Regresé
Anómalo, escéptico, turulato, mohíno, atónito, pusilánime y ufano me quedé,
Anómalo por los vacíos y contrastes de luchas en mi interior;
Escéptico por los discursos y consejos de la distancia y la mejora;
Turulato por tanta filosofía y poesía guardada en mi alma y mi acción;
Mohíno por las veredas que recorrí de mis miedos, frustraciones y complejos;
Atónito por los recuerdos, revivir y sentir el amor puro de mi abuelo;
Pusilánime por los embalses construidos en mi torrente sanguíneo;
Ufano por las laderas descubiertas entre las vertientes de mi nostalgia y melancolía.
Regresé con las heridas de mis pies y entre zarpazos quiméricos a mis sueños.
Revolví con la aflicción de mis ilusiones y las llagas de mis pasiones románticas;
Retorné con las notas, compases, silencios y ligaduras que deletrean realidades;
Torné con estas descomunales ansias de delatar asonadas de corazones;
Volví con el numen y el plectro de mi porvenir, con mi nueva piel y equipaje.
Fue un 26, como el nacimiento de ella y él, como el mensaje entre ojos de la sincronicidad;
Un 26, mientras mi corazón entre alambres retumba con la prosa del lunario;
Un jueves mientras las gotas en orvalla se asoman en reforma y mojan el motor de mis sentimientos y cosmovisiones;
Un cuarto menguante atestiguando los acordes de Suárez y la luz renaciente de mi despertar;
Un mayo del veinte dieciséis, perdiéndome para encontrarme entre los laberintos de mi ser.
Regresé, revolví, retorné, torné y volví pero en esta ocasión me quedaré para ser más ausente;
Volví y volvió la transmisión de mis dedos con las teclas, de los gin’s con los abrazos;
Volví con los poemas entre los caprichos de mis lágrimas y lamentos.