Una vez comenzado el debate, es relevante centrarnos en escuchar activamente a la otra persona, desde la atención y la empatía, teniendo en cuenta sus necesidades. En ocasiones, estamos tan enfocados en nosotros mismos, en lo que pensamos y/o sentimos, que oímos pero no escuchamos, deseamos que el otro interlocutor termine de hablar para contraatacar con nuestros argumentos.
La forma que más se repite de contraatacar, en este tipo de discusiones alteradas, es culpabilizar. Esto genera rechazo en la persona receptora, que lo recibe como un ataque y tiende a responder en la misma línea. Lo cual no lleva a nada fructífero. — Echarse mutuamente mierda, solo tiene un final, que es, nada más y nada menos que acabar estar arriba de mierda los dos.- Porque al final, los dos cometen errores, y los dos van a tener situaciones desagradables que recriminar, puestos a atacar y contraatacar. Echar culpas, solo es cambiar la pelota de bando.
Por ello, debemos reconocer nuestra propia responsabilidad sobre nuestras emociones, ya que solo dependen de nosotros mismos. Y hacer saber a la otra persona, cómo nos sentimos y qué situaciones son las que nos producen malestar, sin juicios. Solo así, mostraremos una actitud colaborativa, clara y accesible. Además, deberíamos incluir una petición concreta sobre lo que nos gustaría que cambiase el interlocutor. Es fundamental, que seamos específicos cuando nos expresemos, para que la otra persona pueda operativizar tus demandas más adelante. Este apartado está basado en los principios de la comunicación asertiva.
Asimismo, tenemos que trabajar la responsabilidad afectiva con la relación. Hay veces que expresamos nuestros sentimientos y recibimos invalidación emocional, lo que nos puede causar frustración y malestar. Validar las emociones ajenas, implica dejar a un lado respuestas como “no es para tanto”, “estás exagerando”, “eso es una tontería”, y cambiarlo por “entiendo que puedas sentirte así”, “tienes derecho a sentirte así”, “respeto que sientas esto aunque no lo comparto”, entre otros. La comprensión facilitará la búsqueda de acuerdos en el que ambos resultéis satisfechos.
