de tiempo humana
  2. Debe visibilizar el impacto de nuestros hábitos y ayudar a cambiarlos
  3. Debe ser escalable fácil y rápidamente
  4. Debe impulsar el cambio de paradigma del modelo de económico de producción y consumo imperante.
  5. Los proyectos de reforestación deberán acometerse con variedad de especies para favorecer la biodiversidad y la captación de CO2

Propuesta: Forest Bank

Forest Bank es un fondo de inversión a largo plazo (hedge fund) basado en la plantación de árboles y gestionado por un banco. Estos son unos de los grandes propietarios de tierra y además pueden gestionar la cesión de terrenos para este fin por parte de los ayuntamientos.

Julio y su banco son socios en este proyecto a través del cual el usuario puede ser 0 emisiones en unos pocos años invirtiendo una pequeña cantidad. El español medio genera unas 7,8 toneladas de CO2 al año, un saldo que puede ser 0 si tiene unos 70 árboles.

Al entrar en la web o al crear su perfil, calculará cuál es su nivel de emisión de CO2. Tras este paso, se le indicará cuántos árboles necesita para ser 0 y se le pedirá que elija el tipo de programa de inversión que prefiere: a 20, 30 o 40 años. Por otro lado, Forest Bank formará parte del ecosistema de apps de la entidad bancaria, por lo que esto puede automatizarse y afinarse mucho sin esfuerzo.

Julio adquiere derechos sobre los árboles y su explotación. Así, a lo largo de la vida útil de este servicio tendrá la oportunidad de reducir su nivel de emisiones para llegar a tu break even de CO2, cosa que también puedes lograr con una aportación inicial más alta, hasta un máximo de 10.000 euros.

Una vez que su saldo de CO2 es positivo -absorbe con tus árboles más de lo que emite-, Forest Bank le permitirá subastar sus créditos de carbono excedentes. Aquí se muestran los mercados de intercambio de estos bonos, cuyo precio sube sin parar.

Este ha sido el comportamiento de los créditos de carbono en los diferentes mercados en 10 años. La reciente creación de nuevos índices y la tendencia global hacia la sostenibilidad han disparado los precios este año

Gracias a este mecanismo mediado por su banco y tras una inversión inicial de entre 350 y 700 euros, Julio puede borrar su huella de carbono a corto-medio plazo y obtener rentabilidad en el medio-largo, siempre que consiga bajar mucho sus emisiones.

Para ello, solo tendrá que decidir a qué precio mínimo quiere vender su excedente, todo impulsado por este servicio y mediado por el banco, que le asegura un retorno de inversión al final de la vida del servicio basado en el precio que se consiga por la madera y otros productos forestales del fondo.

Por su parte, el banco consigue su propia rentabilidad económica y social -podría ser 0 emisiones a coste 0- y de paso fideliza a clientes como Julio, con un perfil de inversión responsable y a largo plazo.

Números de Forest Bank y la siguiente fase

Como es evidente, este modelo funcionará cobrando por cada árbol bastante más de lo que cuesta. Ello permitiría lanzar el servicio con un mínimo bajo de inversores aunque se fijaría en 800 usuarios para soportar los costes de estructura. En ese caso, solo sería necesario disponer de unas 200 hectáreas para uno o dos proyectos de partida.

La clave de toda la idea la da este gráfico. Por un lado, los árboles producirán un número creciente de créditos hasta llegar al máximo al cabo de un tiempo, pero las emisiones del usuario pueden descender mucho con los años. Si hiciera todo lo que indica aquí, desde 2027 podría generar ingresos con Forest Bank

El precio de 5 euros por árbol en el Fondo Pino se basa en la investigación, pero como la inversión debe tener retorno para el banco probablemente habrá que incrementarlo entre un 35 y un 100% -seguramente el precio final por árbol estará entre 7 y 10 euros- para que todo el proyecto sea sostenible económicamente.

La explotación correría a cargo de las comunidades locales, lo cual ayudará a generar economías en zonas rurales. Forest Bank cedería los beneficios de la resina, piñones, madera y otros productos a los vecinos y compartiría con ellos y los usuarios del fondo el beneficio final de la tala cuando se produzca.

Siguiendo los principios de diseño, la aportación máxima inicial está limitada a 10.000 euros para evitar que el servicio pueda ser objeto de especulación. La inversión solo está permitida a personas físicas además

Para la evolución de este servicio, se puede amplificar el impacto por dos vías. La primera aplicando el modelo en el medio marino, donde las granjas de algas tienen gran potencial como sumideros de CO2.

La segunda vía se conseguiría al añadir otros perfiles para incluir a los hijos ya que en las entrevistas, mis usuarios lo consideraron. He tratado de diseñar un modelo sostenible económicamente, pero si además se pudiera impulsar con desgravaciones fiscales o ayudas directas que mejoraran el retorno a corto plazo, sería mucho más atractiva para el usuario sin un perfil de inversión muy fuerte.

Por otro lado, si el Estado devuelve 1 euro por cada árbol plantado en Forest Bank, con 40 de esos 1.640 millones del presupuesto de los fondos europeos ya estaría reforestando aproximadamente las 20.000 hectáreas por año a las que España se ha comprometido en el plan de 2030.

En el ‘roadmap’ de producto intento recuperar a las usuarias que podrían traer sus árboles desde casa y un tercer tipo: el premium. Un gran desafío para este proyecto será buscar cómo mantener el vínculo con esos árboles que han plantado las personas más allá de la inversión y que parece no tener siempre lugar

Los ODS -Objetivos de Desarrollo Sostenible- comprendidos en este proyecto de manera directa son el 13 (Acción por el Clima) y el 15 (Vida y Ecosistemas Terrestres). Pero también hay que tener en cuenta al 12 (Producción y Consumo Responsables) porque la deforestación viene de nuestro modo de consumir y producir bienes y alimentos. Por eso Forest Bank solo te dejará empezar a vender tus bonos solo cuando tu saldo sea nulo.

Agradecimientos

Iago Carreño, Nuria Vázquez Fernández, Isa Ludita, Rafa Bofarull, Eduardo Perote, Antonio Barbero, Pedro Medina, Marisa Marin, Daniel Seuba y Carmen Pereda.

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Vicente Cano
Planeta nodrizo

Nací en Ferrol pero he vivido en un montón de sitios, sobre todo en Getafe. Me gusta diseñar cosas nuevas entrelazando fenómenos distintos y juntar letras.