María Ainhoa Leal Ruíz | Primera estudiante sorda de la UMH

“Sin intérpretes de lengua de signos no hay integración en las aulas”

Conselleria de Educación retrasa el servicio de traducción para los alumnos con discapacidad auditiva en los institutos de Elche

Noelia Gonzálvez
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Ainhoa en el edificio Atzavares de la UMH /Noelia Gonzálvez.

U n último ajuste de audífono y entra en armonía. Al mismo tiempo que articula una palabra, moldea sus pequeñas manos como acto involuntario. Vive con ímpetu los derechos de la educación para sordos más que nunca. La falta de intérpretes en los institutos está creando inseguridad en los alumnos no oyentes para acceder a la enseñanza superior. Sin embargo, Ainhoa Leal (Elche, 1996) se niega a ser una estudiante más que se echa para atrás y se ha convertido en la primera alumna sorda de la Universidad Miguel Hernández (UMH).

Nació oyente, pero a partir de los 7 años, por causas genéticas, comenzó con los síntomas de pérdida de audición hasta que alcanzó la sordera profunda. Desde pequeña, siempre le ha gustado ir a clase, leer y adquirir nuevos conocimientos. Segura de sí misma, buscó con inquietud contactos para cursar el grado de Comunicación Audiovisual. Con la ayuda de Atención al Estudiante con Discapacidad (ATED) de la universidad y la Fundación Esperanza Pertusa, ha conseguido una beca de 2.000 euros para la financiación de una intérprete personal.

Medita por un momento, coge aire y confiesa que “hubiera estudiado Magisterio si la legislación vigente ofreciera a los sordos mejores salidas profesionales”. Con las ideas claras y presa de la demanda visual, afronta la realidad con optimismo y no cierra puertas en un futuro cuando vea que las condiciones mejoran en su colectivo.

La Universidad de Granada es un referente para los estudiantes sordos. La institución pública es pionera tanto en la presencia como en la subvención de traductores. Su modelo de convenio entre federaciones y consejerías se aprobaría más tarde en el resto de centros españoles. Este es el caso de la Federación de Personas Sordas de la Comunidad Valenciana (Fesord CV) que contrata a especialistas a través de un acuerdo con Conselleria.

En la provincia de Alicante, hay seis intérpretes de lengua de señas certificados, según Fesord CV. Entre ellos, uno se encuentra en el IES Carrús, el único instituto de Elche que cuenta con el servicio de intérprete entre su plantilla docente. No obstante, no abarca toda la agenda escolar de los tres hipoacúsicos matriculados. Por su parte, en el IES Victoria Kent, una estudiante sorda y otro sordociego han denunciado que continúan sus clases en desigualdad educativa por un error de tramitación.

Sobre la situación en los institutos de Elche, Ainhoa asevera que “si Conselleria garantizara la figura del intérprete en todas las asignaturas de secundaria, el número de universitarios sordos se incrementaría”. Cuando iba al instituto IES Pedro Ibarra tampoco recibía ninguna ayuda técnica. Se sentaba siempre en primera fila para tratar de entender al profesor mediante la lectura labial. Al cabo del tiempo, se dio cuenta de que ese método requería un consumo de energía inagotable y en cuanto terminó Bachillerato, decidió aprender la lengua de signos.

La conversación adquiere un carácter serio cuando aparece la política. Una década después de la ley de reconocimiento de la Lengua de Signos de España (27/2007, de 23 octubre) le indigna que todavía exista mucho desconocimiento sobre su lengua natural. Con motivo del Día Internacional de las Personas Sordas, se organizó una marcha estatal, en la que Ainhoa participó, para reclamar el derecho a la traducción en todos los ámbitos, en especial en la educación.

“Tener una intérprete que cubra todas las horas lectivas es un lujo y no un capricho, aunque muchas veces se vea así”, reconoce. Pese a los decretos y leyes que protegen a la comunidad sorda, la ilicitana expresa que “los papeles no sirven para nada si su contenido no se plasma en la vida diaria”. Y añade: “Parece que hablemos de inclusión sólo en los documentos para que todos seamos ciudadanos de pleno derecho”. Su experiencia en el sector, pese a su juventud, le ha llevado a formar parte de la vicepresidencia de ApesoElx, la Asociación para Personas Sordas de Elche.

Sin perder el hilo del discurso, hace ademán de estirar sus extremidades. El sol aprieta y sus ojos se empequeñecen entre sus lunetas cuadradas. Un rayo de luz entra pujante cuando Ainhoa concluye sus palabras con un tono emotivo: “Me enorgullece ser la primera universitaria sorda en la historia de Elche, pero espero no convertirme en la última”.

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Noelia Gonzálvez
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Estudiante de Periodismo en la Universidad Miguel Hernández de Elche. Reportajes y entrevistas con un estilo narrativo propio.