Con un balín en la frente

Proyecto A.M.A
Proyecto A.M.A.
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3 min readDec 6, 2019
Juan Pablo Acosta

Trabajo desde hace años en el rubro de las tiendas cannábicas o Grow Shop, y en jardinería. Soy influencer del tema en redes sociales y escribí gratis por años en la revista Cáñamo, porque empecé a catar cepas y a estudiar los sabores y aromas que están asociados a los componentes de la marihuana. Eso te ayuda a saber el efecto que va a tener la hierba, si te activa o te calma. Así terminé siendo el Sommelier, como le pusieron a la sección de la revista. La gente me contacta preguntando “oye no puedo dormir, tengo insomnio. ¿Qué cepa me recomiendas?” En el rubro trabajé por años administrando una importadora de pipas, y decidí cambiarme a vendedor, para bajar la presión y tener más contacto con el público. Y ahí me enfrenté al sueldo mínimo. Conozco bien el rubro y se dan varios vicios con los vendedores, que a veces trabajan sin contrato, por poca plata. Por eso el día de la huelga, el 12 de noviembre, fui a webiar por que suban el sueldo mínimo, y terminé con un balín en la frente.
Soy de Macul y después estuve en Puente Alto. Viví en casa de abuelos, con patio, fui a la universidad, estudié otros idiomas… viví en la burbuja. Estudié agricultura y me gustan las plantas, la flora nativa y recorrer Chile conociendo las plantas de cada lugar. Me metí también en lo audiovisual, mostrando el desierto florido y empecé a hacer tours para los que vienen a conocer. Esa es la pomada que venden. Los gringos ven lo bonito, pero también ven lo explotable. Nos ven como materia prima. Con este estallido social me di cuenta de que vivir en la burbuja nos hizo relajarnos y no entender las leyes de explotación minera, la ley de pesca. Ahora estoy despertando de la burbuja. Creo que tenemos que estudiar las materias primas del país, pero no para explotarlas, sino para protegerlas. No solo estudiar minería para hacerse plata, como han hecho algunos amigos, porque al final uno se está haciendo plata destruyendo lo que tenemos.
Ahora con el estallido social he salido un par de veces con mi pareja, más que nada para ayudar. Llevábamos limones y agua con bicarbonato, pero igual tuvimos harto estrés. Me acuerdo que el día que me balearon salí solo. Como trabajo frente a un Sodimac, fui a comprar unos lentes antibalísticos para mí, y también compré un pack de lentes y mascarillas para repartir. Y como he visto tantas protestas, cuando me vi en primera línea decidí aplicar lo que he analizado y también mi puntería. Hasta practiqué. La policía sale súper protegida, con escudos. Salen en piquetes, y cada tanto los que van al frente abren los escudos y ahí salen los de atrás con escopeta. Disparan y se vuelven a meter a la formación. Entonces yo decidí atacarlos abajo, en las canillas y el tobillo. Y tú notas que cuando a uno lo molestas ahí, retroceden y salen de la formación y eso impide que disparen.
En un momento iba cubriéndome, recuerdo, y cuando levanto la mirada, me llega el balín en la cabeza. Me quemaba toda la cara. Como había estado grabando, con la cámara en modo selfie me vi que no me había llegado en el ojo, pero que tenía un cráter en la frente. Dejé grabando mientras la chica de la cruz roja me intentó sacar el balín, pero no pudo y me llevaron a la Posta Central. El doctor me sacó el balín, me lo dio y me dijo que dijera que me lo había sacado yo con las uñas, así me lo podía llevar. Pero después vino la enfermera y dijo que no se podía, que tenía que quedar ahí. Entonces ahí quedó cada balín, junto con el rut de la persona. Hay una ficha de personas con balín.
Cuando me llegó el impacto lloraba de pena. Sentí que si esto hubiese sido una guerra con balas, estaría muerto. Hasta ahí llegó mi mensaje. Quedé cargado con esa pena y ahora quiero tomar alguno de los llamados sociales y llevarlo al éxito. En mi caso quiero lograr que los trabajadores de esas tiendas en donde estoy, se unan para pedir mejores condiciones y mejor sueldo.

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