Bullet journal for dummies y en español

El fin de la procrastinación

María Florencia Penén
Productividad
9 min readAug 15, 2016

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Nota: este post está editado con nuevas fotos en: https://tedeflor.wordpress.com/2017/01/19/un-bullet-journal-para-cada-uno/

Procrastinar es posponer. Es pasar el tiempo, utilizar energía en dejar para después la realización o el inicio de tareas. Por la razón que sea. Por no dimensionar bien el tiempo, por ponernos a hacer actividades parasitarias, por no saber por dónde empezar. Lo peor es que mientras no hacemos lo que tenemos que hacer –muchas veces son cosas que, además, elegimos o nos comprometimos voluntariamente a realizar-, nos agobia pensar en los pendientes -porque ocupan lugar en el cerebro, desgastándonos- y además, mientras tanto, no solemos realizar actividades que realmente nos satisfagan, y tampoco descansamos. El clásico ejemplo es pasar dos horas en redes sociales, mirando, stalkeando y debatiendo, es decir, realizando todo tipo de lecturas y recibiendo estímulos agotadores. No dormimos la siesta, no hicimos lo que teníamos que hacer, tampoco salimos a pasear o a emborracharnos o a hacer ejercicio.

Para eso uso el Bullet journal, BuJo, o diario de viñetas. Es un sistema de organización que te sirve para plantear día a día las actividades –de distinto tipo- que elegís hacer, y tratar de hacerlas. No más que eso. Te sirve si te gusta escribir a mano, y te sirve más si tenés trabajos o actividades donde tenés diversidad de tareas que no son fijas cada día. También si estudiás, si estás iniciando un proyecto y sirve un montón si querés fijar hábitos. El corazón del Bullet journal, que ya es una movida y que inventó un tipo (links abajo), es un código personalizable de viñetas con el que vas interactuando a lo largo del día. Eso, y la planificación día por día. Pero empecemos por el principio.

1. El índice

La idea del Bullet journal es que es una agenda hecha a mano. Un método de planificación personalizable donde no te obligás a usar las herramientas de organización o las secciones de tu agenda que no te sirven, si no que te tomás unos minutos por día para registrar lo que te interesa, según tus actividades, hábitos y personalidad. Dicho de otra manera, si sos una persona constante y organizada, con un trabajo mecanizado y algunos hobbies y hábitos saludables con los que no te cuesta cumplir, quizá el Bullet journal no sea necesario ni útil para vos.

El índice es tan simple como que agarrás tu cuaderno preferido (yo uso los ABC de Rivadavia cuadriculados), tomás la primera doble página libre y anotás páginas y temas, de manera que cuando querés registrar algo, sea lo que sea, en vez de buscar en secciones o cosas raras, vas a la próxima página libre y listo. Sólo usas las páginas que necesitás, en el orden que las necesitás. Y así nunca te sobra ni falta espacio. Así, las cosas van siendo anotadas a medida que van pasando, y para localizarlas vas al índice. Simplemente, cuando empezás una página, le ponés el número, vas al índice y anotás lo que hiciste ahí.

2. Future log y los nuevos calendarios

Planificar es pensar qué cosas queremos que sean diferentes en el futuro, y empezar a cambiarlas hoy. Eso, y sacarnos de encima las cosas urgentes para tener tiempo para dedicarnos a las importantes. No tiene tanto que ver con cumplir con una rutina como con administrar mejor y disfrutar más del tiempo libre.

Hay varios métodos para hacer esto. Lo ideal sería arrancar el año con un cuaderno nuevo y tener una mirada panorámica, porque el nuevo ciclo trae ese impulso. Pero como la propuesta es empezar el bullet journal hoy mismo, incluso a mitad de semana o mitad de mes, utilizá el future log que te sirva. Hay varios, el Calendex, el Allastair, y pienso hablar de ellos en otros posts, pero yo me quedaría con tres.

  • Un plan de vuelo de eventos fijos, que puede ser anual, semestral o trimestral. Yo sólo haría pequeñas listitas abajo del nombre del mes, o al lado de un pequeño calendario del mes. Acá irían cumpleaños, vacaciones y actividades planificadas a muy largo plazo, como viajes de trabajo, conferencias, etc.
  • Un calendario mensual, donde mi preferido es el de los cuadraditos, o la lista con la letra inicial del día y el número al lado, uno abajo del otro. Acá se trasladan los eventos fijos del calendario más grande y se agregan citas de cualquier tipo, como reuniones, encuentros informales, compromisos y citas con el médico o la depiladora. Este es el que miramos cuando le vamos a confirmar a alguien si tenemos el día libre o no. Según la cantidad de actividades de este tipo que tengamos, depende si este calendario te sirve o si necesitás que sea más grande. Acá me gusta agregar objetivos a largo plazo y actividades o planes para el mes siguiente.
  • Una página de tareas semanal. Esta puede ser o no necesaria o útil. Quizá puedas elegir sólo utilizar el calendario mensual, o sólo utilizar esta. Depende de vos. Yo uso sólo una carilla para visualizar actividades extra al trabajo, y visualizar qué días tengo mayor cantidad de horas libres. Siempre preparo esta página al iniciar la semana. Además agrego un planificador de comidas, cosas que tengo que comprar y lo más importante es una lista de tareas que me propongo realizar o comenzar esta semana. No importa tanto qué día, sino simplemente listar pendientes. Se puede dejar un pequeño espacio para la semana que viene, para anotar cosas que van surgiendo esta semana, la segunda parte de un proyecto que inició en esta, o actividades que no llegamos a hacer esta semana y que tienen que ser reprogramadas.

3. Bullet journal, o el diario del día

Esta es LA clave. Si no tenés ganas de hacer todo lo anterior, te propongo que en un cuadernito o en tu agenda de siempre, utilices este método esta semana. Y después me contás (paraaaaaá telemarketer). Es así. La noche anterior, a la mañana mientras desayunás o apenas llegás a trabajar (yo hago eso, trabajo excesivamente temprano y me organiza la jornada), te hacés una lista de tareas para el día. Revisás los planificadores anuales o mensuales, cosa de anotar el cumple de la tía y la cita con el dermatólogo primero, y después todo lo que tengas ganas de hacer, que pienses que podés hacer y que no hagas naturalmente. Esa es mi regla.

El corazón del método son los signos. Yo uso los tradicionales, pero cada uno puede personalizar sus claves y agregar más.

Fe de erratas! El signo de admiración (!) es para algo que te inspira o te llama la atención, la prioridad se marca con un asterisco *.

Si anotás cosas que tendrías que hacer pero no vas a llegar a tiempo, no lo registres. Si vas al gimnasio todos los días, no hace falta que lo anotes. Si querés empezar una rutina, escribilo. Si tenés que empezar un proyecto largo, anotá sólo el primer paso. Escribí “empezar la tesis” si querés, pero sería mejor que hayas desplegado en una hoja aparte los pasos del proceso y que hoy sólo anotes “abrir el Word y tirar ideas”, o “chequear dónde consigo la bibliografía”, o “armar la carátula y la estructura”. Si todos los días te tomás un ratito para limpiar tu casa, podés evitar anotar algo tan cotidiano, pero si sos como yo, está bueno registrar “lavar los platos y poner un lavado de ropa” o “ir a la verdulería”. También sirve anotar cosas lindas como “ver el último capítulo de Stranger Things”, así tenés una mirada del día completa. En resumen, es un registro del día.

4. Durante el día.

Es buena idea ir interactuando con el Bullet journal, ir marcando lo que hacemos y anotando otro tipo de notas y observaciones. Además, es lindo que registres una frase que te gustó o un libro del que hablaron en el trabajo que te dio curiosidad, o un evento que anunciaron en la radio al que te gustaría ir (me pasa todo el tiempo).

El proceso de migración se puede hacer durante el día o al finalizarlo, o el día siguiente. La idea es ir reprogramando las actividades que decidimos no hacer hoy o no llegamos a hacer. Simplemente, se la identifica con una flechita y se la vuelve a registrar mañana. Si no vale la pena reescribirla, entonces probablemente no valga la pena hacerla.

5. Variantes

Además, podés agregar el agua que vas tomando para fijar el hábito y registrarlo, tus comidas y gastos. Incluso los síntomas de tu período menstrual, tu cambio de peso, tus horas de sueño, tus tiempos de running. Esto lo podés hacer cada día, en la hoja semanal, o podés usar una hoja aparte para cada tema. Depende de vos, del tema que querés modificar para ser más productivo, más saludable o más feliz, y de si vale la pena tomarte el tiempo de registrarlo.

6. Listas

La idea del Bullet Journal es pasar por escrito la información que no querés que ocupe lugar en tu cabeza. Esto no significa olvidarla, sino dejar de gastar energía en tratar de recordarla y repasarla –yo sé que también te pasa-. Por eso, si por ejemplo tenés un proyecto a largo plazo o la organización de un evento grande para el cual todavía tenés tiempo, la idea es que hagas una lista. Agarrás la próxima hoja libre, marcás el número, el título, y vas al índice. Ahí anotás el título de la lista. En la lista, desplegás la información.

Puede ser incluso un borrador, frases, dibujos o ideas para tu próxima novela. También pueden ser listas de compras, lugares que querés visitar en tu próximo destino de vacaciones, objetivos para el mes, recetas de comida, o todo tipo de giladas. Yo a veces anoto listas en el colectivo en el celular, pero siempre las importantes las paso a mi cuaderno.

7. Y listo.

Lo importante del Bullet journal es que es un método flexible y personalizable. Si durante varios días no lo usaste y no lo necesitaste, simplemente andá a la próxima página en blanco y empezá hoy. Cada tanto, preguntate qué te sirve y qué no del método. Yo siempre intento que sea lo más simple posible, dándole prioridad a lo que quiero mejorar hoy.

El Bullet journal tiene que ser día a día, para no establecer expectativas irreales acerca de lo que vamos a hacer. Yo no escribo “preparar las comidas para la semana” todos los lunes, sólo los lunes que tengo ganas de hacerlo. Si no lo hice el lunes, lo hago el martes y no me frustro porque la Flor del pasado planificó cosas que la Flor del presente no tiene ganas de hacer.

Hay toda una movida del Bullet Journal que muestra todo tipo de hojas decoradas, con dibujos y letras complicadas. El Bullet Journal creció por el desarrollo comunitario y el compartir, pero no es para sacar fotos. Obviamente que si es personal, te va a reflejar, y puede ser muy placentero dibujar y hacer cosas lindas. Pero la idea no es pasar más tiempo escribiendo lo que vamos a hacer que haciéndolo.

Links:

Página oficial del Bullet journal

Una chica muy capa que desarrolla el método en inglés (y bocha de giladas decorativas como handlettering y mandalas)

El método en español

Una página que me gusta en español y lo explica muy bien

¿Cómo te organizás vos para cumplir con tus tareas y objetivos?

¿Tenés algún método de planificación?

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