La programación como política pública

Laura Mangifesta
Mumuki
Published in
7 min readJul 4, 2019

por Laura Mangifesta y Franco Bulgarelli

Hace pocos días se llevó a cabo en la Universidad Nacional de Córdoba la segunda edición de las Jornadas Argentinas de Didácticas de la Programación (JADIPro). El equipo pedagógico de Mumuki, junto a especialistas de todo el país, aprovecharon el espacio para debatir sobre la didáctica de la programación e intercambiar experiencias y saberes. A partir de lo discutido en JADIPro, recopilamos algunas ideas para pensar una política pública de educación en programación. A continuación las 8 claves.

1- Sobre el rol del Pensamiento Computacional

Cuando hablamos de generar políticas públicas con el objetivo de enseñar programación en las escuelas no existe una agenda oculta que pretende formar un puñado de programadores que sirvan como mano de obra para exportar, ni tampoco llevar conocimientos fragmentados y estancos a las aulas. Por eso es que desde Mumuki compartimos la postura pedagógica de pensar a la programación dentro del pensamiento computacional. Esto significa ofrecer estrategias para resolver problemas, potenciables por el uso de las computadoras, pero no limitadas a ello. Es decir, el pensamiento computacional permite resolver problemas tanto digitales como analógicos.

Hablar de pensamiento computacional es entender que la programación no tiene que ser sólo para programadores ya que las habilidades adquiridas por esta práctica son útiles para todos los individuos. En este sentido, la programación no es sólo un fin sino también un medio para ejercitar otras habilidades cada vez más necesarias para desarrollarnos en un mundo digital.

2- Sobre nuestra soberanía educativa

La construcción de cualquier conocimiento sobre la educación de pensamiento computacional, programación, informática o Ciencias de la Computación debe ser siempre abordado desde una postura latinoamericana, argentina, y situada.

Los ejemplos de políticas públicas norteamericanas y europeas pueden ser tomados como casos de estudio valiosos pero no como modelos de importación. Copiar lo que se hizo en otros países sin tener en cuenta las características propias de cada región de nuestro país sólo puede conducir al fracaso.

Necesitamos contribuir a la creación de un imaginario colectivo desde la escuela en que la tecnología no es cuestión ajena a nuestro continente. Por eso recomendamos evitar el abuso de la lenguas extranjera para la tecnología, y utilizar un dominio que nos sea propio y familiar.

3- Sobre el aprendizaje situado y los estereotipos

Ya mencionamos que debemos favorecer los enfoques situados y significativos. Para los y las estudiantes, no es importante aprender sobre recursividad, encriptación o sistemas de almacenamiento si eso no puede traducirse en mejoras en la capacidad de resolver problemas de su vida cotidiana. La programación debe entenderse como una herramienta útil con potencial para impactar o transformar su realidad.

“De acuerdo con estos aportes, el aprendizaje significativo sólo es posible cuando los alumnos relacionan, en forma consciente y activa, las nuevas informaciones con sus conocimientos y experiencias previas, y comprenden (reconstruyen) el significado del nuevo conocimiento.” María Cristina Davini

Por otro lado, las mujeres y disidencias tienen una representación minoritaria tanto en las carreras como en los trabajos relacionados a la ciencia y la tecnología. Desde el sistema educativo debemos trabajar para derribar los estereotipos asociados a las personas que programan y las discriminaciones que derivan de esas representaciones. Eventualmente podríamos ver un aumento en la motivación por estudiar estas disciplinas en personas que actualmente son excluidas.

4- Sobre la currícula

Creemos que las ciencias de la computación pueden ser o no una materia específica (lo cual es ciertamente deseable), pero también que la programación, dentro del marco del pensamiento computacional, debe ser una competencia interdisciplinar que dialogue con todas las áreas.

La programación es tanto una herramienta como un cuerpo de conocimiento, como una forma de potenciar habilidades y aptitudes, y programación y pensamiento computacional deben ser explotados en todos estos ejes complementarios.

En cualquier caso, es necesario preparar materiales nuevos, seleccionarlos y articularlos. Un buen ejemplo son los materiales desarrollados desde la Fundación Sadosky, junto con los cursos de formación docente.

5- Sobre el rol del Estado

Si entendemos la enseñanza del pensamiento computacional como una nueva alfabetización, el Estado debe ser el principal impulsor de estas políticas, para implementarlas de forma coherente y extensiva a todo el territorio nacional, con el bien público como único interés. Esto no implica ignorar propuestas de otros sectores, muy por el contrario, en un momento de construcción colectiva de conocimiento, es necesario más que nunca la multiplicidad y diversidad de voces académicas, industriales y científicas.

Enseñar programación en las escuelas es una actividad antes democratizadora y debe, por lo tanto, llegar a todos sus ciudadanos y ciudadanas, por lo que revertir las distintas brechas culturales, digitales, de género es parte esencial del diseño de un proceso de introducción de la programación en las escuelas

¿Por dónde empezar entonces? El acceso a un dispositivo es una de las primeras barreras en la inclusión y la alfabetización digital. Según un estudio realizado por CEPAL, se encontró una diferencia significativa en el rendimiento académico promedio entre el grupo de estudiantes que accedió a computadoras del programa Conectar Igualdad y aquellos que no lo hicieron.

En Argentina hay una diferencia notable entre el acceso que tienen las áreas rurales en relación con las urbanas. Es necesaria una política estatal proactiva que desarrolle más infraestructura para llegar a las zonas con menos conectividad. El 30% de los argentinos no tiene acceso a internet pero, además, de las personas que sí tienen acceso, el 40% no sabe cómo usar la red. Y sólo uno de cada cuatro estudiantes es capaz de trabajar en forma independiente con TIC, seleccionar y obtener información apropiada y reformatear productos de información.

Una política pública que pretenda ser exitosa necesita ocuparse de cubrir los distintos niveles de acceso: el acceso a un dispositivo, la disponibilidad de infraestructura, y la educación en el uso seguro y responsable de la tecnología para lograr obtener información relevante.

6- Sobre el rol docente y de la escuela

Se suele pensar que las plataformas online o las computadoras van a terminar sustituyendo a los y las docentes en los ámbitos educativos. Por el contrario, en JADiPro se hizo énfasis en que en la enseñanza de la programación y el pensamiento computacional, el rol docente es irreemplazable.

En medio de esta tensión, la incorporación de nuevos saberes a la currícula escolar nos interpela y se convierte en una gran oportunidad para discutir el rol docente, de la escuela y del estudiante. Es una posibilidad de repensar nuestras propuestas pedagógicas también para los saberes ya existentes. Esta reflexión nos permite pensar propuestas en las que el docente no va a oficiar como dueño del conocimiento, sino como principal apoyo, nexo con los contenidos y guía en el proceso de aprendizaje.

Una política pública integral debe incluir necesariamente institutos de formación docente orientados a la enseñanza de la programación, especializaciones y capacitaciones para docentes de todas las áreas, donde se piense en conjunto cómo poner en diálogo la programación y el pensamiento computacional con el resto de los contenidos escolares.

7- Sobre la masividad y la comunicación

Para lograr una amplia adhesión y constancia por parte de los estudiantes, principalmente en iniciativas optativas, se vuelve fundamental la comunicación y la difusión. Para que exista la voluntad de aprender programación debe saberse qué significa programar y cuáles son los beneficios de aprenderlo. Exponer a los chicos, y a la sociedad en general, a estas cuestiones es fundamental para despertar su curiosidad y para colocar a la programación dentro del conjunto de aprendizajes significativos en el imaginario social. Para que eso suceda, la programación debe ser llevada no sólo a la escuela pública, sino también a la agenda pública. Y esta comunicación debe enfocarse en derribar los estereotipos y las discriminaciones asociadas a la programación, fomentando la diversidad y visibilizando los logros de los y las referentes de cada comunidad.

8- Sobre los materiales ofrecidos

La decisión de una propuesta situada requiere la disponibilidad de materiales diversos y heterogéneos, dirigidos tanto a estudiantes, como docentes y directivos. Esta diversidad es necesaria para dar respuesta desde distintas ópticas a contextos diferentes, tanto de accesibilidad tecnológica (hardware, conectividad), como de perfiles humanos (el nivel de motivación y conocimientos de los docentes y directivos será diferente en distintos establecimientos).

Finalmente, si pensamos en una educación que no se limite a formar usuarios de tecnología, sino personas críticas, responsables y conscientes, es fundamental que las herramientas que utilicemos sean de software libre.

“Hay quienes creen que el rol de la escuela es formar para el trabajo y la universidad. Si esto es así, si la misión de la escuela es entrenar trabajadores sumisos y baratos para mejorar la rentabilidad de las empresas, entonces no importa qué software usemos. Pero si la idea es educar a ciudadanos libres, conscientes de sus derechos y responsabilidades, capaces de cuestionar la verdad establecida, de apreciar el arte, de imaginar el mundo que desean y aportar a su concreción, entonces es ineludible usar Software Libre: programas que los estudiantes y educadores pueden usar, estudiar, modificar y distribuir a su antojo.” Federico Heinz en Argentina Copyleft

Los resultados de estas políticas no son instantáneos. Su impacto recién podrá percibirse a largo plazo. Y, sobre todo, su efectividad no debe medirse en la cantidad de personas que decidan trabajar como programadores, sino en la adquisición de habilidades digitales y la utilización de la programación y el pensamiento computacional como herramientas para la resolución de problemas, tanto digitales como analógicos.

En este tipo de políticas, la escuela funcionan como una especie de “estación retransmisora”, desde la cual chicos y chicas llevan los conocimientos hacia sus hogares, haciendo extensible el impacto a toda la comunidad. Con suerte, el impacto de estas medidas no se limitará a alumnos y alumnas de escuelas públicas, sino que será un elemento democratizador que amplificará la inclusión digital de una mayor parte de la sociedad.

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