Cambiarlo todo para que no cambie nada.

¿Qué esperar de TNA bajo la administración de Anthem?

Nacho
PROYECTO SUPLEX
8 min readApr 20, 2017

--

Los que me conozcan sabrán que soy un lector asiduo del cómic de superhéroes. Llevo 15 años disfrutando de las historias de héroes y villanos que luchan en leotardos cada mes. Sin embargo, ya soy “perro viejo” y considero que conozco ya todas las artimañas empresariales que hacen Marvel o DC para conseguir ventas. En este caso, desde hace una década son los “eventos”, historias importante que aglutinan a la mayoría de los personajes de su respectivo universo bajo el eslogan de que ese universo “nunca será el mismo”. Más bien todo lo contrario, puede que dure dos meses o un año pero los superhéroes de ese universo volverán a ver a ese amigo que han perdido de vuelta de entre los muertos tarde o temprano. Y es algo que se ha visto una y otra vez.

Lo que veréis ahora cada jueves: Versión expandida.

En el mundo del wrestling ha pasado lo mismo muchas veces. Que el status de una compañía cambie y luego vuelva a su estado original, pero en el caso de TNA no recuerdo una compañía que se haya relanzado tan reiteradamente en sus casi 15 años de existencia. Se podría decir que dichos cambios eran de esperarse, primero cuando consiguieron el acuerdo con FOX y el debut del ring de 6 lados, luego con Spike TV y cuando aumentaron su duración de una hora a dos. Eran relanzamientos naturales, si tienes un mayor presupuesto y vas a intentar captar a un público más amplio, es lógico que renueves tu imagen.

TNA y su renacer: El ave Fénix al que al final sus propias cenizas acabaron consumiendo

Sin embargo, los relanzamientos “absurdos” comenzaron en Enero de 2010 con las fallidas segundas Monday Night Wars, que de Wars tuvieron poco ya que a las pocas semanas TNA volvía a su horario original, y posteriormente el 3 de Mayo de 2011 se daría otro “re-estreno” cuando la empresa rebautizó su show semanal “TNA Impact!” con el nombre actual de la promoción “Impact Wrestling” y con el eslogan “Because Wrestling Matters” (“Porque el wrestling importa”). El problema del primer relanzamiento es “¿Como pretendes derrotar a WWE en audiencia si acabas emitiendo el mismo programa que ellos en vez de algo que les haga diferentes?” y por eso Vince McMahon acabó riendo el último, un Vince que realmente nunca consideró a TNA como una amenaza, si bien es cierto que ese movimiento en la parrilla llamase su atención al principio.

Con lo de “Wrestling Matters”, el show seguía siendo el mismo que semanas atrás, apenas nada había cambiado salvo introducciones de conceptos interesantes pero no lo suficientemente aprovechados como el Open Fight Night (ciertos luchadores podían retar a que quisiesen incluso por los títulos si eran campeones), el Gut Check Challengue (un reality try-out donde ninguno de los muchos luchadores contratados sigue a día de hoy en la compañía) y el Top 10 Contender (un ranking al mejor de 10 que determinaba el retador al TNA World Heavyweight Championship, que se podía votar en la web pero al final TNA ponía más arriba a quien le daba la gana, por ejemplo, los fans votaban en masa a AJ Styles, pero Mr. Anderson era el retador). Al menos en este lapso de tiempo TNA se dio cuenta de que perdían dinero con los PPVs y redujeron su número a 3 (Lockdown, Slammiversary y Bound for Glory; siendo el resto reconvertidos en temáticas especiales de los shows semanales). Sin embargo, como TNA tiene un acuerdo de larga duración con las distribuidoras de cable, no les quedó más remedio que celebrar anualmente una serie de especiales llamados “One Night Only”, con diferentes temáticas y que ninguno ha destacado especialmente por su calidad ni ninguno ha tenido especial relevancia para las diferentes storylines.

La mejor imagen que podía haber elegido para esto.

Destino: Incierto

A posteriori hubo dos relanzamientos más antes del de este año con el cambio de TNA de cadenas de TV: De Spike TV pasó a Destination America, canal propiedad del grupo Discovery que mantuvo un breve romance con el wrestling en 2015 emitiendo Impact y el programa de TV semanal de Ring Of Honor (donde estaban ex-TNA en ese momento, AJ Styles, Christopher Daniels, Frankie Kazarian y Jay Lethal), hasta que se aburrió de este amante y volvió con su antiguo amor: Los reality shows de sucesos paranormales. Otro relanzamiento tuvo lugar en Enero de 2016 con motivo del estreno en el canal actual: Pop TV. Y finalmente el más reciente, el que nos ocupa, el de la era Anthem con Jeff Jarrett de nuevo al mando.

El problema de este relanzamiento es el mismo de los anteriores: No veo nada nuevo ni nada que me haga pensar que lo que estoy viendo es diferente a lo habitual. El programa abre con una promo de otro ex-WWE criticando como en la compañía de Connecticut “no le dejaban ser él mismo”, algo que ya hemos visto con otros ex-trabajadores de la empresa de los McMahon una y otra vez. El continuo desprecio hacia la antigua directiva poco le va a importar a los aficionados si no aporta nada al programa y solo monopoliza storylines. Hasta la rivalidad entre Jeremy Borash y Josh Matthews, la cual es la rivalidad más importante actualmente en la promoción, ni siquiera es original por sus obvias similitudes con la rivalidad de hace 6 años entre Jerry Lawler y Michael Cole. Y lo peor, no sé el empeño en colocar a Alberto el Patrón como top babyface cuando Ethan Carter III es el único proyecto generado por la compañía y todavía hay que aprovechar lo joven que es. A día de hoy no veo prácticamente ningún aliciente para recomendarle a un nuevo fan de wrestling a ver Impact.

Bajo la Era Corgan se han dado varias cosas que han refrescado la compañía como los #BROKEN Hardys o la enorme progresión de Lashley, que se convirtió en uno de los mejores heels de la actualidad.

El regreso de Double J

Ahora Jeff Jarrett vuelve a tomar las riendas de la compañía. Craso error, Anthem Media, craso error. Creo que el asunto de Global Force Wrestling y su estafa piramidal ya debería sentar un precedente para no fiarse de él. Si bien es cierto que Dixie Carter dejó a la empresa herida de muerte con su gestión así como con la polémica del pleito con Billy Corgan, Jarrett demuestra una falta de escrúpulos considerable. Después de conseguir un acuerdo con la empresa mexicana independiente “The Crash”, liderada por Konnan y que cada vez tiene más exposición en Mexico y a su vez Garza Jr. y Laredo Kid han debutado en las últimas grabaciones de Impact, Double J va y firma un acuerdo con AAA. De todas formas, vistas las pérfidas maniobras empresariales que, en ocasiones, han adoptado ambas promociones (no pagar a tiempo a sus luchadores, intentar retener los derechos de sus personajes a toda costa, etc.), no me extraña nada que congenien.

Para colmo de males, el pleito contra los Hardys por los derechos de los personajes del Broken Universe ha dañado la imagen de TNA de cara los fans considerablemente -y a mayores los Hardys han sacado tajada de ello hasta monetariamente con la enorme venta de las camisetas “Fuck that Owl” (“Que se joda el búho”) diseñadas por Reby Sky, la esposa de Matt-, un daño de imagen que TNA no se puede permitir si lo que precisamente está haciendo es empezar una nueva etapa y ganar la atención de los fans y una mayor cantidad de audiencia para TV. Un primer batacazo para la compañía en menos de un mes de renacimiento sumado a las marchas a mayores de gente como Drew Galloway (de nuevo en WWE), Mike Bennett, Maria Kanellis o Jade, luchadores que estaban en storylines importantes justo antes de su renuncia de la compañía y que se han ido porque no confiaban en el nuevo proyecto que se presentaba ante ellos.

Otro plan desechado por Jarrett y los suyos fue el uso en Impact de Josh Barnett. El campeón pesado más joven de la historia de UFC fue traído por el régimen de Dixie para ver si ayudaban más a las audiencias y se enfrentó a Lashley por el título mundial, lo cual era coherente ya que sí bien era un recien llegado, conocía a Bobby y ya se habían enfrentado con anterioridad en un combate de pro-wrestling en un show de Inoki Genome Federation, la compañía de Antonio Inoki. Sin embargo, después de perder contra Lashley, Barnett no volvió a aparecer por el desinterés de Double J.

Conclusión: La sombra de la incertidumbre vuelve a oscurecer el futuro

No sé lo buen o mal gestor que pudo haber sido Corgan, pero precisamente el ser alguien nuevo, alejado de los antiguos mandos, daba más esperanza que Jarrett o Carter. Si finalmente Anthem ha elegido a Double J como jefe de la compañía, da para pensar que a lo mejor estos comparten su mismo modo de hacer negocios, o si lo que querían era un pelele que pudiesen manejar a su antojo y no a alguien que pudiese rebelarse ante ciertas cosas como Corgan.

Concluyendo, este relanzamiento de TNA ha acabado siendo lo mismo que los anteriores de primeras: Humo y espejos. Solo el tiempo dirá si con Anthem podrá renacer, seguir en el limbo o finalmente descender a los infiernos, porque sí bien es cierto que es sorprendente las mil y una veces que TNA ha engañado a la parca, lo verdaderamente auténtico es que la suerte no dura para siempre.

Yo por mi parte he dejado de ver la compañía con este régimen. El año pasado Impact me gustaba bastante: Gente como Galloway, los Hardys, Moose, EC3, Decay o Lashley eran lo que más me llamaba la atención. Ahora varios de ellos ya no están o a los otros ya no se les da importancia en detrimento de los nuevos wrestlers que ha traído Jeff Jarrett de su compañía. Y lo lamento, haciendo balance gente que no ha funcionado en el pasado como Nick “Magnus” Aldis o Matt Morgan no sirven para reemplazar el gran talento que se ha ido así como así. Tres programas me han bastado para darme cuenta de que ya no me lo paso bien viendo Impact y espero que se acaben dando cuenta de que las compañías de wrestling deben crear historias de wrestling atractivas, personajes divertidos… algo que las haga únicas y diferentes del resto, en definitiva, deben crear presente y futuro, no pasado.

--

--

Nacho
PROYECTO SUPLEX

Sociólogo coruñes. Amante de la tortilla de Betanzos y las croquetas.