El pánico a estar al día
¿No será que procrastinamos porque tenemos vértigo al asomarnos al precipicio del “inbox zero”, de la lista de tareas limpia?
Recientemente, mientras conducía por el monótono tránsito de la ciudad, aproveché para repasar mentalmente, de forma más o menos informal, mi lista de pendientes a corto plazo. Descubrí que estaba cerca de vaciarla, es decir, de estar al día, sin tareas perentorias pendientes o aplazadas.
Y sentí una sensación extraña, muy parecida al vértigo.
¿Y si es así, entonces, qué?
La perspectiva soñada, el panorama idealizado de poder iniciar una jornada con el célebre inbox zero, con una lista de tareas totalmente en blanco se presenta de golpe como una posibilidad aterradora. De ser así, no nos quedarían demasiadas alterantivas: o iniciamos algun periodo de descanso vacacional o nos ponemos (por fin) manos a la obra con ese gran armario cerrado y depuertas a punto de reventar que son nuestros proyectos procrastinados desde hace tiempo inmemorial.
¿No nos estaremos entregando a la procrastinación por mero horror vacui, por miedo al éxito?
La excusa perpetua de estar siempre demasiado atareados es el argumento definitivo. Con él, evitamos el elevado nivel de estrés que podríamos sentir cuando por fin llegara el momento de abrir la caja de Pandora que contiene todo aquello que hemos postergado, o peor aún, de hallarnos en esa terra incognita donde todo está por hacer, todos los rumbos son posibles y carecemos de un mapa que nos oriente.
Una situación donde el mareo se podría apoderar de nosotros, y el vacío existencial, que de ordinario vive latente enterrado bajo toneladas de excusas y pendientes, podría aflorar.
Además, cabe recordar también que se puede sentir estrés con el éxito: el “subidón” que nos proporciona el saber que hemos conseguido llegar a una cumbre puede resultar placentero pero a la vez nos aleja de un estado de relajación y serenidad. Es por lo tanto una situación no deseable.
En resumen ¿no nos estaremos entregando a la procrastinación por mero horror vacui, por miedo al éxito?
