Antes el malo era yo.
Pero ahora es un robot.
La Vicky se vuelve loca si le pedimos que cocine para más de 12 personas. Ya somos más de 30 y no queremos que se vaya.
Participar del almuerzo es lo que más nos gusta: la comida de la Vicky es buenísima, pero la conversación es casi siempre la raja. Todos se escuchan, dejan hablar, se suben un poco al columpio, nadie se enoja pero todos se wevean un poco, nos reímos mucho. Hablamos de las vidas de cada uno, de Bitcoin, de Smart Contracts, de Game of Thrones (yo no, porque no la veo), hablamos de la evolución, de los viajes a Marte, de Uber, del blog de Tim Urban, de Elon Musk, de memes y de Donald Trump, pero muchas veces terminamos hablando de caca y riéndonos de tonteras.
No hay miedo a los silencios en el almuerzo. Todos tenemos entre 23 y 37 años, pero estaríamos felices de tener a un practicante de 19 y a uno de 60 almorzando también. Gran parte del filtro que aplicamos al seleccionar personas que trabajan en Platanus, Buda.com o Fintual, más que la edad, incluso más que sus habilidades, es que sean simpáticos y tengamos onda con ellos. De hecho invitarlos a almorzar ahora es parte de la entrevista.
Hace un año más o menos, ya éramos demasiados para almorzar y el tema me empezó a complicar cada día más. Cómo le decía a alguien “Oye, tú, no cabes hoy…”.
No es que cada día 20 personas se queden fuera, porque no todos vienen todos los días. Estamos muy acostumbrados al trabajo remoto: Uno de mis socios vive en Concón, el otro en Washington, un ingeniero está en Colombia y otro en Mendoza, algunos que viven en Santiago deciden quedarse en su casa de vez en cuando. Yo estoy pensando en trabajar desde Europa por 3 meses y Pedro de Fintual ya lo hizo desde Rusia para la copa confederaciones.
Pero cada vez que éramos demasiados para almorzar yo me estresaba.
Finalmente la solución fue hacer que el HDP fuera un robot. Ham es un bot que funciona en nuestro Slack. Ham le pregunta por el chat todos los días a cada uno a las 10am si piensa almorzar en la oficina, y cada uno le responde lo más rápido que puede. Así se van tomando los cupos. El que no alcanza a contestar a tiempo, recibe de Ham un “Lo siento, ya somos 12, no cabes..” y cagó, le toca salir a almorzar con alguien afuera.
El código del bot es open source y está acá en nuestro Github, programado muy a la rápida por mí. Tenemos pendiente agregarle varias cosas, como poder agregar visitas, y de los mismos almuerzos han salido algunas ideas locas como poder comprarle con ethers el cupo a alguien. También creemos que podemos hacerlo más justo. Pero desde que lo pusimos a andar, definitivamente solucionó un 80% del problema real y un 100% de mi problema de tener que ser el malo de la oficina :)
