Belleza Imaginada

Tengo ese sentimiento de profunda extrañeza, de no pertenecer, de alejarme injustificadamente del mundo que me rodea. De no saber a dónde me dirijo o que rumbo está tomando mi vida. Soy un viejo cansado y enfermo. Quejumbroso ante el mundo, un poco irracional y salvaje, todo lo que me apasionaba, hoy me parece demasiado ordinario, sigo en busca de nuevas experiencias, disfrutar otras locuras que incluso provoquen mi muerte, porque, al final del día, ¿Qué he hecho con mi vida? al envejecer no podré recordar aquello que me hizo feliz, ni podré pensar en todo lo que viví.

Más que vivir como exiliado, como un extranjero prisionero.

Y todo será hermosura y belleza imaginaria.

La preciosa ficción que me hará sonreír en la decadencia de mi vida. Llorando todo lo precioso que perdí, todo lo hermoso que evité, todo aquella autosatisfacción vacía que consideré importante, pero que habré perdido por mi propia incompetencia. ¡Mentiré! Juro que mentiré en mi felicidad, mentiré en todo, tal vez, el autoengaño sea más hermoso en mi agonía. Porque engañarme ahora con torpezas emocionales, no parece todo tan hermoso, todo se ve más solitario.

Ese amplio desierto.

Este destierro delicioso que me otorgaba riqueza y poder. ¿Qué ha sido de mi tiranía? Si ya no hay nada de lo que me hizo feliz, ¿o acaso nunca lo fui? ¿Acaso no había belleza? Pero siempre fui feliz que todo lo que me pareció bello, fue ficción, comparada con mi real miseria. ¿Y si acaso esto es lo único que conozco? Que debí apreciarlo, porque no había nada más en mi paisaje. Yo solo quería felicidad.

Y esto me fue entregado. Imbécil yo, que fue lo único que acepté.

Ahora que quiero cambiar el paisaje… ¿será muy tarde para imaginar otro?

Originally published at dolce-malinconia.blogspot.com.

--

--