¿Alguna vez has experimentado malestar sin realmente llegar a entenderlo?

Linabaumgaertner
Psicología del Lenguaje — ugr
3 min readDec 13, 2022

¿Te has llegado a replantear cuál era la emoción oculta tras ese malestar? Muchas veces los humanos tendemos a orientar este tipo de situaciones a buscar esas causas externas que explican o provocan nuestro malestar. Pero son pocas las ocasiones en las que nos preocupamos o intentamos averiguar cuales son las emociones que se nos han generado internamente, y cómo estas nos han afectado a las reacciones y respuestas que tenemos. Esto es lo realmente importante a la hora de decantarse entre bienestar y malestar, ya que al final lo que provoca el sufrimiento no es tanto lo que pasa en el mundo exterior, sino el cómo nosotros reaccionamos a eso.

Nuestra sociedad ha avanzado exponencialmente en muchas áreas y aspectos diversos, pero a la hora de enfocarnos en el ámbito de las emociones queda todavía mucho trabajo por delante. No es costumbre e incluso puede llegar a estar mal visto hablar en profundidad sobre cómo nos sentimos. Conforme vamos creciendo, maduramos sin que nadie realmente nos explique o nos aporte herramientas, estrategias, técnicas, etc., que nos ayudan a gestionar, sentir, identificar y regular nuestras emociones. Y al final es algo con lo que todos convivimos en nuestro día a día; a nivel emocional las sentimos de forma automática, pero a nivel racional también tienen peso y suponen algo, pero nos cuesta más ser conscientes de ellas, y por ende, identificarlas, ordenarlas y entenderlas.

De todas formas, con el tiempo cada uno desarrolla su propia forma de manejar su propio mundo emocional, pudiendo ésta ser más o menos adaptativa.

La literatura nos cuenta que existe una diferenciación entre emociones primarias y secundarias. Las primarias son aquellas que experimentamos desde el nacimiento, mientras que las secundarias son aquellas que aprendemos socialmente, están basadas en la propia interacción humana y varían en relación a la cultura. Podríamos contrastar esta información con los conocimientos que tenemos sobre otras especies. Por ejemplo, animales que sí experimentan emociones como la alegría, tristeza, miedo, ira, sorpresa y asco, pero no emociones más propiamente humanas como la culpa o la vergüenza.

Para nosotros, los seres humanos, puede resultar más fácil identificar emociones primarias porque las experimentamos de forma innata. Sin embargo, no partimos de esa base con respecto a las emociones secundarias y, si tampoco obtenemos información o herramientas que nos provenga del mundo externo, esta tarea se transforma en una mucho más complicada de llevar a cabo.

A pesar de todo, nunca es tarde. Y existen muchos mecanismos accesibles a la hora de aprender y ganar más autonomía y comprensión sobre este mundo emocional del que hablamos. Uno de estos mecanismos es el ‘Focusing’, una técnica basada en la comprensión y escucha activa de nuestro propio cuerpo, sentimientos, sensaciones, etc., con la finalidad de conectar con nuestra experiencia interna. En nuestra próxima entrada al blog hablaremos sobre esta técnica y os daremos un caso concreto sobre cómo ponerlo en práctica.

Y para cerrar esta entrada nos gustaría aportar un consejo de nuestra propia cosecha: lo que nos acerca a comprendernos más siempre será escucharnos con la mayor presencia y atención posible.

Este post ha sido realizado por : Noemi De Burgo y Linabaumgaertner

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