Uruguay: avance de resultados

Aislamiento, dispositivos y bienestar: otras caras de la pandemia

Cecilia Serrano
Proyecto WISE
3 min readSep 1, 2020

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Los datos presentados en este artículo pertenecen al estudio de Bienestar y tecnología en confinamiento, llevado a cabo por el grupo Youth in Transition del Instituto Cultura y Sociedad de la Universidad de Navarra.

El caso de la República Oriental del Uruguay es particular en el contexto latinoamericano. Uruguay no llegó a decretar nunca una cuarentena obligatoria en respuesta a los casos de Covid-19, pero sí se desplegaron un arsenal de medidas con mucha rapidez: en cuanto se detectaron los cinco primeros casos (13 de marzo), se decidió suspender las clases presenciales en todos los niveles, se cerraron los shoppings y los locales comerciales, se solicitó a las empresas que optaran -algunas de manera forzada- por la modalidad de teletrabajo o home office, se suspendieron las intervenciones quirúrgicas, los estudios médicos y las consultas presenciales y se cerraron de fronteras, entre otras medidas que favorecieron el confinamiento en los hogares en lugar de la circulación.

A estas medidas se les sumó una petición: “Quédate en casa” apelando a la libertad responsable de los ciudadanos. Estos respondieron: según el estudio, los uruguayos se quedaron en casa o salieron poco, un 14% no salió nunca y un 51%, solo entre una y dos veces por semana. El virus, entonces, forzó a una cuarentena que, sin ser obligatoria, se respetó mayoritariamente. De este modo, los ciudadanos se encontraron más tiempo en sus hogares, con diferentes opciones tecnológicas a la mano.

El estudio muestra que, en este contexto, los más jóvenes fueron quienes pasaron más horas diarias frente a las pantallas (unas 10 horas), mientras que en los adultos mayores de 60 años ese tiempo se redujo casi a la mitad. Precisamente, entre los más jóvenes, el uso problemático del celular llega a un 49%, pero disminuye con la edad.

El estudio muestra también que son los adultos, a partir de los 40 años, quienes tienen un índice de bienestar más alto. De hecho, en los mayores de 60 se acerca casi al valor 8,0. Por el contrario, los más jóvenes están más cerca del valor 6,0 y se encuentran por debajo del promedio del total de los encuestados -6,94-.

La encuesta muestra, finalmente, que las personas que perciben un mayor aumento en su malestar fueron las que le dedicaron una hora más por día a las redes sociales que aquellos que no variaron su uso. Del mismo modo, en relación al tiempo total que le dedican a los dispositivos, los primeros (con mayor malestar) están frente a las pantallas casi dos horas diarias más que los segundos.

El estudio en Uruguay es coordinado por la Facultad de Comunicación de la Universidad de Montevideo. El equipo está liderado por Álvaro Pérez Álvarez y Victoria Gómez Márquez.

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Cecilia Serrano
Proyecto WISE

Sociology PhD student (UNICATT) — “Youth in Transition” (ICS, UNAV)