El recorrido de la producción hilo a hilo
El trabajo artesanal sigue presente en la elaboración de redes tras la aparición y desarrollo de las nuevas tecnologías
L a industria textil redera ha ido evolucionando notablemente a lo largo de los años. El principal protagonista del origen del hilo fue el cáñamo, que a pesar de las enfermedades pulmonares que ocasionaba, proporcionó numerosos puestos de trabajo en toda la comarca de la Vega Baja. El proceso de elaboración comenzaba con la plantación de la hoja del cáñamo para posteriormente hidratar las fibras de hilo, golpearlas con una “espadilla”, reducir su grosor (gracias a los rastrillos) y acababa con la formación de la propia cuerda.
Tras el declive de esta industria, el sector siguió evolucionando, ya no sólo en la mejora de los materiales, sino en el proceso de elaboración, que se basaba en el anudado de las redes a través de las agujas, que actualmente siguen teniendo un papel relevante dentro de esta industria. El tiempo estimado de producción oscilaba alrededor de 1 semana realizando más de 12 horas diarias, según ha indicado María Figenia, especialista en la mano de obra redera. En los 60–70 aparecieron en España los primeros telares mecánicos de origen japonés, lo que facilitó y aligeró la producción, aunque según el Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Granada, los primeros telares móviles tienen su origen en Egipto en la época Neolítica.
Trabajo en las fábricas
Tras abandonar el trabajo artesanal en las casas y en las orillas de los puertos, éste se trasladó a las fábricas especializadas en dicho sector, donde se tuvo una mayor organización de la producción y la que actualmente se sigue empleando. En la provincia, hay registradas 114 empresas dedicadas a la cordelería y la confección de redes, de las cuales 82 se encuentran en la comarca de la Vega Baja, según el listado de empresas del diario Expansión. Dentro de todas estas fábricas se desarrollan diferentes labores que se reparten entre los empleados que la forman. Por un lado, encontramos a los telaristas, cuya función se centra en el manejo de los telares que extraen la red. A continuación están las rederas, que se encargan de revisar la red con el fin de arreglar cualquier roto que haya podido realizar el telar. Por otro lado, juegan un papel importante los termofijadores, los cuales “cuecen” la red dentro de un horno para que ésta se endurezca y los nudos que la forman queden fijados y no se deshagan tras su uso. Así pues, cada empresa tiene una forma de utilización de esta herramienta, lo que las diferencia dentro de este sector, y los empaquetadores, que se encargan del embalaje de la red y su presentación final.
En la comarca de la Vega Baja hay registradas 82 fábricas dedicadas a la confección de redes, según ha indicado el diario Expansión
Santiago Martínez: “La red con nudo desaparecerá en un futuro”
En cuanto a las maquinarias empleadas, destacan dos tipos de telares: con nudo y sin nudo, ambos destinados al sector de la pesca, deporte y protección. Cabe destacar que los telares sin nudo no son una maquinaria muy abundante dentro de la industria, pues no todas las fábricas disponen de uno de ellos. Según Santiago Martínez, empleado de la empresa Tecnored S.L, “los telares con nudo desaparecerán en un futuro, pues la red es mucho más bonita sin él”.
Por otro lado, encontramos tres materiales con los que se fabrican las redes, que son los siguientes: el nylon, el plástico y el polipropileno, cuya diferencia se centra en la dureza de cada uno de ellos. Por último, se destaca el material principal, la red, que según el encargado, encontramos dos tipos: las de arrastre, que se emplean principalmente para la pesca, y las bajuras, destinadas al mundo deportivo y construcción.
Expansión de la industria
El sustento de este sector y sobre todo de las empresas dedicadas a esta industria se basa en la expansión nacional e internacional que pueda alcanzar cada una de ellas. La gran mayoría de los pedidos que se realizan pertenecen a países con un litoral amplio y rico en el sector de la pesca, pues la fabricación de la red necesaria para este sector primario es la más común en las fabricas. Germán, especialista en las relaciones exteriores ha indicado que actualmente los principales clientes internacionales se encuentran en países como: Rusia, Marruecos, Francia, Alemania, Dinamarca, Argentina, Canadá, Chile y Arabia Saudí. La razón por la cual la mayoría de los pedidos en estas empresas pertenecen a clientes extranjeros (pueden entrar al día entre 3 o 4) es porque España tiene una actividad pesquera mucho más escasa. Los principales clientes dentro del ámbito nacional se centran en Galicia, principalmente La Coruña y Vigo, así como en el País Vasco y Huelva.
“Conseguir clientes nuevos es un proceso que puede durar años”, afirma Germán, especialista en relaciones exteriores
El proceso de captación de estos clientes es una tarea complicada y costosa para estos especialistas. Una empresa consigue clientes a través de la realización de dos tipos de viajes. Por un lado, se visitan ferias internacionales de pesca, ya que son un foco importante debido a que puedes dar a conocer tu producto. Por otro lado, se programan visitas a países donde se encuentran clientes con prestigio en dicho sector. Para llamar su atención, se les muestra el producto en profundidad y se les ofrece un paño de red totalmente gratuito y sin ningún tipo de compromiso. Además, al cliente se le brinda la posibilidad de despreocuparse del pedido, pues la empresa fabricante de la red se encarga de la elaboración y envío del encargo realizado. Germán afirma que “conseguir clientes nuevos es un proceso que puede durar años”. Su prolongación es tan duradera debido a la desconfianza hacia un nuevo producto y hacia el proveedor.
Si hay algo que resaltar es que la mano de obra artesanal va a estar siempre presente en la industria redera, pues Santiago afirma: “Todo pasa por las manos de los obreros antes de comercializar el producto”. A pesar de encontrar numerosas diferencias entre ambos procesos de producción, como por ejemplo, el tiempo de elaboración del producto, que ha descendido de una semana a unas pocas horas del día, o la innovación de los materiales empleados, no cabe duda que las nuevas tecnologías nunca van a poder superar el perfeccionismo que conlleva el trabajo realizado a mano, pues el ingrediente principal de esta brillantez es el cariño y el sentimiento con el que se elaboran los productos.
