Todo empezó con una pregunta de ella.

Rodolfo Navarrete
Poetas de la Noche.
5 min readFeb 7, 2017

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Creo en lo que he andado — más de la cuenta — sin el criterio único de los “perros guardianes” del sentido común. Deshidratado como el verano, escocido de los tobillos, me siento más grande que hambriento. Fabrico mi propio mito, camino sin dirección, pero esto me ayuda más de lo que todos imaginan. Cuando la gente cree hacer un imperio de sus vidas y de su moral es cuando más fuerte me siento. No existen para mí. Puedo ser entrevistado cualquier día, decir: Mi nombre es Marco. Vengo de una familia de clase media, 1.80 de estatura; peso 78 kilos. No soy feo. Digamos que salir conmigo jamás podría avergonzar a nadie. Ni especialmente guapo, ni muñeco de plaza sésamo; llevo conmigo la fuerza de los imanes. La verdadera belleza siempre es percibida por los que viven momentos de gracia. Sin estas medianías sólo podría considerarme alguien inteligente. Aprendo muy rápido. Si te pareciera la clásica presentación, pues debo aclarar que, además de clásica: es pretenciosa. Todo lo dicho a nivel autodidacta. La única preocupación que tengo (cuando estoy detrás de algo) es el resultado que necesito conseguir.

Sólo en apariencia.

LLevo escribiendo más de 15 años. No he hecho otra cosa con mi vida. Como dije, soy un tipo listo; pero mis motivaciones son bajas, soy un parásito. Sé muy bien que a la gente no le gustan los tipos como yo. Ahora mismo no estoy cuidando mucho lo que escribo, ni cómo lo escribo. Nunca estuve dispuesto a jugar esta mierda de juego. Un día tendrá que pasar algo, un golpe de suerte. Si jamás sucediera, no importa. He visto a los viejos morir. La primera vez no puse atención; sin embargo, en poco tiempo descubrí la verdad: No hay expectativa. Somos el único animal consciente de su muerte. ¿De qué sirve ser algo más allá de uno mismo? La gente habla sobre luchar para salir adelante, pero los que siempre hablan de lucha son los que menos fiereza tienen para desobedecer. El adverbio “adelante” se refiere más a un lugar que a una postura. Y llegado el momento: Todos expiramos en el mismo sitio.

Nunca terminé la Universidad; dejé a medias dos carreras. Jamás coticé en la seguridad social. Creo que no he firmado un contrato en mi vida. Huyo del vulgar trabajo como de la peste. Acaso habré trabajado 4 veces desde que vine al mundo.

He escuchado personas que se sienten culpables de su pobreza o de su acumulación de fracasos. También he escuchado personas que dicen “Soy Doctor” “Soy Manager” “Soy Presidente”… ¿Qué son? Nada. De viejos nadie nos mira ¿Qué expectativa tiene una persona de 80 años? No importa lo que hagas, a qué te hayas dedicado, si fuiste o no el maldito Rey del Mambo. Pierdes salud, la carne y pierdes el sexo. Los placeres se encuentran en cuánto puedes engullir y lo bien cocinado que lo encuentres. El hombre viejo sólo puede derramar el vino como un espíritu bohemio cuando se echa una siesta. Ya no puedes aventurarte, las expectativas son malas, la esperanza se reduce. “Soy Doctor” “Soy Manager” “Soy Presidente”… Mentiras. Cuando baje la muerte y sople: no eres nada. Te vas sin nada. La corona es suya, te derramas de sus esqueléticas manos hecho cenizas. Supongo que en la agonía siempre hay un segundo para desear un día más, un momento, una última ocasión. Seguro nos daremos cuenta de cómo nos han engañado, con todos esos anuncios y esas luces de colores, esa educación prehistórica. Qué inútil es el juego de la vida y lo alejados que estuvimos de lo que realmente debimos hacer.

Yo no quise transitar por nada de esto. Mi concepto del éxito se fundamenta en vivir bien; jamás en la etiqueta de mi ropa. Hubiese podido vivir así toda mi vida, sin mentirme a mí mismo para llegar a ser alguien importante. Lo cierto es que ya no puedo seguir en este Edén. Se hace tarde para mí. Tengo una hija. Ella vive el sueño que todos los demás sueñan.

Podríamos decir que mi hija tiene un padre de 40 años, con una vida patética y pocas opciones. Aunque las desventajas tienen su lado afortunado. Yo no poseo deudas. No necesito competir. Mi espíritu no está en el subsuelo. Intento lograr algo esta vez, pero no sé cómo empezar. El único resultado que acepto es poder ayudarla antes que cumpla los 18. Es un reto personal para mí.

Puedo ser todo lo hedonista y perezoso que quieras; pero cuando persigo un resultado, lo hago poniendo toda la carne en el asador. Uso mis armas, mis soluciones poco ortodoxas. No me importa la moral de mis métodos. Todo lo que he aprendido voy a aplicarlo a lo largo de esta “empresa”. He asimilado bien lo que es resistir a las novedades. No me deslumbra lo último que llega. Puedo ser equilibrado y paciente.

Rumbo a los 40 años, te tomas tu tiempo para masturbarte y las eyaculaciones se disparan más secas. El cuerpo se queja con mayor confianza que antes. Cuando bebes un par de tragos te sientes idiota. Nunca tuve dinero, ni creo estar destinado a tenerlo. Sólo escribo poesía, toco mi guitarra, pienso en cosas. Oculté el dolor de mis familiares detrás de una página en blanco en mi biografía y comencé a escribir.

Para más INRI, lo que escribo no le gusta a casi nadie. A unos pocos, quizás. Nadie más calificada para hablar de lo que escribo que ella: Mar. Ella cree que soy el mejor Escritor de todos los tiempos. Es gracioso. Un Escritor que no encuentra nada sobre lo que escribir. Pues bien, en una acalorada discusión sobre mi futuro y el desperdicio de mi talento, me reprochó que debería tener muy claro lo que tengo que escribir. Todo comenzó con una pregunta suya:

¿Y dónde está la voz de aquellos como tú, que no tienen nada?

No supe qué responder. Mi mente está en blanco. Era una discusión muy fuerte. LLegué aquí. Sigo sin saber dónde está esa voz; sólo sé que soy uno de ellos. Vine a Medium a intentarlo.

Marco Salbazo.

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Rodolfo Navarrete
Poetas de la Noche.

Todas las historias fueron escritas por Rodolfo Navarrete quien posee los derechos de Autor. twitter @RodolfoNavarret