La nostalgia como factor de atracción de audiencias
Con la aparición de los servicios de streaming y el fácil acceso que el internet provee a lanzamientos recientes, los estudios de Hollywood han recurrido a la nostalgia para llevar al público a las butacas. Pero, ¿cuál ha sido el éxito de esta medida?
Los remakes y secuelas de propiedades conocidas no es un tema de conversación nuevo en Hollywood. Sin embargo, los últimos años han visto las salas de cine llenarse de una gran afluencia de películas que recuerdan a la audiencia de sus tiempos pasados.
En el 2015, Star Wars: El despertar de la fuerza llegó a las pantallas casi 30 años después del estreno de la película original. Su desempeño en taquilla fue masivo, recolectando 2 billones de dólares mundialmente, para convertirse en el tercer film más exitoso de la historia detrás de Avatar y Titanic.
Actualmente en cartelera podemos encontrar varias películas que buscan despertar la nostalgia del público, como Kong: La Isla Calavera, Los Pitufos en la aldea perdida y Ghost in the Shell: Vigilante del futuro, además de la éxitosa La Bella y la Bestia que, en tan solo cuatro semanas, ha recolectado 926 millones de dólares mundialmente.
Al analizar el estreno de Power Rangers el mes pasado, la publicación americana The Hollywood Reporter reveló que el 73% de los espectadores en su primer fin de semana rondaban entre los 18 y 34 años de edad. Es decir, gran parte de su audiencia acudió a las salas de cine a ver una franquicia con la que crecieron.
Sin embargo, lo mencionado anteriormente no es una ocurrencia regular, ya que no todos los remakes o secuelas han logrado encontrar éxito en la taquilla (Ben-Hur, Día de la independencia: contraataque) y han causado enormes perdidas para sus estudios. Esto lleva a la pregunta, ¿por qué Hollywood insiste en recrear éxitos antiguos?
La respuesta se puede obtener de dos maneras. En primera instancia, desde un punto de vista de marketing, es más fácil convencer a las masas de ir a ver algo que ya conocen, en vez de venderles una idea nueva. El capital invertido en la publicidad es menor cuando la película tiene un nombre o una idea previamente conocida y algunas personas prefieren desconectarse del estrés de su vida diaria volviendo, mediante estos films, a sus tiempos pasados.
En segundo lugar, y en la minoría de los casos, algunos de estos remakes han llegado debido a un interés creativo por parte de sus creadores. Mad Max: Fury Road, la cuarta entrega de la franquicia, es una idea que se le ocurrió a su director George Miller a finales de los 90s, y finalmente logro llevarla a cabo en el 2015.
Este año todavía queda a la espera de estrenos como Baywatch, Jumanji y Blade Runner 2049. Probablemente, las historias conocidas seguirán invadiendo las salas por algunos años más, hasta que los estudios encuentren que ya no es rentable. Al fin y al cabo, las audiencias son siempre el factor decisivo en las películas que se producen, y mientras las salas de cine de los remakes y secuelas se sigan llenando, Hollywood los seguirá ofreciendo.
