José Martín
Posts traumáticos
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2 min readSep 7, 2015

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Mis bajones

Mis bajones no responden a reveses. Mis bajones siempre están. Mis bajones son un monstruo de mil colores grises, siempre latente mientras no haya tormenta. Mis bajones visten de burka instantes diarios, hasta sepultarme días y noches enteras. Mis bajones viajan conmigo aunque les mande a paseo. No importa que me asome a la Anfípolis o divise los confines del Universo, mis bajones me acompañan.

Mis bajones se esconden en mis ojos y cualquiera puede verlos en un día de niebla. Cualquiera menos yo, porque mis bajones son agujeros negros que forman desagües imaginarios. Solo los remolinos de enseres mentales que vierten en un sumidero, el viaje a un mundo de Oz. Pero sé que existen, ya me he precipitado alguna vez.

He inundado páginas tratando de darles esquinazo, pero mis bajones cuentan con un detector de infrarrojos; cualquier atisbo de actividad ya les pone en sobreaviso. Para qué intentarlo, me pregunto, mientras abordo estas líneas consciente de que mis bajones están al acecho. No importa, enseguida arman su espoleta. Al menos confío en que no porten cabezas nucleares. Sigo escribiendo.

Mis bajones forman parte de quien soy, mejor o peor, pero con un sentido, en una dirección. Quizá dictada por ellos, no lo sé. Soy incapaz de negarlos. Son mis bajones, me pertenecen (¿o yo a ellos?). Quien quiera bajones, que se los compre, no estoy dispuesto a compartirlos. Y si alguien cree que por escribir de ellos estoy compartiéndolos, es posible que sus bajones le estén amargando algún café. A mis bajones se la trae floja lo que piensen los demás, e incluso lo que dicen sentir. Mis bajones disponen de gran olfato y, como sabuesos, son capaces de seguir la pista de bajones de otras personas. Hay que reconocerles ese mérito, pues en lo demás son celosos, insolidarios, miserables, mezquinos...

No deseo que mis bajones sean comparados con subidones, generalmente más efímeros. No. Mis bajones forman parte de un mundo imperfecto y quizá el más perfecto de los mundos posibles. Tan solo espero vivir con ellos muchos años, ahora que nos vamos conociendo. ¡Tampoco son para tanto, solo son bajones!

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