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Algunas veces sin pretenderlo hemos sido causantes de malos entendidos por no usar el lenguaje adecuado o no haber tenido en cuenta hacia quien iba dirigido nuestro mensaje.

De la misma manera que hemos interpretado palabras o gestos erróneamente.

Hay una escena de la película “mejor imposible”. En la que sorprende como el protagonista (escritor de profesión), se muestra poco habilidoso en la comunicación cuando se encuentra en un contexto afectivo.

La escena del restaurante refleja esa torpeza.

Quizás el lenguaje expón tanteo al que esté menos acostumbrado por su escasa vida social, este detrás de ello.

Escribir estaría en un plano diferente ya que lo hace solo y con la oportunidad de concederse tiempo para reflexionar.

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