Nativos Digitales y Democráticos.

Una nueva generación debe comenzar a tomar plena conciencia de sus derechos y armas políticas.

Santiago Siri
Política * Internet

--

El año que dejamos atrás fue aquél donde se cumplieron tanto 30 años de democracia en América Latina como de la puesta en funcionamiento de Internet tal como la conocemos hoy en día. Estos son los hitos de índole político y tecnológico que marcan a fuego a quienes nacimos entonces. Que nadie nos confunda: Internet y la democracia son los ejes que definen el cambio que venimos a impulsar. E internet y la democracia son tanto la idea como el arma. El software y el hardware.

Existen claro, miradas críticas a la actitud solucionista que esto presupone, donde la prédica de “la tecnología todo lo puede” atenta contra el potencial que esta ofrece. Pero frente a la falta de respuestas de un Estado en crisis de representación y al mismo tiempo sistemas económicos que tarde o temprano expiran, lo que la red ofrece es la posibilidad de repensar sistemas de gobierno y moneda (entre otros) desde una estructura de alcance global, incorporando más variables sociales y abriendo el rango de interacciones posibles. Criticar al medio es evadir la cuestión de fondo: nuevas tecnologías abren nuevas formas de pensamiento. Ignorarlas con cinismo reaccionario sin ofrecer alternativas suele ser un lugar cómodo de ocupar. Pero si algo caracteriza a las nuevas generaciones es su capacidad de emprender y salirse de la zona de confort. Hacer, más que decir.

Con Rick Falkvinge en el World Justice Forum, La Haya 2013.

En La Haya tuve uno de los mejores encuentros del año con mi par europeo Rick Falkvinge, fundador del Partido Pirata. Una de sus amargas conclusiones luego de transitar 6 años llevando la voz de una nueva forma de entender y sentir a la política es que “el poder político se mueve a velocidades glaciales”. Rick considera que existe la generación online versus la generación offline, donde una concibe un mundo global, abierto a la posibilidad de explorar nuevos sistemas mientras la otra se aferra a dogmas del pasado repitiendo (por izquierda o derecha) lo que les fue adoctrinado sin cuestionarlo.

Desde un punto de vista local, en America Latina existe una variable adicional: los nativos democráticos. Aquellos que crecimos acostumbrados a una libertad de expresión y tolerancia política inédita en nuestros países hasta 1983. Una generación que tiene poco que ver con la cooptación que busca hacer el poder de turno. Debemos librarnos al potencial de nuestras propias ideas contemporáneas y no a las de generaciones pasadas. Aliarnos generacionalmente antes que ideológicamente, donde las propuestas se enfoquen en unir antes que dividir. Somos los mismos que de chicos le explicamos a nuestros padres como usar la computadora o hacerlos tomar conciencia del medio ambiente. Esa sensibilidad es fruto del contexto tecnológico y global con el que crecimos.

Con un gran amigo, Giorgio Jackson, líder del movimiento estudiantil chileno y diputado.

La posibilidad de conocer experiencias políticas fuera del país, me acercó a pibes de mi generación que realmente se enfrentaron al poder. Giorgio Jackson, recientemente electo diputado en Chile logró varias conquistas para los estudiantes de su país. O Mohamed Wefati que vivió la persecución en plena Primávera Árabe y debió ayudar a su familia escapar de Libia mientras él optó por quedarse para lograr la reconstrucción de su país, son algunas de las experiencias que más me han impactado.

El gran común denominador de estas historias de cambio es que tienen a la red como herramienta central. Es el gran lenguaje en común que habla toda nuestra generación. Poder conocer estas experiencias de primera mano, de manera desprejuiciada y sin estar inmerso en la vorágine social que a veces nubla nuestro juicio respecto al otro, fue una manera contundente de abrir la cabeza y tomar plena conciencia que nuestro turno ya llegó. No vamos a ser testigos del cambio sino que todos vamos a ser sus protagonistas.

--

--