De qué hablamos cuando hablamos de pensamiento computacional

Laura Mangifesta
Mumuki
Published in
4 min readFeb 20, 2018

Cuando nos preguntan qué enseñamos con Mumuki, respondemos: pensamiento computacional. Sí, utilizando nuestra plataforma se aprende a programar. Sí, también se “codea” desde el primer ejercicio. Entonces, ¿por qué no decir sencillamente que enseñamos programación? ¿De qué hablamos cuando hablamos de “pensamiento computacional”?

Seymour Papert, el impulsor de la programación para niños y creador del lenguaje Logo, parece ser el primero que usó el término “pensamiento computacional” en su libro Mindstorms (1980). En el momento de su publicación, sostenía Papert, la mayoría entendía a las computadoras como una herramienta para juegos, entretenimiento, intercambio de mails, compras o trámites bancarios. Sin embargo, muy pocos pensaban en ellas como máquinas para enseñar. Las computadoras, defendía Papert, tienen el poder de influenciar la forma en la que la gente piensa, incluso cuando están lejos del contacto físico con una de ellas.

A principios del siglo XXI, una nueva ola de interés por acordar su significado y su alcance se vio impulsada por un texto escrito por Jeannette Wing, titulado “Pensamiento Computacional”. Allí, la ex vicepresidente de Microsoft Research definía a este tipo de pensamiento como una actitud y un conjunto de habilidades universalmente aplicables, que todos, y no sólo los programadores, pueden aprender y usar.

Quizás una de las aproximaciones más claras al significado del pensamiento computacional nos la acercó la periodista Tasneem Raja en su artículo “Is Coding The New Literacy?” (2014). ¿Y si aprender a escribir código no fuera lo más importante?, se pregunta Raja y defiende que, en lugar de aumentar el número de niños que pueden escribir miles de líneas en JavaScript, primero necesitamos alzar el número de niños que entiendan lo que significa programar. Según la periodista, la mayor contribución de los programadores jóvenes no es el código que escriben, sino la manera en que piensan. Se trata de entender que conocer toda la sintaxis de un lenguaje no te va a ayudar si no podés pensar buenas maneras de aplicarlo.

Incluso, algunas de las habilidades motivadas por esta manera de pensar existían antes de la invención de las computadoras. En 1854, se produjo en Londres un brote de cólera que mató 616 residentes. Un médico de la ciudad, llamado John Snow, impulsó una investigación sobre el caso. Entrevistó a familiares de las víctimas sobre sus rutinas diarias y realizó un mapa que conectó la enfermedad con el agua que ingerían. Todos los enfermos bebían de una bomba de agua que estaba cerca de una cloaca con filtraciones. John Snow utilizó los principios clásicos del pensamiento computacional: comparó dos bases de datos para revelar algo nuevo, ejecutó el mismo proceso una y otra vez y probó los resultados, reconociendo un patrón.

Las competencias que se muestran como más eficaces en la codificación son la parte más visible de una forma de pensar que es útil no sólo en el ámbito de la informática. Se trata de una forma de pensar que propicia el análisis y la relación de ideas para la organización y la representación lógica de procedimientos. Así lo define Miguel Zapata-Ros en su artículo “Pensamiento computacional: Una nueva alfabetización digital”. Se trata de una nueva alfabetización que permite a las personas en su vida real afrontar retos propios de la nueva sociedad y que vaya más allá, permita a los individuos organizar su entorno, sus estrategias de desenvolvimiento, de resolución de problemas cotidianos, además de organizar su mundo de relaciones, en un contexto de comunicación más racional y eficiente.

El “pensamiento computacional” es, por lo tanto, una forma de pensar, caracterizada por un conjunto de habilidades promovido por el aprendizaje de la computación. Hablar de pensamiento computacional es entender que la programación no tiene que ser sólo para programadores. Las habilidades adquiridas por esta práctica son útiles para todos los individuos: el pensamiento divergente o lateral, la creatividad, la resolución de problemas, el pensamiento abstracto, la recursividad, la iteración, los métodos por aproximaciones sucesivas, el ensayo-error, los métodos colaborativos, entre otros.

Hay una gran diferencia entre lo que las computadoras pueden hacer y lo que la sociedad elige hacer con ellas. Enseñar pensamiento computacional es tomar una clara postura respecto de esto último. Se trata, ante todo -como Seymour Papert bien supo vislumbrar- de una decisión política. Implica, fundamentalmente, impulsar un modelo democratizador. El objetivo principal al enseñar pensamiento computacional no es formar un puñado de programadores sino motivar a todos los estudiantes a pensar un poco más computacionalmente, a servirse de ese conjunto de habilidades que todos, y no sólo los programadores, deberíamos tener la posibilidad de desarrollar.

La diferencia entre programar y pensar computacionalmente es la diferencia entre ejecutar y comprender. La verdadera magia no sucede en las líneas de código sino en -y entre- las personas. El pensamiento computacional nos da un poco más de libertad, nos ayuda a disminuir la brecha entre aquello desconocido a lo que estamos sometidos y aquello que podemos entender y cambiar.

--

--