Estefanía Moreno | Periodista y responsable de Comunicación en Elche Acoge
“ Los medios cometen el error de relacionar un refugiado con un terrorista”
La falta de voluntad política impide que la UE cumpla con las 17.500 acogidas prometidas desde hace dos años
Casi 18.000 almas corren peligro en sus países de origen y sólo 1000 han sido refugiadas dentro de la Unión Europea. ¿El motivo? “La falta de voluntad política”, asegura Estefanía Moreno, licenciada en Periodismo y responsable de Comunicación en Elche Acoge.
En la actualidad muchas personas huyen de su país por conflictos o, peor aún, por temor a que su integridad física esté en peligro. Por suerte, existen varias plataformas en España que colaboran con el programa de acogida a refugiados de la Unión Europea. Así nace en 1994 Elche Acoge, el nuevo hogar de muchas personas que se encuentran en esta situación.
La fundación cumple un año desde que acogió a cuatro unidades familiares, aunque una de ellas ya no reside en la ciudad ilicitana. Muchos de los refugiados sufren problemas a la hora de integrarse en la sociedad española o simplemente buscan un nuevo país. “Aquella familia quería reagruparse con algún familiar en otro Estado de la Unión Europea y el programa los mandó directamente a España, concretamente Elche. Ese fue el verdadero motivo del cambio de residencia”, explica la periodista Moreno. Y así fue cómo, después de varios meses, la familia decidió reunirse con sus parientes en Alemania.
Normalmente, éstas familias no les falta de nada porque vienen con todas las ayudas establecidas por la UE. Pero la situación se complica cuando esta cuando el Gobierno dice que no va a dar ya nada porque entiende que no se trata de un asilado. Estefanía, angustiada, explica que en el caso de las personas venezolanas no hay ningún programa establecido y tardan mucho tiempo en resolver las solicitudes de asilo, “la mayoría posteriormente rechazadas”. “Un refugiado ha podido estar durante un tiempo viviendo y trabajando de manera regular, pero en cuanto el gobierno les dice que no les otorga la tarjeta de residencia en el país se convierte en una persona en situación irregular. Esto pasa con Venezuela y mucho”, insiste.
Y así sucede continuamente con los refugiados en España. Las organizaciones y personas voluntarias que colaboran con el programa refugio consiguen reintegrar a las familias que llegan al país, incluso les facilitan estudios y nuevos trabajos.
Elche Acoge como muchas otras organizaciones echan en falta una verdadera cooperación del gobierno. El país promete muchas ayudas pero luego esconde rápidamente la mano. “Si España hubiese acogido a las 17.500 personas, el gobierno hubiese mandado un mensaje diciendo que son capaces de gestionar la situación. Creo que lo hacen aposta, dicen que van a demostrar que no pueden hacer esto para hacer creer a la sociedad que no hay una solución”, opina Estefanía. Además, a esto se une la falta de sensibilización de muchos ciudadanos españoles.
En este conflicto el papel de los medios es muy importante. “La ciudadanía continuamente recibe noticias que pueden estar bien o mal por múltiples canales”. Actualmente, con los permanentes atentados que están sucediendo en diferentes partes del mundo, los medios abiertamente comparan cuando hay un atentando. “Sin indirectas cometen el error de relacionar un refugiado o musulmán con un terrorista”, lamenta Moreno. Esto es el mayor causante de la poca humanización de la ciudadanía europea con los refugiados.
La responsable de comunicación de la Fundación Elche Acoge sostiene que falta empatía. La gente es poco impermeable a poder adentrarse en las vidas o sentimientos de otras personas que huyen de su entorno. “A nuestro país llegan personas muy formadas que se merecen nuestra ayuda porque han pasado por situaciones trágicas y lo mejor para ellos es un proceso de calma y adaptación a una nueva ciudad como es Elche”. Si la ciudadanía no se pone en la piel de estas personas es muy complicado conseguir que la gente empatice.
“Es como ver una guerra en una película, para ti es ficción cuando es realidad”, resalta Estefanía Moreno.
La sociedad española, e incluso europea no ven a esta gente como similares. “Es un problema imaginario de inferioridad y falta de conocimiento”. España desconoce la cultura, el idioma y la valentía de los refugiados.
Si echamos la vista atrás, el pasado siglo los españoles también tuvieron que huir. Eran refugiados iguales que los de ahora, nada cambia. Sin embargo, en esos tiempos sí se aceptaba que la gente que escapaba de su país eran personas con mucha formación e incluso más de uno tenía un talento escondido, que más tarde sacaban a la luz. Severo Ochoa o Einstein fueron algunos de los genios de aquella época.
El grave problema en estos tiempos es la inhumanidad. Primero de todo, se debe reconocer los derechos humanos de las personas y, en segundo lugar, muchos de los acogidos, tengan formación o no, pueden aportar “conocimientos y cultura”, garantiza Estefanía. “La interculturalidad enrique a toda una población. No hay que crear barreras en tu mente. Acoger a personas refugiadas es una demostración de que se están respetando los derechos humanos porque mañana puede provocarse un conflicto bélico en otro país, incluso en España, y se repita la misma historia”.
