Envejecer es inevitable, mejor hacerlo de forma sana
La población mayor de 65 años sigue creciendo en España y, con ella, la importancia de fomentar el envejecimiento activo
¿Hasta qué edad le gustaría vivir a usted? Muchas personas responderían que les gustaría llegar hasta los 100 años aproximadamente. Otras tantas dirían que les da miedo envejecer porque no quieren pasarse años en una silla o una cama. Pero ¿y si fuera posible vivir mucho y bien? Hoy en día se puede, solo hay que comenzar a cuidar la mente y el cuerpo. Si lo hacemos, todo será mucho más fácil.
La esperanza de vida sigue creciendo y está creando una población cada vez más envejecida. Población que, debido al sedentarismo, no siempre disfruta de una buena calidad de vida. Pero esto se puede evitar haciendo deporte, como bien sabe la Universidad Miguel Hernández.
La sociedad avanza a pasos agigantados, especialmente en sectores como la Sanidad. Enfermedades por las que antes moría mucha gente hoy no son más que un mal que se puede curar en cuestión de días o pocas semanas gracias a la gran cantidad de medicamentos y tratamientos médicos que han aparecido. Esto está provocando un aumento de la esperanza de vida y ha hecho que el proceso de envejecimiento en la población española se haya acelerado notablemente. En menos de 30 años se ha duplicado el número de personas mayores de 65 años.
En 1975, la cantidad media de hijos era de casi 3 por mujer en edad fértil, mientras que ahora apenas es de 1,33
Este proceso se ve acentuado por la baja tasa de natalidad que se viene registrando desde hace algunas décadas. En 1975, la cantidad media de hijos era de casi 3 por mujer en edad fértil, mientras que actualmente apenas es de 1,33. Y es que la evolución social en aspectos como la introducción de la mujer al trabajo hace que cada vez se tarde más en tener hijos y se tengan menos. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE) estos números subirán con el tiempo, ya que se estima que en 2031 la media de hijos por mujer en edad fértil será de 1,36 y de 1,38 en 2065. Aunque no es un aumento muy significativo y no podrá evitar que domine la población envejecida.
Los resultados del último estudio del INE revelan que, actualmente, las personas mayores de 65 años ocupan alrededor del 18,7% de la población total. En este sentido, y según las proyecciones realizadas por el INE, en el año 2031 las personas mayores de 65 años si situarán en el 25,6% de la población y en el 34,6% en 2066. Además, todos los grupos de edad a partir de los 70 años también experimentarían un crecimiento de efectivos. Y los mayores de 100 años pasarán de los 16.460 actuales a 222.104 en 2066.
Llegar a estas edades no es malo, al contrario. Es lo que busca la mayoría de gente. Pero lo más importante es llegar en buenas condiciones. ¿Cómo? Llevando una vida saludable. Es cierto que no siempre es posible, porque algunas enfermedades son biológicas y no se pueden evitar, pero la profesora de la Universidad Miguel Hernández Esther Sitges (UMH) confirma que “la influencia de esa parte solo ocuparía entre un 25 y 45%”. “Todo lo que hagamos a lo largo de nuestra vida con nuestro con nuestro cuerpo o mente va a determinar cómo envejecemos”, añade. Por eso es imprescindible cuidarse.
Sin embargo, a menudo ponemos mil escusas para no hacer deporte, como que entre el trabajo o la familia no queda tiempo para nada más. Algo que critica firmemente Diego Pastor, también profesor de la UMH: “La excusa de la falta de tiempo a mí no me vale. Creo que todos tenemos aunque sea media hora al día”. Y, según él, este mal hábito de no hacer ejercicio a lo largo de nuestra vida es el causante de que en la vejez tampoco lo hagamos. “Eso sí, cuando una persona coge el hábito de hacer ejercicio ya no lo deja, salvo, obviamente por cuestiones de enfermedad o similar”, expone.
De hecho, Pastor afirma que, aunque a veces son los hijos que van a inscribir a sus padres, en la mayoría de los casos son las propias personas mayores las que deciden apuntarse. “En ese momento en el que se jubilan y se dan cuenta de que tienen mucho tiempo libre deciden venir. Porque algunos solo se apuntan para pasar el rato. Aunque luego hay otros que sí les gusta y lo hacen porque se sienten mejor”. Los mejores ejemplos de esto son Rafael y Juana que, tras jubilarse, decidieron que tenían que hacer algo si no querían “caer en depresión”, como apunta Rafael.
La UMH, gran promotora del envejecimiento activo
La Universidad Miguel Hernández es consciente de lo transcendental que es cuidar a una población que cada vez es más numerosa en nuestra comunidad, la tercera edad. Por ello, ha creado numerosos proyectos con el fin de fomentar el envejecimiento activo. Uno de ellos es Sabiex, que lleva en activo alrededor de cuatro años. “Es un proyecto integral para mejorar la calidad de vida de las personas mayores dentro del contexto de universidad”, explica Sitges, directora del proyecto.
Dentro de Sabiex se encuentra el programa Actívate, en el que se realizan talleres orientados a mejorar la capacidad física y cognitiva de las personas mayores. Para tratar cada una de las dos cuestiones, cuenta con dos programas: FisioGym y NeuroGym.
El primero busca la mejora cardiovascular, así como aumentar la fuerza muscular de los alumnos, mediante sesiones que se llevan a cabo dos veces por semana. Sin embargo, dos días no es suficiente para Diego Pastor, director de FisioGym, que entiende este programa como un puente. “Nosotros intentamos captar a los mayores que no hacen nada de deporte para que se vengan dos días a la semana, que no es mucho para ellos, y se enganchen al ver los beneficios de hacer deporte”, explica.
“La mayoría de alumnos piensa que tiene alguna enfermedad relacionada con la memoria. Pero casi todos acaban padeciendo falta de atención solo”, explica Ana Pérez, profesora de NeuroGym
Antes de que comience el curso, se realizan test para observar la resistencia o la fuerza que tiene cada individuo. Utilizan el Senior Fitness Test, que está muy bien explicado en este PDF. “Y ya dependiendo de lo que saque y de la edad que tenga cada uno tratamos al menos no pierdan esas capacidades. Porque en esta población, el hecho de mantenerte de un año a otro ya es un éxito”, cuenta Laura, monitora de las sesiones FisioGym. Estos test también ayudan a analizar cuáles son los principales problema que presentan las personas que acuden a realizar el programa. “Aunque viene gente con alguna enfermedad puntual, la mayoría presenta problemas propios del envejecimiento o por no haber hecho deporte a lo largo de su vida”, explica Laura.
Para combatir estos problemas, Laura afirma que suelen hacer principalmente trabajos de fuerza-resistencia para que ganen potencia y para mejorar su capacidad aeróbica si tienen problemas de colesterol o hipertensión. Los ejercicios que realizan son caminar durante un tiempo determinado o hacer sesiones de aerobic, step, etc. Juana reconoce que este programa le ha ayudado a alcanzar el nivel de vida que deseaba. “Antes no podía andar más de 15 minutos sin descansar, mientras que ahora puedo dar largos paseos sin cansarme apenas”, cuenta. También trabajan la cognición adaptada a la actividad física, ya están muy relacionadas, con circuitos para mejorar la atención y la capacidad de aprendizaje.
Una de las cosas a Laura le gustaría es que los ejercicios se pudieran adaptar a las capacidades de cada persona pero no puede. “Sería lo mejor. Pero cuando tienes 15 personas en un mismo grupo pues no puedes. Porque por ejemplo yo soy solo una”. Entonces, tiene que buscar algo intermedio que facilite las cosas a los alumnos y, a la vez, sea cómodo para ella. “Intento ir variando los tipos de sesiones y en la misma clase planteo tres tipos de intensidad acorde a los tipos de personas que tienen y trabajamos con ellos marcando esos tres niveles”, argumenta.
Aunque no siempre está sola, ya que a veces cuenta con la ayuda de alumnos que están cursando cuarto de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte (CAFD). Estos acuden para realizar las prácticas de la asignatura “Actividad Física Y Deportiva en la Tercera Edad”. Otra muestra más del compromiso de la UMH con la tercera edad y es que, como afirma Laura, esta población cada vez es mayor y “hay que cuidarla”.”Ahora la gente con 60 años está muy bien y, para no dejarlos “tirados”, aquí les abrimos las puertas para que puedan hacer algo”, destaca.
Por otra parte, NeuroGym está orientado a mejorar la cognición de los alumnos con dos sesiones semanales también. En este caso se realiza el Test Barcelona, que mide funciones cognitivas, funciones ejecutivas, el lenguaje, etc. Los pacientes hacen este test al principio del programa y al cabo de seis meses para comparar la evolución, que suele ser “muy notable”, según Ana Pérez, profesora de las actividades de este programa. “Se observan diferentes beneficios porque nos centramos en los deterioros cognitivos que se dan de forma normal en la edad”, desarrolla.
La profesora revela que normalmente las personas que acuden lo hacen quejándose de problemas de memoria. “A estas edades tienen muy presentes enfermedades como el Alzhéimer o la demencia, por lo que a la mínima se creen que las padecen. Y esto les provoca mucha ansiedad”, explica. Sin embargo, gracias al test al que se someten los alumnos, puede afirmar que la mayoría de veces solo presentan problemas de atención.
Pero, aunque la atención sea el principal problema, se trata de trabajar todos los ámbitos cognitivos. El programa está dividido en tres bloques: primero se trata la percepción con juegos de visualizar; después la atención, mediante fichas que fomenten la concentración; y, por último se trabaja la memoria con juegos de memoria, bien en ordenador, con fichas o en grupos. Y, además del Test Barcelona, al principio de cada uno de estos bloques se pasa otra prueba específica para medir lo que están trabajando. “Entonces esto nos da un feedback para saber qué estamos haciendo y si lo hacemos de manera eficiente”, declara Ana Pérez.
Aquellos mayores que decidan apuntarse a Actívate pueden elegir entre FisioGym y NeuroGym o incluso apuntarse a los dos programas, como es el caso de Micaela y Rafael. Ambos están muy satisfechos con el proyecto y no cambiarían nada. Rafael reconoce que “pensaba que sería más difícil porque nunca había hecho deporte a este nivel, pero es bastante fácil”. Por su parte, Micaela destaca lo mucho que ha aprendido.
Otro de los beneficios que aporta este programa es a nivel social y psicológico. Muchas personas mayores cuando se jubilan pierden el contacto con sus compañeros de trabajo y salen cada vez menos. Esto al final hace que se aíslen, que caigan en la monotonía, que se sientan solos o aburridos. Emociones que al final también influyen en la salud. Y en Actívate tienen la oportunidad de volver a relacionarse, conocer gente y mantener su mente ocupada. “El ambiente entre los alumnos es fenomenal, y con los profesores también”, señala Micaela. “Cuando dejé de trabajar pensaba que lo iba a pasar peor. Pero gracias a venir aquí ni me he enterado de mi jubilación”, apunta Rafael.
Ha quedado patente que cada vez seremos más los que superemos los 65 años, e incluso los que lleguemos a los 100. Pero esto no aportará nada si nos sentamos a ver pasar los años sin hacer ningún tipo de ejercicio, pues llegaremos deteriorados y no lo podremos disfrutar. Así que pongámonos en marcha antes de que sea tarde. Porque, como dijo Abraham Lincoln, al final lo que importa no son los años de vida, sino la vida de los años.
