Pérdida Total

Proyecto A.M.A
Proyecto A.M.A.
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4 min readDec 18, 2019
Carlos Puebla

Llevo 25 años trabajando en la construcción. Soy enfierrador y me encanta la pega. Es como tejer un edificio. En el fondo es una artesanía, pero en grande. Me acuerdo que empecé primero como jornal: la pala, la carretilla y el chuzo. Después uno observa como trabajan los otros y aprende a ver planos, conocer el diámetro de los fierros, medir los metros cúbicos y cómo se detalla una loza.

Ahora último estaba en un edificio en la calle Toro Mazotte, en Estación Central. Todos los días uno se levanta a las seis de la mañana, toma la micro y llega a desayunar al trabajo. Igual se gana plata en la construcción, como 700 lucas, pero las empresas subcontratistas te imponen por el mínimo. Se aprovechan. Los ahorros para la AFP son una mierda y los seguros de cesantía igual.

Por eso empecé a meter bulla en el trabajo. Lo que pasa es que cuando vi la evasión de los colegiales, pensé que esto era el principio no más. Al otro día veía las noticias y habían cinco heridos. El segundo día diez, después niñas violadas y yo en la pega dándole. Trabajando y manifestándome. Alzando la voz. Veía como pasaban los cabros jóvenes en la calle, con banderas y yo golpeando fierros, cantando canciones de Sol y Lluvia, Quilapayún, el pueblo unido… Me hacían callar y yo dale que dale. Tengo que unirme a ellos, pensaba.

Esa vez salí a las cuatro de la tarde. Fui solo. Nadie me apañó en la “contru”. Hay harta gente que vive al amparo de los subcontratistas que tienen las mansas camionetas a costa de los obreros. Es un abuso. La mayoría no se arriesga a perder la pega, están ahí, aguachados, son los “espinitas”, como se dice en Chile. No quieren meter bulla y lo único que buscan es conservar la pega.

Yo soy de Renca de toda la vida. Aquí pasaron cosas fuertes. Se quemaron las bodegas Kayser y había un cabro que tenía impactos de bala. El Joshua. Eso repercutió mucho acá, afectó caleta a los vecinos. La gente se empezó a manifestar en la plaza de Renca y al frente de una comisaría. Iban a darle guerra a los pacos. Esta es una comuna tranquila, pero después de eso explotó.

Me acuerdo que veía cabros de 15 años que se bajaban de la micro. Mi hijo chico también. ¿Sabí por qué? Por esto (dice apuntando a uno de sus ojos). Está dolido. Tiene 13 años, siente odio y rencor hacia los pacos. Mi otro hijo cuando le conté lo que me pasó, me dijo “pero cómo no piensas en tus hijos”. Yo le respondí: “Sí po, cuando estaba ahí estaba pensando en ustedes”. Desde ese momento sentí un cambio en él. Empezó a ir a la Primera Línea. Tuvo un vuelco total.

Ese día salí a protestar por hartas cosas. Los contratos falsos que nos hacen en la construcción, por el derecho a estudiar de mis hijos y todos los que quieran ser alguien, creo yo, y por los que no tienen casa. Porque con mi exmujer -ahora estoy separado de ella-, dejamos las patas en la calle buscando donde vivir. Fuimos a ver departamento a San Bernardo en un barrio malo, pero malo-malo. Costaba veinte millones de pesos ¿Pero cómo voy a llevar a mi hijo a vivir ahí? ¿Para que conozca la delincuencia, el tráfico? Además, hay que juntar 700 mil pesos para los trámites de la casa. A veces pienso que si hubiéramos tenido una vivienda, a lo mejor estaríamos todos juntos como familia.

El 24 de octubre, pasadas las cinco de la tarde, habían batucadas, gente cantando y comenzó la represión de los pacos. Sus piedrazos. Cuando de repente veo a uno asomarse de un kiosko, me mira y me apunta a la cara, a una distancia de 15 metros. Disparaban a diestra y siniestra. Me llegó un perdigón en la frente, en el muslo y en el ojo. Fue como un combo en el ojo. Se me apagó al tiro la tele. Traté de correr. Avancé seis metros y caí a tierra. Me llevaron a la posta central. El doctor me dijo que me iba a tener que sacar un ojo. No quedaba otra. Pérdida total.

Nota de la redacción: El 4 de noviembre de 2019, el abogado de Carlos Puebla Morales, interpuso una querella en el Centro de Justicia de Santiago contra todos aquellos que resulten responsables de abusos contra particulares.

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