Presidente el Centro de Recursos Educativos de Alicante, Germán Moya Hernández

“Donde haya un niño con necesidades visuales allí está el CRE para ayudar”

ISABEL GARCIA MADRIGAL
proBeta
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3 min readOct 13, 2017

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Germán Moya Hernández | Foto cedida por el autor

Desde el año 2002, la ciudad de Elche apostó por la educación inclusiva de las personas ciegas para ayudarles a su integración social. Desde ese momento y gracias a la ONCE y al Centro de Recursos Educativos (CRE) de Alicante y a su Director, Germán Moya (Murcia, 1974), los alumnos con discapacidades visuales reciben todas las ayudas necesarias para poder completar con éxito su etapa escolar.

Este año hay siete mil quinientos alumnos ciegos en toda España de los cuales, veintisiete se han incorporado en los centros educativos ilicitanos, desde la etapa infantil hasta los estudios universitarios. Germán Moya afirma que desde el Centro de Recursos Educativos de Alicante, todos los años mandan a maestros de apoyo para asesorar tanto a los profesores que van a impartir las clases, como a todos los alumnos y también a las familias de los alumnos que padecen la discapacidad visual para facilitar su integración. Estos maestros a parte de asesorar también se dedican a enseñar a utilizar las herramientas para facilitar la comprensión a los alumnos con ceguera.

Estas herramientas dependen de la edad y la etapa escolar en la que se encuentre el invidente, asegura Moya. Un tipo de material para los niños ciegos que empiezan el colegio sería el braille para conseguir un código de lecto-escritura, una vez que se tiene este código se van introduciendo las nuevas tecnologías, por ejemplo las líneas braille conectadas a ordenadores e incluso teléfonos móviles. Otra de las herramientas utilizadas son los lectores de pantalla, que a través de la voz muestran lo que hay en la pantalla. Si el alumno con ceguera se encuentra en bachillerato, por ejemplo, para las matemáticas se utiliza un programa denominado “Landa” para que pueda entender lo que se realiza en el aula.

Moya afirma que aunque las nuevas tecnologías les ayudan cada vez más, no hay que olvidarse de los métodos tradicionales, debido a que con un lector que te interprete la pantalla no se aprende a leer con braille. De esta forma no se disfruta de la literatura como se disfruta mientras estás tocando o leyendo en braille.

“Intentamos dar a cada alumno lo que necesita en cada momento”

Moya declara que cada alumno con discapacidad visual recibe un plan individualizado de atención, ya que por ejemplo, un alumno sordo-ciego necesita, a parte de las herramientas de las que disponen, un mediador que le interprete en la palma de la mano lo que se está diciendo en ese momento en el aula.

Para que la ayuda sea efectiva, este año en Elche hay catorce maestros de apoyo de los dieciocho que tiene el CRE para la provincia de Alicante. A parte de los maestros también hay técnicos como psicólogos, pedagogos, trabajadores sociales, técnicos de rehabilitación, etc. que procuran que cada alumno tenga la ayuda necesaria en el momento que se precise, explica Moya.

Aunque para que realmente se consiga la integración social se necesita una ayuda conjunta, desde el CRE de Alicante se apuesta por la sensibilización, afirma Moya. Todos los martes acuden centros de toda la provincia a realizar talleres para ponerse en la piel de un niño que padece ceguera o discapacidad visual para ver como se pueden desenvolver, conocer un poco más sobre el código braille, cómo se debe guiar a una persona ciega, juegos deportivos adaptados, etc.

“La normalización es una cadena en la que todos los eslabones juegan un papel muy importante”

Moya manifiesta que la familia es muy importante ya que es donde se educa el invidente y si esta se mantiene reacia y no colabora, la ayuda del CRE no podrá ser efectiva. Por tanto, para conseguir la normalización es necesaria la ayuda de los centros como el CRE, las familias, los profesores, los maestros de apoyo, el propio alumno y sobre todo, los compañeros de clase. Gracias a todos estos actores, se consigue una educación inclusiva, una integración social y la autonomía personal de la persona con ceguera o discapacidad visual.

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