Está en nuestras manos derribar a Trump
Voluntaria de Raiz, Planned Parenthood Action Fund, Las Vegas, Nevada
Para aquellos que pensaron que la campaña de Donald Trump para la presidencia era un chiste, es momento de dejar de reír.
Se ha hablado mucho acerca del poder del “voto latino” en este ciclo electoral, pero no somos solamente un dato demográfico, somos una fuerza poderosa que decidirá esta elección. Y ese poder no podría ser más necesario ahora que Trump es el virtual candidato republicano.
Cómo estadounidense, como feminista, y como la nieta de un refugiado político de Cuba, me importa profundamente alentar a la comunidad latina para que se registre y se movilice para votar. Al ir creciendo, mi abuelo me enseñó el valor de la libertad democrática que tenemos en los Estados Unidos, un privilegio que no existió para él en su hogar. Él falleció mucho antes de que yo pudiera votar, pero si mi abuelo todavía estuviera vivo, estaría horrorizado de que Donald Trump — un candidato abiertamente racista, misógino y xenófobo — pudiera convertirse en el Presidente de este país.
La parte más aterradora para mí, es que su retórica de odio realmente está resonando con los votantes de todo el país, como hemos visto con su serie de victorias en las elecciones primarias que lo han solidificado como el candidato del partido republicano.
Trump felizmente haría retroceder los derechos de las mujeres hacia los días en que los abortos se practicaban en los callejones. Él ha dicho que criminalizaría a las mujeres que se practiquen un aborto y a los proveedores médicos que las cuidan. Y que prevendría a millones de personas de tener acceso el cuidado de salud básico en Planned Parenthood, una organización que proporciona cuidado de salud a 575,000 latinos cada año y está comprometida con atender a los pacientes sin importar su estatus migratorio.
Él no solamente es increíblemente sexista, es también completa y descaradamente racista. En repetidas ocasiones ha pedido un muro para separar a los estadounidenses de los mexicanos como si estuviera hablando de una valla para mantener a los animales salvajes fuera de su patio. Y su racismo no es exclusivo específicamente hacia los latinos: es racista en contra de los musulmanes, diciendo que no se les debería permitir entrar a nuestro país, y le hemos visto repetidamente incitar a la violencia en contra de personas de color que protestan en sus manifestaciones.
Mientras Trump obtiene más delegados, su plataforma racista ha dado inicio nuevamente a legislaciones antiinmigrantes en estados por todo el país. Como la nieta de inmigrantes y la hija de alguien con el derecho de nacimiento gracias a la enmienda 14 — una política que Trump ha amenazado con derogar — me encuentro profundamente preocupada de que la presidencia de Trump separe a mi familia, y sé que no soy la única.
Como latinos, tenemos la responsabilidad de organizarnos, movilizarnos y votar. Más allá de Trump, tenemos el poder para dar forma a políticas futuras que impactarán a nuestras familias y asegurar que nuestras prioridades — como estadounidenses que contribuyen a este país — se conviertan en ley.
Afortunadamente para nosotros, Donald Trump nunca ganará la Casa Blanca sin nosotros.
Es tiempo de unirnos como la comunidad que actúa y hace que sus voces sean escuchadas. Es momento de salir a las calles y hacer que todos nuestros conocidos voten, y afortunadamente, la revolución está comenzando. El registro de votantes entre los latinos se ha disparado recientemente y una nueva encuesta encontró que el 48% de los latinos se encuentran más entusiastas este año para votar que en 2012. Me emociona ver que se espera que más de 13 millones de latinos emitan su voto en noviembre, pero no podemos detenernos ahí.
Podemos poner el último clavo en el ataúd de la campaña de Trump para enterrar sus políticas de odio, y dejar que una nueva generación de latinos fuertes y orgullosos se dé cuenta del poder y la fortaleza que podemos tener cuando nos unimos.
No podemos permitir que Trump gane. Afortunadamente tenemos el poder para derribarlo, eso depende de nosotros.