La prenda que menos contamina es la que ya está hecha.
La industria de la moda es una de las más contaminantes. Tanto los consumidores como las propias marcas están empezando a girar hacia modelos de producción y consumo más sostenibles. The Clothing Club es una aplicación que facilita el cambio en el consumo de moda a través del préstamo de prendas de vestir.
El coste medioambiental de ir a la moda
Hace unas semanas La Nave Nodriza nos propuso el reto de buscar soluciones digitales que contribuyan a poner freno al cambio climático. Desde el principio tuve claro que quería enfocar mi proyecto a la industria de la moda y el consumo de ropa.
El coste real de cada prenda no se reduce a su precio de venta. La producción de ropa, así como su transporte y logística, tienen un gran impacto medioambiental, por no hablar de las condiciones laborales de la mayoría de las trabajadoras de esta industria.
La moda es la segunda industria más contaminante que existe, después de la del petróleo. Y no hablamos sólo de las emisiones de CO2, que alcanzan un 10%, sino también del 20% de la contaminación del agua potable.
Con el auge de la conocida como moda fast fashion: moda producida en masa para un público masivo y bajo la ideología de compra más, usa menos, en los últimos 15 años el consumo de ropa ha aumentado un 60%, pero el uso medio de las prendas se ha reducido a la mitad.
A estas cifras vienen a añadirse otro dato sorprendente con el que me topé mientras investigaba el impacto ecológico de la industria de la moda: «únicamente utilizamos el 20% de nuestro armario», junto con la idea de que «la prenda que menos contamina es la que ya está hecha».
El problema es que cada vez consumimos más ropa, pero usamos menos tiempo cada prenda. ¿Qué ocurriría si las usáramos más? Evidentemente consumiríamos menos ropa y en consecuencia contaminaríamos menos. Entonces, si es tan fácil, ¿por qué no lo hacemos? Aquí existe otro problema: la relación de cada persona con su ropa.
Nosotras y nuestra ropa (validando mi idea)
Para entender la conexión que tenemos con nuestra ropa realicé una serie de entrevistas a mujeres que ven el mundo de la moda de distinta forma: diseñadoras de ropa, consumidoras de moda fast fashion, seguidoras de tendencias y consumidoras más sostenibles.
A lo largo de estas entrevistas llegué a la conclusión de que existen varias razones que nos llevan a acumular ropa en nuestros armarios y no deshacernos de ella:
- Quizá la ropa nos gusta, pero ya no combina del todo con nuestro estilo.
- Quizá se trata de ropa para ocasiones especiales o nos queda pequeña, o grande, y estamos esperando volver a «la otra talla»
- Puede que tengamos un vínculo emocional con alguna prenda.
En las entrevistas terminábamos preguntándonos por qué no dejamos de comprar ropa si luego no usamos todo lo que ya tenemos en nuestro armario, que además está lleno. No lo hacemos porque nos gusta tener opciones para cambiar, porque estrenar ropa, vernos diferentes, probar nuevos colores, prendas o estilos y tener ropa para ocasiones más especiales nos hace sentir bien.
A primera vista, parece difícil cambiar nuestras inclinaciones al consumo y la constante renovación. Sin embargo, la solución está encima de la mesa. Por un lado nos gusta innovar y tenemos los armarios llenos de ropa que apenas usamos. Por otro lado el planeta necesita que consumamos menos ropa y contaminemos menos.
¿Y si fueran otras las que usaran la ropa que nosotras no nos ponemos pero queremos seguir teniendo? ¿Podrían prestarse estas prendas temporalmente?Es una manera de poner en marcha una economía circular a pequeña escala.
Ahora bien, ¿quién estaría dispuesto a prestar su propia ropa a extraños? Cuando una es joven, es muy normal prestar e intercambiar ropa con las amigas, por falta de dinero, por diversión, o por la razón que sea. Entre adultos esto ya no es tan normal.
Entrevistando a mi Persona: en las propias entrevistas me di cuenta de quién podía ser el target de esta aplicación, y así apareció mi usuaria, su contexto y la solución que estaba rondando por mi cabeza. Conversando con una de las entrevistadas, me di cuenta de que sus hábitos de consumo encajaban con mi manera de ver cómo se pueden aprovechar mejor las prendas que ya tenemos y que apenas usamos.
Os presento a Elisabeth:
También he tenido en cuenta otro tipo de usuarias y sus motivaciones a la hora de usar la aplicación que he diseñado
Share o no share, esa es la cuestión
Tras analizar el problema, vislumbrar la solución y hallar a mi persona, me puse a diseñar una aplicación en la que las usuarias pudieran prestarse ropa de manera segura y gratuita, a través de armarios comunes. Las usuarias pueden así alargar la vida útil de las prendas que no se ponen, acceder a la ropa de otras usuarias, probar nuevos estilos, disponer de prendas para eventos concretos y crear comunidad a través de estos armarios compartidos de la aplicación. ¿Quién necesita ir de compras?
Crear redes y comunidad a través de las prendas es una de las bases del proyecto. ¡Para compartir se necesitan (al menos) dos! Los armarios compartidos se alimentan de la propia comunidad que los utiliza.
El naming del producto debía reflejar ese significado de pertenencia a algo común, que en este caso se hace tangible a través de la ropa. The Clothing Club resume el sentido que quería dar a esta aplicación.
La gravedad del cambio climático nos obliga a diseñar centrándonos no ya sólo en las personas, sino también en el planeta, cuyos recursos no son infinitos.
¿Cómo funciona The Clothing Club?
The Clothing Club es una aplicación donde las usuarias pueden compartir prendas con amigas, vecinas y personas que tienen el mismo estilo de vestir y la misma talla. También permite a las usuarias acceder a ropa para eventos especiales (fiestas, bodas) o estados transitorios del cuerpo (el embarazo por ejemplo).
Las usuarias pueden crear armarios y subir a ellos las prendas que quieran ofrecer en préstamo a otras usuarias. Pueden invitar a unirse a estos armarios a sus seguidoras dentro de la aplicación, y también a los contactos de su agenda.
Así funcionan los armarios en The Clothing Club:
- Los armarios pueden ser públicos o privados
- Las usuarias pueden unirse directamente a los armarios públicos
- Para unirse a los privados necesitan enviar una solicitud
- Las prendas de los armarios son visibles para todas las usuarias, sean públicos o privados
- Sólo las usuarias que se han unido a un armario pueden ver solicitar préstamos, participar en el chat del armario y recibir las notificaciones cuando se sube una nueva prenda
- En The Clothing Club son las propias usuarias las que alimentan la aplicación, colgando sus prendas en los armarios compartidos
- Una prenda sólo puede estar colgada en un armario, como ocurre en la vida real. Por ese motivo el botón para poder subir una prenda está dentro de cada armario.
- Dentro de cada armario se puede ver el número de préstamos que se han realizado hasta el momento, para hacerse una idea de la actividad del armario y de las usuarias que lo componen
Así funcionan los préstamos en The Clothing Club:
- Las usuarias pueden elegir qué tipo de préstamo quieren ofrecer para cada prenda que cuelgan. Las opciones son: préstamo o regalo, solo préstamo y préstamo con fianza
- Para solicitar prendas en préstamo, hay que seleccionar las fechas concretas y enviar una solicitud a la dueña de la prenda.
- La propietaria de la prenda puede entonces aceptar la solicitud y se abrirá un chat donde ambas usuarias pueden acordar hora y condiciones de la entrega de la prenda.
- Al finalizar un préstamo las usuarias pueden valorar cómo ha sido la experiencia, para favorecer la confianza en la aplicación
- Si hubiese algún problema con los préstamos The Clothing Club valoraría el caso para mediar entre ambas usuarias.
Bolas extras:
Una bola extra para darle la importancia que se merece a cada prenda: dentro de la ficha de la prenda hay una sección donde compartir la historia de la prenda. La propietaria puede contar dónde la compró, cómo la combina o si tiene alguna anécdota o recuerdo que haya vivido con esa prenda. A su vez las usuarias que tomen prestada la prenda podrán colgar su propia historia a través de una foto y un pequeño texto que se colgará dentro de la ficha de la prenda, una vez finalizado el préstamo. Esta opción da la posibilidad de ver la vida útil que tiene esta prenda a través de los préstamos.
Y otra bolita extra: muchas veces nos da pereza hacernos una foto en casa, elegir el fondo en interior puede ser complicado. Por eso, he añadido una funcionalidad con fondos virtuales en la opción de sacar una foto desde la aplicación.
Diseño visual
Al ser una aplicación en la que visualmente predominan las fotos de las prendas que suben las usuarias, pensé que el diseño visual debía mantener una estética minimalista y reducir el ruido visual todo lo posible.
En la paleta utilizada he tratado de reducir al máximo los colores a utilizar, siendo los principales el blanco del fondo y negro para textos, un amarillo yema para llamadas a acción, un morado muy clarito como color secundario y verde y rojo para notificaciones de éxito o error
La tipografía utilizada es Inter en sus versiones regular y bold. He elegido esta tipografía por su diseño específico para pantallas y por su gran legibilidad en todo tipo de dispositivos.
En los iconos activados en el menú usé un fondo en color amarillo yema, que le da calidez, y los descuadré un poco para que tuviesen algo de dinamismo. Usé los mismos recursos gráficos ahí donde la interacción me pedía un tercer color y donde el descuadre no molestaba a la interacción como en la parte de los rattings.
El icono del menú armario, que también es el logo de la aplicación, refleja la propia esencia de lo que son los armarios en la aplicación: varias usuarias que han conectado.
Hallazgos, aka insights
Uno de los hallazgos más importantes que hice durante las entrevistas fue que nuestra compra de ropa suele estar más motivada por el ansia de estrenar o de vernos diferentes que por necesidades concretas. Debido al bajo precio de la mayoría de las prendas, cuando pasa cierto tiempo la novedad se ha convertido en otra prenda más y corre el riesgo de ser olvidada dentro del armario.
Los préstamos hacen algo de magia con esas prendas olvidadas. Al vérsela puesta a otras personas, al ver cómo combina o al saber qué han hecho mientras la usaban, empezamos a tenerlas de nuevo en cuenta y nos entran ganas de ponérnosla de nuevo.
Compartir ayuda a contrarrestar el individualismo y la autosuficiencia que nos inocula esta sociedad. Además, somos seres sociales por naturaleza. Hasta hace relativamente poco tiempo compartir coche privado en un viaje para ahorrar coste era algo que generaba mucha desconfianza. Actualmente se contempla como una manera más de viajar. ¡No hay razón para pensar que con la ropa no puede suceder lo mismo!
Aprendizajes y conclusiones
Con este proyecto he aprendido a dar forma y a aterrizar mis ideas, a tomar decisiones que cambian el rumbo inicial y la imagen mental que tenía de cómo sería. También a hacer caso al famoso consejo: «no te enamores de tu idea», que ha sido fundamental a la hora de iterar o simplificar la aplicación.
Y he aprendido a valorar más aún eso de «menos es más». A pesar de todo, Figma me vuelve loca (para bien), y he trabajado mucho más en las pantallas de lo que el proyecto en principio requería. He aprendido a hacer interacciones comprensibles para mostrar cómo funciona mi idea.
En este enlace de Figma puedes ver todos los flujos que he hecho durante estas intensas semanas de trabajo: The Clothing Club en Figma
En este otro enlace os dejo el vídeo de presentación: The Clothing Club en YouTube
Puedes encontrarme en LinkeIn o escribirme a puentes.isa@mail.com
