Superando (los paradigmas sobre) la Pobreza

Poverty Stoplight Team
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3 min readOct 1, 2019

Melisa Portillo, Asesora Técnica del Semáforo para Empresas, Fundación Paraguaya

Si tenemos alguna razón para quejarnos de las políticas y programas sociales que abordan el tema de la pobreza, esa razón sería la importancia desmedida que se le otorga a los ingresos, o mas específicamente, a la falta de estos, como causa de la misma. Adoptar dicha perspectiva, limita y reduce considerablemente las formas de ver y entender a este fenómeno y en consecuencia, las estrategias que se adoptan para luchar contra ella.

Con esto, no buscamos negar la idea de que la falta de ingresos es una causa de la pobreza. Pero si pretendemos erradicarla, no podemos pasar por alto que existen varios factores que determinan su existencia y que debemos considerarlas adoptando una perspectiva más integradora. En ese sentido, el enfoque de Amartya Sen, uno de los más lúcidos economistas del siglo XX, es de considerable ayuda. Sen propone que “la pobreza debe concebirse como la privación de capacidades básicas y no meramente como la falta de ingresos”. Pero ¿a qué nos referimos al decir capacidades? A aquello que nos permite lograr eso que valoramos, a las posibilidades de educarse, nutrirse adecuadamente, tener vivienda y una expectativa de vida larga y saludable, etcétera.

Este concepto, nos permite comprender que los ingresos, son solo un instrumento para la eliminación de la pobreza y no su fin y nos conduce a centrar nuestro análisis sobre lo que probablemente sea lo más esencial de este problema: la privación de capacidades que sufren las personas y familias pobres.

Desarrollar capacidades es un medio para superar la pobreza

Como bien dijimos, la falta de ingresos influye mucho sobre la falta de capacidades, pero no es el único factor determinante, ya que las necesidades específicas de las personas, son diferentes de acuerdo a su sexo, edad, lugar, etc. Un ejemplo nos puede ayudar a entenderlo: dos personas, una joven y otra adulta mayor, que tienen el mismo nivel de ingresos no tienen la misma posibilidad de convertir esos ingresos en capacidades, ya que probablemente la persona joven goce de buena salud, lo que le permitiría acceder a más y mejor trabajo o educación, mientras la persona adulta mayor tiene que destinar gran parte de sus ingresos a su propia salud y ve reducidas su posibilidades de trabajar o educarse. Por ello el enfoque de la pobreza basado exclusivamente en la renta tiene sus limitaciones, al decir que un determinado monto de dinero es suficiente para procurarse condiciones mínimas de bienestar, como lo hace la línea de pobreza, la métrica de pobreza más utilizada.

Pero el aporte más interesante de este enfoque, es que nos da la posibilidad de comprender que la pobreza es una situación tan amplia y abarcante, que muchos de nosotros, que nos consideramos fuera de ella, podríamos en realidad ser pobres. Que una persona muy rica, pero sin oportunidades de integrarse y compartir con la comunidad o incidir en el sector público, por ejemplo, no es pobre para el sentido común pero es pobre en el sentido de que carece de una importante libertad.

Y es que precisamente es así: La pobreza en realidad es la incapacidad de elegir la vida que podemos y queremos llevar.

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The Poverty Stoplight is a social innovation that uses mobile technology in order to activate the potential of families and eliminate multidimensional poverty.