Tener un objetivo te hará procrastinar
de las falacias del lenguaje…
Hace rato que quería retomar este tema de los objetivos y cómo nos llevamos con ellos.
Y un poco por mi propia experiencia en estos días.
Estaba dando vueltas a algo y no podía encontrarle la respuesta…y en gran parte es porque estaba haciendo las preguntas erróneas.
Me estaba preguntando todo el tiempo por qué estaba clavado ahí en ese punto…
Y si sabes qué preguntar es más fácil dar con la respuesta…no lo crees…
La cuestión que trasteando con esto, me topé con la idea de este post.
Y es que cuando estamos planteando un objetivo, suponemos que al alcanzarlo algo habrá cambiado. Y este cambio es un cambio que no estará solamente al final, sino que será aquí y ahora, un cambio hoy, mañana otro…
Cuando nos ponemos un objetivo por delante, sin saberlo, lo que estamos haciendo es ir a por esa transformación, el objetivo es sólo el final, donde habremos consumado esta transformación.
Si lo ves así, es claro que nada en la naturaleza se transforma de buenas a primeras…tienes ejemplos de sobra.
Me estaba preguntando qué hacer hoy, y cómo estar preparado para esta transformación. ¿Había que hacer algo? ¿pero qué?…Para alcanzar mi objetivo tenía que cambiar y era posible que al cambiar, mi objetivo cambiara conmigo, se fuera un poco más allá…entonces, venía la trampa.
Qué mejor manera de evitar esta duda sobre mi objetivo que alcanzándolo inmediatamente. Dar un salto hasta él y listo.
Era de alguna manera hacer trampa. Y justamente, iba a pasar eso, iba a caer en la trampa de la procrastinación.
Trampa #@!!!
Me había pasado como el uróboros que había terminado mordiendo mi propia cola.
Y esto era de alguna manera una forma de llegar a lograr mis objetivos. Lo que se traduce en: fracaso…sí, aquí fracaso es la sensación, o el mal gusto de boca, que te queda cuando te das cuenta que estás procrastinando.
Sí, fracaso. Esa palabra que suena tan fea. Y creo que suena así, porque ningún sistema de educación, ya sea más institucionalizado, como la escuela, o más antiguo, como la familia, han encontrado el verdadero significado de esta palabra.
Había caído ahí. En ese estado suelen pasarme dos cosas: Parálisis, porque ahora comenzaba a medir riesgo, luego de no haber llegado a mis objetivos. O por otro lado, abandono y renuncia.
En pocas palabras, postergar.
Y si miras las historias de Elion Musk o de Steve Jobs, o más atrás en el tiempo, de Albert Eisntein, o de tipos como Wittgenstein, todos son tipos que a pesar de la imposibilidad en que se enfrentan a su realidad hacen un cambio radical de su mundo.
Esto no cambia que haya sucedido la Segunda Guerra mientras Wittgenstein escribía su Tractatus…o que ya hayamos tomado consciencia que vamos a pasarla mal si no cambiamos nuestros patrones de consumo energéticos hacia energías renovables y sobre todo en el mundo de las automotrices, donde Musk hace tiempo que desarrolla prototipos.
Y entonces uno se tienta de correr a Wikipedia para saber cuántas dificultades han tenido que recorrer estos tipos.
Lo que quiero que veas, es que cuando llegas al punto de querer tu objetivo, pero no su transformación, no estás queriendo tu objetivo. Lo ves…No es el objetivo sino la transformación que encierra este objetivo lo que quieres.
Qué importa si puedo “ganar” doce horas para mí semanalmente, sino tienes claro para qué…qué importan las dificultades para escribir un libro o para desarrollar un producto revolucionario que nos llevará a Marte.
Ese “para qué” que está ahí, es todo.
Otra cosas que me enseñan estos tipos, es que esos cambios, estaban más allá de sus posibilidades, mucho más allá. Y esto implicaba que había que hacer algo en comunidad. Wittgenstein no se salvó solo de las balas rusas. Ni Musk llegará a Marte solo. Te lo puedo asegurar. Necesitamos una comunidad, nuestro objetivo debe ser trascendente a nosotros mismos. Y con esa transformación por delante, qué puedo hacer ahora.
Si disfrutaste del artículo, puedes hacerme un regalo: compartirlo, darle a los 💚💚💚eso me ayuda a llegar a más tipo como yo…y como dije, no creo que pueda solo, así que, que tal si me dejas tu email, y vamos a ayudarnos a cambiar nuestros hábitos procrastinadores…
PD: como pracastinador obseso no prometo la semana que viene realizar otro artículo, al menos no antes del miércoles cuando las alarmas se enciendan.
