Mosaico
Política Internacional
4 min readAug 5, 2015

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Los verdaderos enemigos del Líbano
Por George Chaya

La conducta política de Michel Aoun y su socio Hassan Nasrallah, conforma el verdadero tumor que está devorando pieza por pieza las instituciones democráticas y la convivencia confesional en Líbano.

Estos dos sujetos solo sirven a sus propias agendas, no al país y a los ciudadanos libaneses. El primero, desde su narcisismo y sus delirios presidenciales, aunque no irá a ningún sitio, pues difícilmente se siente en el sillón presidencial de Baabda porque no es más que una marioneta utilizada por Nasrallah a instancias de Teherán con el único fin de dividir a los cristianos libaneses, pero no es considerado presidenciable por el régimen iraní. El segundo, porque ha perdido los niveles de aceptación y heroísmo que disponía en la órbita árabe desde el año 2006 al quedar abiertamente del lado del dictador Assad cuando desde Irán sus jefes le ordenaron enviar a sus hombres a combatir en favor del régimen sirio en una guerra que no es ni jamás será de incumbencia libanesa y, que ha colaborado en minar más aun la deteriorada economía del país al recibir a más de 500 mil refugiados sirios en su territorio.

De Michel Aoun se puede decir que es un hombre mayor completamente disociado de la realidad, vive en un mundo en el que oye sólo su voz y construye imágenes distorsionadas en sus espejos rotos del pasado. El otrora héroe de la resistencia a la ocupación militar y política siria en Líbano descarrilo políticamente.

Probablemente desde su senilidad, Aoun no tiene conciencia de la realidad y ha dilapidado absolutamente todos y cada uno de los valores que alguna vez defendió. El general Michel Aoun perdió su dignidad y credibilidad desde el mismo momento que se vendió al Hezbollah y al terrorismo de los amos sirios e iraníes de Nasrallah.

Mientras tanto, el arrogante yerno de Aoun, Jubran Bassil, un liliputiense político típico de la clase dirigente libanesa enriquecida a través de la corrupción y el entreguismo, es la trompeta oxidada que transmite las palabras de su suegro en defensa de los codiciosos y vulgares terroristas que ocupan el país en favor del régimen Khomeinista. Bassil no es más que un comerciante del mercado negro de la política libanesa que no representa las aspiraciones, los intereses o el temor de la mayoría de la comunidad maronita cristiana libanesa.

En el mismo contexto, para sumar mayor desgracia a los cristianos y al propio Líbano, el patriarca maronita Bechara Al-Raei y sus colaboradores más cercanos del clero, acompañan y apoyan abiertamente a dirigentes como Aoun en favor del Eje sirio-iraní; por lo que aquellos cristianos que confíen en el patriarca como en los aounistas, simple y llanamente todo lo que pueden esperar cosechar es decepción, entrega de la soberanía del país y humillación.

Del lado de Hezbollah, Nasrallah no la está pasando bien con su propia comunidad chiita, varios religiosos están hablando de lo intolerable que resulta la cantidad de pérdidas de vidas humanas producto de los combates en Siria. Aunque Nasrallah está tratando de contener esta situación con falacias discursivas e intentando instalar entre los chiitas el miedo por el avance de los yihadistas sunníes.

Sin embargo, la estrategia política-militar de Hezbollah para calmar a los chiitas libaneses apunta, evidentemente a una limpieza confesional sangrienta como la que ejecuta en la ciudad sunita de Ersal en el valle del Bekaa a través de la utilización del ejército libanés para realizar el trabajo sucio.

Dirigentes de la vieja política libanesa como Aoun, Bassil, Lahoud, Rahme y demás troyanos de la coalición 8 de marzo están pavimentado el camino a la masacre de musulmanes sunníes a través de amenazas, mentiras e instigaciones sobre la ciudadanía libanesa, y con ello, están fracturando el débil equilibrio que hoy más que nunca pende de un hilo en Líbano, estas personas no han aprendido nada de lo acaecido entre 1975 y 2005 o lo han olvidado muy rápido tal vez.

Concluyendo, hoy está más claro que nunca lo que con muchos colegas hemos sostenido por años respecto a que Hezbollah es un ejército ocupante y un batallón terrorista iraní dentro del Líbano. Es falso lo que los fanáticos seguidores de los terroristas sostienen sobre que Hezbollah es la resistencia que defiende la soberanía, la libertad y la independencia libanesa. Pudo haberlo sido a los ojos del mundo árabe, pero eso acabó el día que decidió comenzar a asesinar a sus hermanos librando guerras que no son guerras libanesas, sus acciones no son más que operaciones deliberadas para mantener al Líbano como rehén de las decisiones de Teherán.

En consecuencia los cristianos libaneses que apoyan a Michel Aoun están apoyando su alianza con Nasrallah y convirtiéndose en socios de la ocupación como de todos los crímenes que ella está cometiendo en Líbano, en Siria, Yemen, Bahréin y demás países en los que Hezbollah está luchando las batallas de Irán.

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