Los inconvenientes de ser adulto

Ana Victoria García
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Por Ana Victoria García

¡Advertencia! Esta nota la escribí un domingo nublado de nostalgia y podría contener contenido calificado como melancólico. Consúmelo con precaución 🙊

Me acuerdo que de niña moría por crecer; pensaba que la edad me traería autonomía, independencia y una vida llena de libertad. Que por fin podría tener el perro que siempre quise y que mi mamá nunca me dejó, que viviría donde quisiera y que me divertiría más de lo que lo hacía en ese momento. Jugaba a trabajar, convertía el sillón en un coche de velocidades que manejaría cuando creciera, y hasta me hacía mis cigarros ficticios con palitos de madera…Cosas de grandes, ¡cómo me emocionaban!

Algunas de estas cosas se han cumplido, otras no tanto…No he tenido perro (me pareció una responsabilidad innecesaria), renuncié a mi coche, ya que solo uso Uber o bici, nunca fumé y buscar la casa de mis sueños es cada vez más complicado en una ciudad con tanta demanda y poco espacio.

Muchas veces quisiera volver a ser una niña a quien nadie le daba responsabilidades de más, que no conocía el estrés, y estaba segura que todos los sueños (por más locos que fueran) se harían realidad mágicamente.

¿Por qué es tan estresante ser adulto?

Tomas decisiones que te cambian la vida. Nada como la presión de tomar decisiones que sabes son trascendentales en tu camino ¿Qué estudiarás? ¿A qué te dedicarás? ¿Te casarás? ¿Tendrás hijos? ¿Te mudarías de ciudad? ¿Comenzarás tu negocio? ¿Lo cerrarás? ¿Te asociarás? ¿Dónde vivirán tus papás cuando envejezcan? Estamos decidiendo todo el tiempo y con gran repercusión; Eso estresa, tenemos más años, más herramientas, pero no necesariamente todas las respuestas, y equivocarse en estas decisiones suena caro.

Aceptas que muchas de las cosas no se ponen siempre mejor. Ver crecer a mis papás y a mi abuela ha sido un proceso de aceptación de la vida y es doloroso saber que te despedirás de las personas que te importan, que todo tiene un ciclo y que los momentos duran poco o menos de lo que quisieras. Tu piel ya no se ve igual, te da flojera hacer cosas que antes lograbas sin esfuerzo, ¡no puedes comer lácteos sin colitis! ves menos a tus amigos, te rompen el corazón de nuevo, cargas con riopan en la bolsa antes que con maquillaje, es impensable una salida en miércoles y sobretodo tienes más responsabilidades en qué pensar.

El tiempo toma una perspectiva distinta. Pareciera que el tiempo comienza a pasar más rápido, tus días se llenan de compromisos y aquellos días eternos que gozabas de niño se esfuman, y se reemplazan por una agenda apretada llena de actividades por cumplir. Me di cuanta que a mis 35 años, he vivido 12,775 días, y que si me dejo llevar por el promedio de la expectativa de vida en México que son 68 años o 24,820 días… me quedan 12,045 días por vivir… ¡Chale! Y desde este ánimo melancólico con el que escribo esta nota, me doy cuenta que estamos viviendo -últimas veces- que no estamos valorando o dándole el goce que merecen, todo por ir a las carreras.

La confusión entre el ser, el deber ser y el querer ser. Encuentra el balance entre ser responsable, pero fluye; haz lo que te gusta y vive de eso; comprométete a la vida, pero disfrútala; trabaja y esfuérzate para sacar tu mejor versión, pero sin estresarte… ¡¿A cuál de todos esos mensajes le hago caso?!

Mi reflexión ante tanto dato caótico, es que a veces nos compramos la creencia de que siempre habrá un momento en el que estaremos mejor; más felices, más tranquilos, menos estresados, con más tiempo para lo que queremos hacer…y la realidad es que lo que tienes, es lo mejor que puedes tener, al menos en este momento. Se vale soñar, pero sin que ese momento y deseo futuro te perturbe o reste paz de lo que vives actualmente.

Algunas acciones que estoy empezando a practicar para estar más en paz con el presente siendo adulta:

  1. Agradece cada día una cosa linda que pasa en tu vida — Mis amigas Lore y Marce me regalaron un diario de agradecimiento y lo tomo cada mañana y cada noche para reflexionar sobre lo positivo que tengo; así le quito peso a lo negativo, ya que a veces le doy más importancia a eso.
  2. Bájale a la comparación y a la envidia — Deja de seguir a las personas que te generan estrés o reacciona distinto a lo que ves en ellas. No compares tu vida con la de nadie más. Si logras que en lugar de envidia, la felicidad o brillo de los demás te inspiren y empujen, habrás ganado mucho más que quedándote con el sentimiento vacío de pensar que tu vida es peor que la de alguien más.
  3. Piensa en lo que sí eres y tienes, y no te perturbes por lo que no eres y no tienes — Basta de la psicosis de querer el pelo chino cuando lo tienes lacio, de desear haber nacido más alta, más rica, menos penosa, más saludable. Así eres y esto es lo que tienes ¿qué vas a hacer con ello? La felicidad es encontrar la mejor receta de tu vida con los ingredientes que tienes en tus manos.
  4. No exijas perfección, ni te claves en lo que en tus términos es imperfecto — Tendemos a buscar “el pelo en la sopa”, por ejemplo, en la chamba es típico que nos clavamos más en el único comentario negativo de un cliente sobre algo de lo que hiciste, que en lo bueno que sucedió con tus demás clientes o los mensajes de agradecimiento que te dieron. Dejemos de ser mártires y enfoquémonos en lo bueno tomando con sabiduría lo malo para mejorar o para saberlo dejar ir.
  5. Actitud — La vida es una ficción que creas; depende de ti el cómo la interpretes, el peso que le des a las situaciones y cómo actúas ante las adversidades. ¿Con qué actitud te presentas ante la vida?

El hecho de que lo escriba aquí no quiere decir que lo tengo dominado, para mí también es un reto cada punto que lees aquí, pero compartirlo contigo es una forma de decretarlo y asimilarlo en mi vida. Me ha costado crecer y creo que ser adulto es también un tema de actitud, de aceptar los cambios, de convivir con la incertidumbre, de aceptar el precio que tienen las decisiones que tomamos y hacer las paces con el lugar donde estamos. Tomémonos la vida con responsabilidad, pero aligeremos el camino, no le demos tal seriedad que matemos a nuestra niña interna de aburrimiento.

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Ana Victoria García
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🙋🏼Fundadora de @Victoria147org ✍️ Autora del libro “Ellas” 🎤Conferencista ⚡️Curadora de curiosidades