Alvear
1 min readNov 22, 2019
Demuestra su
destreza.
Baila,
entre la certeza.
Camina
y se agarra la cabeza;
no es que se preocupa
es que le reza
a la lluvia,
al encanto,
y al amor.
Salta,
Salta
y no para.
Le preocupa
demasiado la vida
como para terminar
con gorgojos
en sus heridas.
A cántaros llueve,
la vereda refleja
el haz de los faroles
melancolía tal vez
que si no canta muere.
No más que mugre,
añejo
y tango
en la cañada,
del encanto.