El lado oscuro de la belleza

La testación de cosmética en animales es una realidad a la que se enfrentan más de 115 millones de mamíferos cada año

Paula
6 min readNov 14, 2017

Tantas veces hemos estado aburridos en el baño y nos hemos parado a leer los componentes del champú o gel que más teníamos a mano. Tantas veces habremos leído esas, a veces impronunciables, palabras con el objetivo de matar el aburrimiento que parece eterno. Tantas veces, y ninguna nos hemos parado a pensar en qué o quién comprueba la seguridad de dichos productos antes de pasarlos por la maquina registradora y meterlo en tu bolsa de la compra semanal.

La fiabilidad que las marcas de cosmética nos ofrecen en sus campañas tiene detrás una grave explicación: la testación en animales. Más de 115 millones de animales sufren cada año, en laboratorios de todo el mundo, diferentes experimentos que comprueban la validez de un producto antes de sacarlo al mercado.

Consumidora en el pasillo de cosméticos de un supermercado | Paula Herrero

Ratas, cobayas, perros, gatos, conejos… son asesinados tras pasar por diferentes pruebas de testación que tienen como objetivo fijo, crear productos de belleza y cuidado personal, que no afecten negativamente al ser humano. El proceso que estos seres vivos pasan va más allá de un par de pruebas comprobantes, como muchos creen. Desde ingerir forzosamente cremas, dentífricos, jabones o espumas de afeitar, hasta pruebas de carcinogenicidad para asegurar la posibilidad de producción de cáncer en cada producto. Desde inhalar lacas o aerosoles hasta perder el oído o la vista por la introducción de grandes cantidades de champú. Desde quemar su piel por reacciones alérgicas hasta… la muerte. Y a partir de la muerte, la investigación humana.

“Los ciudadanos deberíamos hacer más manifestaciones en contra de estos experimentos y no comprar las marcas de las empresas que ensayan con animales”, expone la veterinaria Eva Monllor

Eva María Monllor es directora del centro veterinario Campoamor de San Vicente (Alicante) y, como veterinaria, se considera una defensora nata de los animales.

En el tema de la testación animal, Monllor tiene una opinión clara: “no compensan las pérdidas animales con las ventajas de la investigación, siempre hay un sufrimiento animal y eso no se debería permitir”.

Son 130 los animales que pierden la vida cada 10 minutos en laboratorios de Estados Unidos, China, Francia, Reino Unido o España; laboratorios que trabajan para las marcas de cosméticos y maquillaje más conocidas del planeta. “Los ciudadanos deberíamos hacer más manifestaciones en contra de estos experimentos y no comprar las marcas de las empresas que ensayan con animales”, aconseja la veterinaria.

Comparación de un conejo antes y después de pasar por un laboratorio cosmético | Juxtapose Paula Herrero

Alrededor de 130 animales mueren en laboratorios cada 10 minutos

Legislación

El 11 de febrero del año 2003 Europa se levantó con una noticia más que esperanzadora: La Unión Europea prohibe la testación de productos cosméticos en animales.

La nueva ley directiva 2003/15/CE trajo el aplauso de animalistas, población concienciada y, sobre todo, de aquellas marcas que no entran en la lista negra gracias al uso de métodos de testación alternativos.

La ley se dividía en dos fases. La primera, se implanta en 2009 y con ella se hacía ilegal experimentar en la UE con ingredientes cosméticos en animales y, a su vez, se prohibía la venta o importación en suelo europeo de cosméticos finalizados o ingredientes cosméticos para usar en la testación animal.

La segunda fase se implanta en 2013 y afecta a todos aquellos productos que tuvieran que realizar pruebas de toxicidad, que habían estado exentos de la aplicación en la primera fase. Esta fase cuenta con 10 años de prórroga hasta su implantación, por lo que hasta 2023 se pueden seguir realizando estas prácticas.

En 2009 se hizo ilegal en la UE experimentar con cosméticos en animales

La esperanza se perdió más rápido de lo que pensaban todos aquellos que llevaban años soñando con este momento.

Se permitía la comercialización de aquellos productos creados antes de que la ley entrara en vigor. Todo producto que contuviera un ingrediente utilizado en otros ámbitos en lo que todavía no está prohibida la testación en animales, como pasa con los productos de limpieza, podría ser comercializado. Si las pruebas de toxicidad se realizaban en laboratorios asiáticos y no en laboratorios de la UE, los productos resultantes podrían comercializarse en suelo europeo.

La última excepción de esta ley asegura que “si no hubiere un método de testación igual de fiable que el ya considerado ilegal, se podrá continuar con la testación en animales.” Así lo confirma María del Val Bermejo, catedrática de la Universidad Miguel Hernández de Elche (Alicante) en los laboratorios del área de farmacia.

“Para algunos parámetros de la investigación es necesaria la testación en animales porque ningún otro método ha demostrado capacidad predictiva de lo que ocurrirá en humanos, a pesar del tiempo y los aspectos éticos que esto conlleva”, afirma Bermejo.

Estas son las excepciones que no confirman la regla. Laboratorios y marcas se han dado la mano y han tomado la justicia por su parte convirtiendo esta ley, en una auténtica falacia.

Procesos alternativos

Es posible evitar la pérdida de más de 9.000 animales a diario en un laboratorio de cualquier rincón del mundo. Existen alternativas eficaces al proceso de testación que nos proporcionan a los consumidores una seguridad y calidad optimas, a través de un proceso de testado mucho más rápido y, lo más sorprendente, extremadamente económico.

Existen alrededor de 15.000 combinaciones de ingredientes que ya se han declarado como seguros para el uso en humanos.

Uno de los métodos más utilizados es el uso exclusivo de tejidos humanos artificiales, con respuesta similar al tejido original. Esto les sirve a los científicos para testar cientos de componentes de forma más eficiente que con el tejido animal. También, las pruebas in vitro permiten a los investigadores medir los niveles de irritación de las sustancias a través del cultivo de células en membranas y, monitorizándolas, percibir los cambios que dicha célula ha experimentado al estar expuesta a componentes químicos. Este proceso puede ser usado para determinar la toxicidad de más de 5.000 materiales diferentes.

Los matemáticos e informáticos desempeñan un papel importante en esta lucha. La creación de un modelo por ordenador permite predecir la toxicidad oral, cutánea y la irritación de los ojos, basándose en sus estructuras químicas.

La media de gasto de una empresa que utiliza el método de testación animal asciende hasta 400.000€ invertidos en una sola prueba, de un solo ingrediente, que puede tardar hasta ocho años en asegurar su fiabilidad. Mientras que, las pruebas sin animales cuestan entre 200€ y 4.000€ y pueden arrojar resultados de diversos ingredientes, en cuestión de días.

Laboratorios y empresas callan, pero a la vez, otorgan. Ellos saben que en sus manos está la posibilidad de dar fiabilidad a sus clientes sin quitarle la vida a millones de animales cada año.

Cómo saber si un producto está testado en animales

Marcas de cosmética nacionales e internacionales en contra de la testación animal unieron sus fuerzas y sus ganas de luchar contra la banalización de las vidas animales y, llegaron a un acuerdo para que sus productos fueran reconocidos de una forma sencilla y rápida.

Como identificar un producto que no testa en animales | Canva Paula Herrero

Cuando en un envase leas “Cruelty free” (libre de crueldad), “Not tested on animals” (no testado en animales), o la silueta de un conejo, podrás realizar esa compra tranquilo/a. No estas colaborando con la testación animal.

Debería de ser tan fácil como girar el bote de tu champú favorito o darle la vuelta al envase de tu nuevo colorete, para comprobar que hay detrás de ellos. Pero en ocasiones, no es así.

La solución a este problema la encontraron desde la organización estadounidenses Beagle Freedom Project que se dedica a la defensa de animales utilizados en laboratorios. “Cruelty Cutter” es la aplicación para móviles y tabletas que facilita la información de cada marca a través de un solo paso. La app te permite escanear el código de barras del producto y, de forma inmediata, te avisa de si está o no testado en un animal.Tras el escaneo la aplicación te ofrece alternativas “cruelty free” al producto y, además, da la opción de compartirlo en la redes sociales para dar difusión.

Explicación como utilizar la app “Cruelty cutter” | canva + gif Paula Herrero

De esta forma, nosotros, los consumidores, estamos a un sólo click de aportar nuestro grano de arena, salvar algún que otro animal y presionar así, a la grandes firmas.

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