Horario laboral y productividad

Juan Luis Polo
Productividad
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4 min readSep 30, 2015

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Juan Luis e Ignacio, en su jornada laboral — ©Juan Luis Polo 2015

Claudia es una ingeniera española que, como tantos, encontró trabajo en Alemania después de cerrar su empresa en Madrid. Le ofrecieron un contrato indefinido con tres meses de prueba, así que puso todo su empeño en demostrar a sus nuevos jefes que no se habían equivocado con ella.

Y lo hizo repitiendo la actitud que le habían exigido en España: no despegarse de la silla y meter todas las horas que fueran necesarias.

Solo había pasado un mes cuando el responsable de su departamento la llamó para hablar de las supuestas dificultades de Claudia para adaptarse a sus tareas, porque no entendía la razón de que casi cada día continuara trabajando mucho más de las 4 de la tarde, cuando todos sus compañeros se iban a casa.

Claudia entendió entonces que hay empresas que valoran la labor de sus trabajadores por los resultados finales y no por el tiempo que pasan frente al ordenador. Una experiencia, como me ha reconocido a mi, de lo más sorprendente y estimulante.

¿Dónde está España? España es uno de los países de la UE con menor productividad, sin embargo nuestra media de horas anuales trabajadas es de 1.699 según la OCDE, muy por encima de Francia (1.489) y Alemania (1.362). Los datos hablan por sí solos y apuntan a que algo estamos haciendo mal en la forma de distribuir y aprovechar nuestro tiempo.

¿De qué depende la productividad? De la motivación, la preparación y las ganas por compartir el proyecto común de los que forman la empresa. No hay más que fijarse en los ejemplos de empresas que en España han consolidado equipos y crecimiento en la peor crisis conocida por esta generación, para definir esas características como claves.

Y entre esas características ¿qué papel ocupa el horario laboral en términos de motivación?

Según el estudio realizado por la IESE Business School sobre compromiso y salario emocional, las empresas que facilitan la conciliación y racionalizan sus horarios logran que la productividad de los trabajadores aumente hasta un 19% y reducen el absentismo en un 30%.

El estudio Bienestar y motivación de los empleados en Europa 2015, publicado por Edenred e Ipsos, se recoge que desde 2014 ha aumentado en un 25% el número de españoles que consideran el horario como un elemento clave en su empleo. No es de extrañar que haya ascendido hasta el 41% el porcentaje de trabajadores encuestados que reconocieron sentirse insatisfechos con la relación entre su vida personal y laboral. Y que el 90% afirme que en el caso de que pudieran elegir un empleo, siempre optaría por el que ofreciera un mejor horario y un buen ambiente.

Calentar la silla vs. talento

Horarios demasiado rígidos y ajenos a las necesidades de las personas, provocan una fuga irremediable de talento en busca de lugares donde sí se tenga en cuenta la conciliación laboral. A esa misma conclusión llega el estudio del IESE Business School: el 80% de los españoles entre 29 y 47 años que trabajan en ese tipo de entorno tiene la intención de buscar un nuevo trabajo.

Tal vez porque Iberdrola tenía muy presente este dato, sus 9.000 empleados disfrutan de la jornada intensiva (de 7.15 a 14.50, con 45 minutos de flexibilidad al entrar o salir). Según reconoce el departamento de recursos humanos de esa compañía, desde que la aplican han mejorado la productividad, han ganado medio millón de horas de trabajo anuales, han reducido en un 20% el absentismo y un 15% los accidentes laborales.

¿Por qué empleamos más horas de las necesarias? Las personas somos muy complejas. Cada uno de nosotros vive un día a día diferente, en lo personal sobre todo, que irremediablemente afecta a nuestra actividad laboral.

Todos conocemos personas que prefieren estirar su jornada laboral antes que llegar a su casa con tiempo suficiente y poder estar con su familia, cuando el entorno personal no es el que les motiva.

Conocemos también “jefes” que confunden autoridad con la necesidad de obligar a revisar tareas ya realizadas para poder añadir su punto de vista. Y habitualmente coincide que lo hacen en el último tramo de la jornada, sin tener en cuenta las necesidades de descanso de sus equipos. La inseguridad de un gestor habitualmente le obliga a “hacerse valer” para desgracia de quienes trabajan con él.

Pero en mi experiencia, las principales razones que fomentan jornadas interminables son dos:

  • la incapacidad del directivo para fijar objetivos claros y motivar a su equipo a dar el máximo mientras les otorga autonomía para que puedan emplear el tiempo según les convenga mejor para alcanzar los objetivos.
  • la falta de capacidad o interés de un empleado por entregar el mejor trabajo posible dentro del tiempo acordado.

No son las actitudes más extendidas, afortunadamente, pero es evidente que autonomía y confianza tienen que venir avaladas por responsabilidad y capacidad. Es la mezcla de ambas la que harán posible el “milagro” de reducir horas de trabajo siendo más productivos. Y la decisión de cambiar las cosas es cosa de todos, no sólo de los directivos.

Sin embargo mucha gente que conozco prefiere pensar “qué cambien otros”. Bueno, esos otros ya lo hacen y por eso se aproximan a tu cuenta de resultados, a pesar de que piensas que tu equipo rinde adecuadamente basado en las horas que “calienta la silla”.

Somos afortunados por vivir en un siglo que permite avances como jamás antes se han conocido, para ser más productivos y disfrutar de más tiempo libre.

¿No los vas a aprovechar?

Originally published at juanluispolo.com on September 16, 2015.

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Juan Luis Polo
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Si quieres un equipo motivado, empieza por darle motivos. Fundador+DG Corporativo @goodrebels. Co-autor @Socialholic_es y @Lidertarios. Presidente @ag_digitales