Guiados por la estrella del espectáculo

Judith Maldonado
8 min readJan 14, 2018

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La Cabalgata de Reyes de Elche ha introducido cambios en su tradición hasta llegar al concepto actual de este desfile tan esperado

El Rey Gaspar es uno de los más queridos en Elche al que los niños piden sus regalos/J. Maldonado

Colocas un vaso de agua, pasto y los zapatos en las ventanas. Ahora solo queda esperar. ¿Esperar a qué? A que el vaso se vacíe, el pasto desaparezca y los zapatos estén llenos de regalos. Las vacaciones de Navidad son sinónimo de familia, comida y diversión. Sobre todo para los más pequeños que esperan con gran ilusión la llegada de Papá Noel y de los Reyes.

La cabalgata del 5 de enero es el acontecimiento más deseado, un desfile de carrozas típico en España, Andorra, República Checa y Polonia. Las ciudades españolas fueron las primeras en introducir esta festividad; concretamente, la de Alcoy es la más antigua documentada desde 1866. Elche, por supuesto, es otra de las ciudades que mantiene la tradición, pero que, como todo festejo, ha ido adaptándose al tiempo.

Para que los zapatos contengan los regalos pedidos, lo más importante es redactar la carta a los Magos de Oriente y entregársela. La tradición en la ciudad ilicitana dicta que el día 4 se produce la llegada de los Reyes, y los pajes son los encargados de recoger las cartas de los niños en la Glorieta.

Anuncio de la Cabalgata de Reyes en 1913 guardado en el Archivo Municipal de Elche/ J.Maldonado

Una de las costumbres perdidas era depositar las cartas en el rey Baltasar que colocaba en su puerta a modo de buzón la antigua juguetería Almacenes Ricardo Parreño, situada en una travesía cerca de la iglesia del Salvador. Los niños esperaban con gran ilusión el acontecimiento, pues señalaba la llegada de las fiestas. Hasta allí se acercaban con sus escritos para pedir sus regalos y, en alguna ocasión, entrar a la tienda a ojear sus deseos. Con el cierre del establecimiento, la tradición se perdió.

Rey Baltasar expuesto en la recreación de la juguetería en el Museo Escolar de Pusol de Elche /J.Maldonado

La tarde del día 5, los Reyes realizan su salida desde el palacio de Altamira una hora antes de que dé comienzo la Cabalgata. Allí los esperan los niños para saludarlos antes de que partan a la calle Reina Victoria montados en el Trenet .

El Rey Melchor encabeza el recorrido hasta la C/Reina Victoria mientras saluda a los niños/J.Maldonado

El recorrido de la Cabalgata ha sido modificado con el tiempo debido al crecimiento de la misma y del número de espectadores. “El trayecto se ha aumentado y recorre Reina Victoria, la Corredera y gira por el Carrer Ample llegando hasta el final del mismo para volver a Altamira por el Carrer de la Diagonal del Palau”, explica el periodista de Visit Elche Antonio Sánchez.

En los primeros años de la Cabalgata, sobre 1940, su trayecto era muy escaso: comenzaba en el actual cruce de Reina Victoria y Jorge Juan y finalizaba en la Plaça de la Mercè. Esto se debía a que la ciudad todavía no contaba con las edificaciones actuales, sino que era un pueblo mucho más pequeño. Este cruce era la parte final del mismo. No fue hasta los años 60, con la expansión del calzado, la industrialización y el posterior crecimiento de la localidad cuando la Cabalgata aumentó su recorrido.

Según Blanca González, ex concejala de fiestas y organizadora de la Cabalgata durante 4 años, el desfile “ha ganado en espectacularidad y sobre todo en seguridad” y es que con el paso de los años se ha incrementado el número de personas que participan en el evento. En el año 2014 intervinieron alrededor de 600 personas; este 2018 han sido más de 700 y 15 carrozas -4 más que el año anterior-. En cuanto a los efectivos de seguridad, 104 auxiliares acompañaron las carrozas y el recorrido en 2014, mientras que este año han sido 120 los que han protegido el trayecto.

Blanca González: “Nosotros no somos partidarios de sacar animales en la Cabalgata; ésto se suprimirá por completo”

Internamente, la Cabalgata ha ido introduciendo una primera parte infantil para disfrute de los más pequeños, algo que en los primeros años no se hacía.

La escenificación de personajes de dibujos animados como Bob Esponja, Toy Story o Ladybug han sido los protagonistas este año.

El desfile, por lo tanto, cuenta con dos partes: la infantil y la bíblica tradicional, tal como explica el edil de fiestas José Pérez. La participación de la batucada y de compañías como la colla El Cascabot, con las dolçainas y tabalets, ha marcado el ritmo de esta segunda parte. La música, una característica de los actuales desfiles, es un elemento que no se introdujo en la ciudad hasta los años 60. En un primer momento, el recorrido se realizaba sin acompañamiento musical.

En 2018 se han colocado 1400 sillas menos que en 2017 y se han ofrecido el doble de entradas por Internet para agilizar su venta

Por otra parte, la Cabalgata es sinónimo de caramelos. Los pajes y los reyes reparten dichos dulces en su paso por las calles de la ciudad. Sin embargo, esta idea llegó a Elche con el crecimiento de la fábrica de caramelos Damel, tal como recuerda Héctor López, ilicitano de 76 años.

Estas golosinas fueron un elemento que se comenzó a usar en el desfile debido a la colaboración de la empresa con la festividad.

Además de mantener la parte tradicional y de introducir nuevos elementos, la Cabalgata también se ha desprendido de otros. Desde 2011 el Río Safari de Elche colaboraba con ésta cediendo animales que participaran durante el recorrido, como elefantes o camellos. Ya desde el año 2016 el desfile ilicitano ha quedado libre del uso de animales. González afirma que no son partidarios de sacarlos en las cabalgatas y que es una práctica que se va a suprimir por completo.

Fernando Durá, concejal del Grupo Municipal Ilicitanos por Elche, mostró su queja por redes sociales ante el incidente de las sillas/ Twitter

Algo que no desaparece es la polémica de la venta de las sillas que se colocan a lo largo de Reina Victoria. Las colas para comprar los tickets han sido uno de los problemas que se han intentado solucionar, pero el más destacado fue la duplicidad de las entradas en el año 2017 debido a un error en la coordinación de venta on-line y física. Con el aumento del recorrido, ese año se añadieron 2600 sillas más que hacían un total de 10600 asientos. Lo que inicialmente se realizó para mejorar la comodidad de los asistentes, produjo un problema para los mismos. Así, este año ha disminuido el número de sillas -1400 menos con respecto al año anterior- y se han ofrecido el doble de entradas por Internet para agilizar su venta. A pesar de ello, se produjo un nuevo inconveniente: la reventa de los tickets. Las entradas puestas on-line el pasado 26 de diciembre se agotaron rápidamente, lo que hizo que las colas para la venta física se redujeran, aunque algunas de éstas fueran de hasta nueve horas, según el periódico Información. Algunos usuarios de la red aprovecharon la demanda para revender las entradas, que valen 1,50€, hasta a 8€.

Lo que por el momento no se plantea la concejalía es introducir los cambios que realizó la cabalgata principal de Madrid en 2016 ni la del barrio de Vallecas este 2018.

Sin embargo, la tradición de las llamadas atxas se ha empezado a recuperar desde hace unos 20 años. Estas antorchas se preparan desde hace más de 300 años, según Miguel Ángel Sánchez, presidente de la Asociación de palmereros, y se encienden el 5 de enero para mostrar a los reyes el camino para dejar los regalos. En los primeros años, los pajes las portaban en el desfile y las familias se juntaban y encendían las suyas propias. Con la llegada de los primeros coches, esta costumbre fue perdiéndose, quizá por la peligrosidad que suponía el fuego.

La decisión de retomar esta costumbre es una forma de “apoyar la tradición ilicitana y palmerera”, según Blanca González. Actualmente, se realiza un mercado de atxas en la Plaça Baix para que los ciudadanos las adquieran con mayor facilidad y, a pesar de que en el propio desfile no se llevan encendidas, la quema se realiza en el palacio de Altamira al finalizar el recorrido de la Cabalgata.

La festividad de la llegada de los Magos de Oriente ha sido digna de ocupar las portadas de los periódicos durante sus años de celebración. El 5 de enero de 1955, el periódico Información comentaba el recorrido que realizaría la Cabalgata en la ciudad de Elche. Pero lo que más destacaba el diario era la “admirable participación del Frente de Juventudes, encargados de avisar a los niños pobres de próximas entregas de juguetes en el Hogar Rural de la Organización Juvenil”. En aquellos años, parte de las publicaciones versaban sobre la figura de las organizaciones que formaban parte del régimen franquista, encargadas de preparar parte de las fiestas, tal como comenta Miguel Ors Montenegro, profesor de Historia del Periodismo y director de la Cátedra Pedro Ibarra de la Universidad Miguel Hernández de Elche.

Además, La Verdad en 1956 dedicó un espacio en algunas de sus páginas a un poema titulado “¿Qué le han puesto los Reyes Magos…?” y un artículo firmado por Pedro Vázquez Cano sobre la “Representación de los Reyes Magos”.

Parte de una de las páginas del periódico Información en 1955 guardada por el Archivo Municipal/J.Maldonado

Año tras año el vaso de agua, el pasto y los zapatos se siguen colocando en las casas de las familias ilicitanas. Puede haber cambios en la celebración de la festividad, pero lo que nunca se perderá es la ilusión de niños y adultos de observar el espectáculo de la Cabalgata de Reyes y recoger esos caramelos que recuerdan la parte más dulce de las fiestas.

¿Qué sabes sobre la Cabalgata de Elche?

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Judith Maldonado

Periodista ilicitana, asociada de la Asociación de Periodistas de Elche. Graduada por la Universidad Miguel Hernández.