El arte de cambiar de carrera (o cómo ahorrarte 4 años de tu vida)

Carlos I. Garcia
Prentige
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7 min readDec 5, 2016

Hola, mi nombre es Carlos García y estoy aquí para relatar de la manera más concisa mi historia académica y profesional, que espero sirva de advertencia para algunos, pero también para tranquilizar a otros.

En agosto del 2008 (hagan sus cálculos) me gradué de preparatoria y no tenía una mísera idea de qué demonios hacer con mi vida. En gran medida es una estupidez pedirle a un güerco de 18 años que siempre ha estado encerrado en una burbuja social que decida qué hará con el resto de su vida. Para acabarla de fregar justo en esta etapa llegan todos tus familiares y conocidos dándote opiniones — totalmente fuera de contexto, miopes y con mala memoria — acerca de cuál es la mejor opción de una carrera profesional.

El (innecesario) pánico de no saber qué hacer me hizo hablar con mi papá y decidimos que me podía ir un año a estudiar al extranjero para ver el mundo y regresando sería más capaz de tomar esta decisión (ja). Esta fue una experiencia inigualable, tuve grandes aprendizajes que me sirvieron y me servirán muchísimo posteriormente en mi vida, pero no para la toma de decisión de mi carrera. Regresando a Monterrey entré a estudiar una carrera de ingeniería y me gradué sin pena ni gloria de ella. Casi cinco años más tarde, entré a trabajar a una empresa de ingeniería para mi área, donde por fin me admití a mi mismo que estudié la carrera equivocada, renuncié, decidí emprender, fracasé, pero caí de pie y por fin descubrí lo que me apasiona.

No es una gran tragedia, pero estos fueron 6 de los mejores años de mi vida que casi casi se fueron por el drenaje, y a ustedes que están leyendo esto espero poderlos ayudar a que no les pase lo que a mí. Después de mucho mucho pensarlo he seleccionado los siguientes 4 consejos para ayudarlos aprovechar mejor su universidad:

  1. Olvida todo lo que crees que sabes y todo lo que te han dicho que es lo mejor para ti cuando estés eligiendo una carrera.

Honestamente fue desde aquí que metí la pata. Aquí les va una pregunta retórica: ¿Cuál es una mejor decisión de carrera: una licenciatura o una ingeniería? ¿Con cuál vas a poder vivir mejor? Si contestaron “una ingeniería” están potencialmente tan jo∂!#øs como yo. Claro, el promedio de sueldos y salarios para ingenierías en conjunto es más alto que para las licenciaturas ¿y qué?. Si tu standard de vivir bien es 100% en base al dinero, pues qué bueno y que te vaya bien, pero lo más probable es que tu buen vivir vaya a depender más de cosas como tu sentido de logro y tu satisfacción creativa que de la lana que ganes. Además la gente que te dice que “los ingenieros ganan más” no está tomando en cuenta la cantidad desproporcionada de carreras de licenciatura en el país comparadas a las de ingeniería, lo cuál tiene un impacto interesante en la media de salarios. Claro que es importante saber escuchar a los que ya pasaron por allí, pero lo más probable es que esas personas no hayan tenido un contexto igual al tuyo, si tu no sabes qué es lo que quieres o qué es lo mejor para ti, no esperes que otros te lo puedan decir.
A todo esto tengo que agregar que además de regarla en dejarme guiar por prejuicios y otras opiniones, es que le saqué la vuelta a otras carreras donde probablemente hubiera sido más feliz sólo porque “eran muy fáciles y no constituían un reto para mi”… esta es una de las p%#¢*adas más grandes que he hecho y a la fecha me arrepiento. Por favor no tomes decisiones en base a ideas como esta.

  1. Experimenta lo más temprano posible.

Me tomó seis años de mi vida entender que la ingeniería química y el desarrollo sustentable, si bien en papel son muy bonitos, en la práctica no son para mi. Quiero hacer un énfasis en el “en la práctica” porque esta es la pieza que arma y desarma el rompecabezas. La falta de un acercamiento práctico durante la prepa y luego en la carrera fue la razón por la cuál tomé muchas de estas decisiones, y no sólo eso, me aferré a ellas (!). En la carrera hice algunas prácticas y trabajé en varias empresas de medio tiempo, pero nunca me involucré lo suficiente y siempre estuve en ello más por el dinero que por cualquier otra cosa. No fue hasta que trabajé de lleno que me di cuenta que esta carrera no era para mi. Cuando renuncié me junté con unos amigos a empezar un startup digital, pero afortunada y desafortunadamente nos quedamos cortos en muchos temas, incluyendo la programación, por lo que empecé a aprender a programar por mi propia cuenta. Hoy este es uno de mis trabajos y pasatiempos favorito, además de trabajar en el desarrollo de negocios de alto impacto, pero fue tras experimentar y experimentar y experimentar que comprobé esto. Sal y haz un proyecto, trabaja lo más pronto que puedas en la industria o crea tu propia empresa, esto te podrá decir con muchísima más certeza en qué deberías enfocar tus estudios, lo que me lleva al punto # 3…

  1. Se flexible, no le temas a estar equivocado, cambia tu carrera
    Soy firme creyente de que una de las mejores cosas que te pueden pasar es que te des cuenta que la estas regando lo más pronto posible. En los negocios esto es más que cierto, y mi trabajo actual gira totalmente en torno a esta premisa. ¿Será aplicable al desarrollo académico y profesional? La verdad es que una carrera es una inversión, y una muy cara en la mayoría de los casos. Cada semestre adicional es una lana, por lo que si vas a cambiar de rumbo, mientras más temprano mejor, pero el primer paso es estar “abierto al fracaso”. Digamos que entraste a trabajar como practicante en un puesto afín a tu carrera pero no te gustó… esto es algo que por nada del mundo deberías de ignorar (aunque mucha gente lo hace). Pregúntate ¿Porqué no te gustó? ¿Tuviste un mal jefe? ¿Las reglas de la empresa eran sofocantes? ¿Las actividades no eran de tu agrado o hay vicios ocultos que deforman lo que te gustaría que fuera? ¿Es este un patrón en otras empresas donde trabajan tus compañeros? Estas preguntas te pueden dar las pistas para saber si estás en la carrera equivocada lo más pronto posible. Lo más importante es que seas capaz de admitir que te equivocaste de rumbo, pues de esto puede depender el que seas una persona feliz y lograda o un triste hombre o mujer gris a tus 30’s. Cuando empiezas de cero en una nueva carrera podrás sentirte como que tienes una enorme desventaja contra todo el resto de los profesionistas, pero el secreto está en entender que muchísimas personas empiezan a trabajar y desarrollan carreras que verdaderamente ni les gustan ni les apasionan (si bien les pueden traer buen $$$), y que en el momento en que descubres lo que te gusta hacer y que además te pueden pagar por ello las cosas se vuelven más y más fáciles, y resulta que cuál desventaja.
  2. Sácale provecho al club social, arma tus redes.
    Si estás estudiando en una universidad privada quiero decirte algo muy controversial, pero que en mi experiencia es cierto: la razón por la cuál estás pagando 10x veces lo que pagarías en una universidad pública no es tan sólo por el nivel académico o porque las clases sean mejores, sino por el prestigio, el status, y la gente que va allí. En pocas palabras una universidad privada es como un club social (country club o club de golf), y 75% de tu colegiatura es en realidad el precio por acceder a este club, nada más y nada menos. Esto significa que para sacarle provecho a tu dinero, tres cuartas partes de lo que deberías estar haciendo es creando relaciones, haciendo amigos y “pasándotela bien” con la mayor cantidad de gente posible. Es muy probable que en la universidad vayas a conocer a futuros grandes políticos, abogados, doctores y directores de empresas importantes (muchas veces las personas que menos te esperabas), y sí, conocerlos y ser su amigo te puede ayudar a cerrar tratos en el trabajo y demás, pero algo que no muchos te dicen es lo siguiente: si vas a cambiar de carrera, una de las cosas más útiles es tener una amplia red de conocidos de distintas carreras y distintas industrias, pues muy probablemente alguno de ellos será la llave que te abrirá las puertas a tu nueva carrera donde serás más feliz y tu posible desventaja de tiempo se vea opacada por tu pasión en lo que haces.

Quiero terminar con decir que si algo he aprendido es que la carrera que eliges no es algo definitivo con lo que te cases de por vida. He visto personas que a los 20 años ya cambiaron tres veces de carrera en la universidad, pero lo mismo he visto señores que a los 40’s se dan cuenta de que la regaron y necesitan un cambio de vida… al final del día el chiste radica en ser lo suficientemente flexible e inteligente para cambiar cuando es necesario, y entender que nunca va a haber una ocasión más oportuna que hoy.

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Carlos I. Garcia
Prentige

I’m a nerd and I love working with startups of all kinds.