Defectos hijos de las mismas ganas

Rodolfo Navarrete
Poetas de la Noche.
3 min readFeb 12, 2017

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Una ciudad como el agua vibrando en los aljibes; un encierro prolongado de almas inseguras. Una ciudad, como una mujer hermosa e imposible. Los edificios moderan ventanas amarillas en la noche. Camino por la calle Durango, parte trasera de la escuela pública. Hay basura en el filo de la acera y siluetas de gente dando una calada. Siento ganas de vomitar. Duermo cuando estoy despierto, y el tiempo es un sueño en donde sigo vivo. Imagino que soy una especie de gas invisible, moviéndome libremente, entrando al hogar que me plazca para espiar a la gente y sus costumbres. Una ciudad no es un buen lugar para esqueletos como el mío. La ciudad brilla sólo cuando la ves muy lejos. En esta jaula de cemento se sirve el mejor pastel de mala leche salido del horno de nuestras entrañas; del óbito neonatal del infierno que hay en nuestras mentes llenas de insatisfacción y olvido. Capitanes y poetas borrachos que en algún momento cambiaron las naves por tabernas sombrías, repletas de niebla. Encierro a los rostros del pasado, soy intervenido cada noche, piélago de oxidiana de la madrugada, no sé como derramar lágrimas como mi madre, no sé qué funciona mal conmigo. Sólo quiero cruzar el Atlántico de ida y vuelta, el mar parece una oscura gelatina tragándose esta identidad inservible. Podría ser alguien nuevo donde nadie me conozca ni piense como esta gente. Sería alguien completamente distinto en el entorno adecuado.

Las personas hacen ver que trabajan e intenta salir adelante. Nos convencen de todo eso con más buenas intenciones que malas. A mí me parecen unos perdedores. Todos: hombres y mujeres. Aquellos perdedores de la clase obrera: vidas baratas, pieles mustias y pochas. Pobres idiotas que no saben que se los han follado durante siglos, que ahora están a punto de ser licuados, todos juntos, al límite del sistema. Nada parecido al ocio despreocupado, neutro e impasible de un pensador; la holgazanería se parece a los primeros besos y la fiebre. Moverse ante los primeros males es de gente lista. ¿Porqué moverse para hacer ricos a los otros? Los precios no son nada justos. Hay mucho vividor, y lo celebro.

La gente normal, común y corriente, está llena de mierda, traición, y envidias. Nunca seré uno de ustedes. No soy un mercanchifle. Estoy quemando mi juventud por esto. Es el parteaguas. Todo lo pasado quedó atrás, lejos. Muerto.

Sé que tienes la mirada como yo, tan retraída en un recio análisis como yo. Eres mi sagaz lector y compartes conmigo una insignia brillante de interrogación y zozobra. Ahora formas parte de esto. Igualmente puedes irte a la mierda. No estoy muy fino, no me hagas caso. Me estoy quedando corto. Cada vez que me saltan los fusibles es horroroso. Soy Marco Salbazo, vivo en la capital y he nacido en México. He tocado fondo en esta sucia ratonera, con mi hija en brazos y sin saber que hacer. Aún sigo escribiendo, vivo y coleando, pese a todo.

Marco Salbazo.

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Rodolfo Navarrete
Poetas de la Noche.

Todas las historias fueron escritas por Rodolfo Navarrete quien posee los derechos de Autor. twitter @RodolfoNavarret