Tu barba de tres días baja las escaleras
y me encuentra.
La frente fruncida.
Se achinan dos ojos marrones húmedos
y curiosos.
Tus manos que descubren solo un poco
de palabras perdidas y poca piel.
Mucha piel.
Unas piernas largas suben las escaleras
y me encuentran.
La frente fruncida.
Se miran los ojos que preguntan respuestas,
Que quieren ver más allá
de tu obvia presencia.
Insistir.
Laberintos vienen detrás.
Rememora la piel
Provocando a una boca
Unas manos
Susurrando
Más piel.
Un desorden
Mi cabeza,
Y mis ojos marrones,
En tu barba de tres días,
Intentando renacer.
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