Tú come, que yo ya cobro.

Andrea Carmona
Psicología del Lenguaje — ugr
5 min readOct 30, 2019

A raíz del Blog: “¿Influencers o …?” de mi compañera Nazaret Montes Bermudez , he decidido crear un nuevo post en forma de continuación sobre este tema que considero de especial relevancia a nivel mundial, sobretodo actualmente.

Los anuncios están por todas partes, en la TV, en la radio, revistas, Internet…, incluso cuando abres una simple aplicación de tu teléfono, por ejemplo, Instagram o Facebook. La mayoría, los percibimos de forma inconsciente, alguien que sube una foto con una chaqueta super chula, un nuevo corte de pelo, o un snack que parece lo más delicioso del mundo. Creemos que este tipo de publicidad no influye en nuestras compras o en nuestra alimentación, pero los estudios y las estadísticas muestran lo contrario.

Como bien hemos dicho en el anterior Blog, nuestros modelos a seguir son los famosos, y justo estos son los elegidos en las campañas de marketing/publicidad para poner imagen a sus productos, que en su mayoría son refrescos y/o comida basura. Estas empresas pagan cifras desorbitadas a los famosos para anunciar los productos, y eso sólo significa algo, el marketing sí que engaña, sí que les interesa. Es más, aunque últimamente, se está regulando la publicidad hacia niños y adolescentes para prevenir el desarrollo de enfermedades como la obesidad o TCAs, se siguen viendo rostros conocidos, sobre todo entre jóvenes, lo que aumenta el impacto de esta publicidad.

¿Un ejemplo? Beyoncé anunciando a Pepsi. Aproximadamente 50 millones de dólares ganó por ponerle cara, y otros millones de alteraciones que ha ganado tu organismo. Y es que, la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard realizó un estudio en 2011, indicando que la Pepsi contiene: agua carbonatada, ácido fosfórico, 4-metilimidazol, acesulfamo potásico, y aspartamo (entre otros) como importantes ingredientes para la consistencia, sabor y color del refresco de cola, pero, estos ingredientes son muy dañinos para la salud, pudiendo producir enfermedades degenerativas o cancerígenas a medio y largo plazo, como aumento en la probabilidad de sufrir ataques cardíacos, esteatosis hepática, aumento de peso, osteoporosis, diabetes tipo 2, descalcificación en el esmalte dental y aumento de caries.

La revista Pediatrics ha publicado los resultados de un reciente estudio, “Popular music celebrity endorsements in food and nonalcoholic beverage marketing”, que ha analizado la popularidad de los famosos que forman parte de las campañas de marcas de comida y bebida, y la calidad nutricional de las mismas, mostrando que las empresas son las que buscan y apuestan por los famosos más populares del momento entre los jóvenes para promocionar sus productos y conseguir así un mayor impacto. Y es que, cada vez existe una mayor permisividad de lo que estas figuras públicas pueden promocionar.

Para ejemplificarlo, encontramos famosos y deportistas de élite como Rafa Nadal anunciando complementos alimenticios con azúcares añadidos, Andrés Iniesta promocionando helados con un eslogan muy pegadizo, o David Beckham vendiendo Burger King, que parecen estar dispuestos a mostrar su rostro a productos perjudiciales a la salud, entrando así en conflicto con su propia imagen ligada al esfuerzo personal, la importancia del trabajo duro, el mantenimiento de un estilo de vida saludable con dieta saludable y práctica ejercicio físico de forma regular.

Además, hoy en día ni siquiera se necesitan famosos de gran alcance para ello, cada vez las empresas se aprovechan más de los “influencers” y su apariencia de cercanía dentro de las redes sociales, dirigiéndose aún más hacia la gente joven, mucho más influenciables, ya que a edades tempranas se aprende a base de modelos, por tanto, no tienen formada su opinión, y, sobretodo niños y jóvenes, son especialmente sensibles a estos mensajes.

Por ello, estas figuras de relevancia pública no deberían protagonizar este tipo de anuncios, ya que lo que se está buscando es que se piense que se puede ser deportista de élite consumiendo este tipo de alimentos, que no nos afecta comerlos, aunque en realidad sabemos que no es así, pero si se sigue promoviendo de tal forma y se siguen usando estos modelos, es porque marca la diferencia, aumenta el consumo de estos productos, aumenta las ganancias de las empresas a costa de disminuir en gran medida nuestra salud y jugar con nuestras expectativas. Y es que todos somos adultos para tomar nuestras propias decisiones, pero no todos estamos preparados de la misma forma para tomar nuestras decisiones.

Por tanto, la publicidad sí que funciona, sí que nos marca huella, y lo peor es que, en España aún no hay ninguna ley que regule la publicidad y el impacto de los famosos que forman parte de estas campañas publicitarias nada beneficiosas para nuestra salud.

Andrea Carmona López.

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