Las alteraciones psicológicas del colon irritable

Los desórdenes emocionales afectan al 80% de los afectados, según el estudio del Instituto de Ciencias Médicas y Nutrición de México

Miriam Gámez
7 min readNov 14, 2017
Josefina García, afectada de colon irritable/ M.G.

Son las once de la mañana de un martes de diciembre. Se escucha el barullo de la gente en la última planta del Centro de Salud de Aspe. Tras unos instantes, se ve como una chica, afectada emocionalmente, baja las escaleras. Unos segundos después, se escucha: “Josefina García, pase a consulta de Psicología”.

Josefina forma parte del 10% de la población española afectada por el síndrome del intestino irritable, más conocido como colon irritable. Ha decidido acudir a la consulta de Psicología con la esperanza de que le ayuden a gestionar los trastornos emocionales del día a día, pues estos afectan negativamente a la enfermedad, incrementando el número de brotes y la intensidad de estos.

“Hace nueve años me diagnosticaron colon irritable después de acudir muchas veces a urgencias. Nunca pensé que el resultado del diagnóstico sería este”, asegura Josefina, afectada de colon irritable

Síntomas del colon irritable

El colon irritable es un trastorno crónico digestivo que presenta como principales síntomas, según la Fundación Española del Aparato Digestivo : el dolor o molestia abdominal, la hinchazón abdominal y la alteración del hábito intestinal (estreñimiento y/o diarrea). Sin embargo, estas manifestaciones varían mucho de un afectado a otro, pues pueden verse acompañados por cansancio, saciedad temprana al comer, nauseas o vómitos.

No obstante, existe un conflicto en torno a la determinación de los síntomas característicos de dicho síndrome. Según el estudio realizado conjuntamente por el Hospital Clínico San Carlos y el Instituto Clínico Carlos III de Madrid, y publicado en la Revista Española de Enfermedades Digestivas, el 50% de los especialistas no consideran que la inflamación intestinal sea uno de los síntomas.

Otras manifestaciones cuestionadas son el dolor epigástrico, con un 50.9% de desacuerdo, el tenesmo o gana frecuente de defecar con un 20% y el alivio tras ventosear con un 3.6% de desacuerdo entre los expertos.

Datos obtenidos del estudio realizado conjuntamente por el Hospital Clínico San Carlos y el Instituto Clínico Carlos III de Madrid/ M.G.

Estas percepciones dispares conllevan que un mismo afectado pueda obtener diferentes diagnósticos según el experto visitado, alargándose así la incertidumbre de los enfermos.

Más del 90% de los facultativos considera que en las etapas iniciales del colon irritable, ocasionalmente basta con tranquilizar al paciente, según el estudio realizado conjuntamente por el Hospital Clínico San Carlos y el Instituto Clínico Carlos III de Madrid

Tratamientos y unidades hospitalarias específicas

El colon irritable, como otras muchas enfermedades, no dispone de un tratamiento estándar para esta dolencia sino que se combinan varios dependiendo del paciente.

Según la Fundación Española del Aparato Digestivo, los tratamientos más comunes combinan antidiarréicos, espalmolíticos, antidepresivos y fármacos paliativos del dolor. Asimismo, recomiendan comer alimentos con fibra y evitar aquellos con cafeína, especias y picante, así como realizar ejercicio.

Fármacos recetados a los afectados por el síndrome del intestino irritable / M.G.

Otro factor a tener en cuenta son los pocos centros hospitalarios españoles que cuentan con unidades médicas específicas para esta dolencia. Esto conlleva que el diagnóstico definitivo de la enfermedad sea lento y tardío.

Mapa de los centros hospitalarios con unidades específicas / Realizado por Miriam Gámez

Colon irritable frente a otras enfermedades inflamatorias intestinales

La línea que separa este síndrome de la colitis ulcerosa, una enfermedad inflamatoria intestinal, es muy fina, ya que la zona afectada y los síntomas son idénticos pero en el caso de la colitis ulcerosa se genera una lesión en el colon.

Comparativa del síndrome del intestino irritable y la colitis ulcerosa realizada por Miriam Gámez

Debido a la similitud entre ambas afecciones, los estudios psicológicos extrapolan sus resultados.

Alteraciones psicológicas en las enfermedades crónicas

El síndrome del intestino irritable, así como otras enfermedades crónicas, afectan a los enfermos de dos formas diferentes, desde el punto de vista psicológico.

Tras el diagnóstico, en la fase inicial, se produce una alteración física, social y mental. Más tarde, cuando se acepta el carácter crónico de la dolencia, se generan una serie de cambios permanentes a nivel psicológico.

Para asimilar el carácter crónico de la enfermedad, la psicóloga Belén María Horcajo del Hospital del Vinalopó recomienda emplear la “Reconstrucción de la historia de enfermedad” ya que a través de este procedimiento se va recordando junto a la persona cómo se inició todo el proceso y comentando a cada paso cómo se fue sintiendo, qué pensaba, qué hizo, etc.

“ Es fundamental explorar las expectativas de evolución según la información médica personal recibida”, asegura la psicóloga Belén María Horcajo del Hospital del Vinalopó

Las vivencias de los afectados siguen esta línea pues en una encuesta realizada a 75 afectados, el 95% reconoce que tras el diagnóstico definitivo sienten miedo e incertidumbre, frente al 5% restante que asegura sentir tranquilidad.

Datos obtenidos de la encuesta realizada /M.G.

Factores psicológicos que pueden incrementar los síntomas en el colon irritable

Existen tres tipos de factores que podrían incrementar los síntomas de la enfermedad, según el estudio de Mariela González, doctora en Psicología por la Universidad de Chile, publicado en la revista Gen.

En un primer lugar se encuentran los factores cosgnoscitivos, es decir, el comportamiento enfermizo del paciente y el empleo de malas técnicas de adaptación a la enfermedad. Otros factores son los fisiológicos, pues alteran la modulación del dolor. Por último, se encuentran los factores conductuales, como el estrés o la depresión.

Los factores conductuales son los que mayor incidencia tienen en las enfermedades inflamatorias intestinales. Así lo refleja el estudio realizado por el psicólogo Huerta, del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición de México, en el que se determinó que los desórdenes emocionales estaban presentes en el 80% de los afectados.

El 80% de los afectados por enfermedades inflamatorias intestinales presentan desórdenes emocionales, según el estudio realizado por Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición de México

Dentro de esas alteraciones, las más destacadas son la depresión, con una incidencia del 52% de los casos, y de la ansiedad, presente en un 5.4% de los afectados.

“La adecuada gestión de las alteraciones emocionales pasa por gestionar el estrés. Esto se consigue estableciendo rutinas diarias ordenadas y organizadas, manteniendo hábitos de vida saludables (sueño, alimentación y ejercicio), no sobrecargándose con múltiples actividades, sino aprendiendo a priorizar en función de la necesidad y/o urgencia de cada actividad, pidiendo ayuda cuando se requiera y aprendiendo a delegar”, asegura la psicóloga del Hospital del Vinalopó, Belén María Horcajo.

Siguiendo la línea anterior de los factores conductuales, y también a partir de otro estudio realizado por la psicóloga Mariela González, se determinó que el 60% de los pacientes que había experimentado un evento negativo en su vida sufría un incremento de los síntomas durante los siguientes ocho meses.

No obstante, existe un conflicto entorno a la definición de evento negativo pues para unos expertos se trata de acontecimientos vitales, mientras que otros consideran que son eventos en los que se incrementa considerablemente el nivel de estrés. Ricardo Bencomo, profesor de Psicología en la Universidad Miguel Hernández, diferencia evento psicológico de estrés desde el punto de vista psicológico.

“El estrés se produce cuando la tensión se prolonga en el tiempo. El cuerpo, para adaptarse produce cambios fisiológicos como cambios hormonales. Un acontecimiento vital también genera estos cambios pero durante un espacio de tiempo limitado”, asegura el psicólogo Ricardo Bencomo.

Para tratar estos desórdenes emocionales se emplea la Terapia Cognitiva Conductual.

“La Terapia Cognitiva Conductual se centra en tratar cambiar la manera en la que nosotros percibimos la realidad, para cambiar algunos pensamientos distorsionados que empleamos en la evaluación de un evento”, explica el profesor Ricardo Bencomo.

Elia Roca, psicóloga clínica en el Hospital Universitario de Valencia, señala en su guía Terapia Cognitiva para la depresión, según Beck, la importancia de conjugar la honestidad con la diplomacia a la hora de tratar a pacientes con trastornos emocionales, pues son propensos a hacer interpretaciones negativas.

Efectos de las alteraciones emocionales en la vida social

Las alteraciones emocionales conllevan una exclusión social de los afectados. A partir de la encuesta realizada a los enfermos, el 98% admite sentirse comprendido y apoyado por sus familiares.

En el ámbito laboral, sin embargo, la percepción cambia. El 60% no encuentra apoyo en el trabajo ya que, según explican los afectados, son “un lastre” para las empresas.

Concienciación social de la enfermedad

Para cambiar las situaciones antes descritas, se realizan numerosas acciones de visaulización del síndrome del intestino irritable.

Una de ellas fue la llevada a cabo por la Fundación Española del Aparato Digestivo en 2015, en la que se distribuyó a nivel nacional dípticos con los principales síntomas del síndrome. Además, proyectaron vídeos sobre el síndrome en los diferentes hospitales de la geografía española.

A nivel provincial la Asociación de Pacientes de Enfermedad de Crohn y Colitis Ulcerosa de Alicante está realizando una actividad bajo el lema “Sin esperas”, con la colaboración del Hospital de San Juan, con la que pretenden distribuir tarjetas para los afectados con las que podrán acceder a los servicios de establecimientos públicos como privados. Siguen la línea del proyecto realizado en Cataluña.

Vanesa Sánchez, presidenta de Apeccu, explica la actividad de “Sin esperas”.

Debido al carácter crónico de la enfermedad y al desconocimiento médico de las causas, los enfermos siguen, día a día, intentando adaptarse a su nueva situación. En el caso de Josefina, sigue bajo tratamiento psicológico y anima a los afectados a recibir ayuda por parte de los expertos. Mientras tanto, se seguirá escuchando el barullo del centro de salud de Aspe, Elche o cualquier municipio de la geografía española.

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