¿Alimentarías al bebé tigre?

Imagina que te despiertas una mañana y te encuentras, justo delante de tu puerta, a un adorable cachorro de tigre juguetón que está maullando. Por supuesto, lo metes dentro de tu casa y lo adoptas como mascota. Después de jugar con él un rato, observas que está maullando sin parar y, entonces, te das cuenta de que debe tener hambre. Le das un poco de carne roja, porque sabes que a los tigres les gusta comerla. Haces lo mismo cada día y, día tras día, tu mascota de tigre crece un poquito más. Al cabo de dos años, la comida diaria de tu tigre pasa de ser pedacitos de hamburguesa a a trozos completos de carne vacuna. Al poco tiempo tu tigre ya no maúlla cuando tiene hambre, te ruge ferozmente cuando piensa que es la hora de comer. Tu adorable mascota se ha convertido en una bestia salvaje incontrolable dispuesta a destrozarte si él no consigue lo que quiere (Steven Hayes).

La metáfora anterior ilustra el modo en que, al evitar e intentar controlar nuestros problemas, pensamientos y emociones, solo logramos que empeoren. La lucha que tienes con tu dolor se puede comparar a este tigre. Cada vez que alimentas a tu dolor (tigre) con la evitación experiencial (carne roja) ayudas a que el dolor (tigre) crezca cada vez más, siendo este más fuerte. El dolor entonces crecerá como si fuera un “tigre feroz” pidiendo que lo alimentes; sin embargo cada vez que alimentes el dolor, este se hará más fuerte, más intimidante y tendrá el control de tu vida.

En la actualidad, con más frecuencia resulta difícil ser feliz y fácil ser infeliz. El hecho de vivir en un país rico donde hay una mayor carencia de sufrimientos elementales (hambre, frío, dolor, etc.) y, por tanto, más comodidad, aumenta la probabilidad de desarrollar depresión. Aquello que parece más obvio en la vida como por ejemplo “estar triste” resulta incluso “novedoso”, hasta el punto de que sea motivo para escribir libros, hacer debates televisivos, conferencias, etc. Párate a pensar y dime cuantas veces has visto alguna foto de una persona llorando en las redes sociales o diciendo que está mal, yo aún no lo he visto y pienso que es una emoción tan adaptativa como cualquier otra. En realidad, el estado normal de los seres humanos es un constante fluir de emociones, pero en las redes sociales solo podemos observar a la gente pasándoselo bien, no hay ningún signo de tristeza.

«Los animales son felices mientras que tengan salud y suficiente comida. Los seres humanos, piensa uno, deberían serlo, pero en el mundo moderno no lo son, al menos en la gran mayoría de los casos.» Bertrand Russell.

Retomando el tema de los países ricos, la paradoja es vivir en un mundo más cómodo, más seguro, menos doloroso y encontrarnos abrumados por el sufrimiento generado por ese mundo diseñado para buscar la felicidad evitando el sufrimiento. ¿Podría el sistema verbal condenarnos a experimentar el sufrimiento?

El lenguaje es considerado el elemento básico de la infelicidad y la felicidad humana. Según Hayes (1999) el lenguaje no debió surgir en la especie humana para la diversión, sino más bien como un modo para escapar del peligro y quizá más tarde para organizar el control social. El sistema verbal ha permitido que los seres humanos disfruten simbólicamente. El conocimiento simbólico (por ejemplo la literatura o el arte que nos permiten acercarnos a la realidad) ha permitido el avance de la espacie humana, pero no todo es tan positivo como parece. Nuestras acciones pueden alterar el presente y de la misma forma el futuro. Accidentalmente o deliberadamente podemos incluso aniquilar a nuestra especie con nuestras acciones.

El sufrimiento ha sido catalogado como algo anormal, negativo e inapropiado para vivir una vida plena, esto hace que uno sienta la necesidad de sentirse bien y evitar el sufrimiento. Aquel patrón conductual, en el que las personas emplean la evitación de forma generalizada y cronificada para alejarse de aquello que le produce malestar pero lo único que consiguen es aumentar el sufrimiento con dicha evitación, se denomina Trastorno de Evitación Experiencial (TEE).

La terapia de aceptación y compromiso (ACT), es un modelo de salud y no de enfermedad, ya que entiende que el sufrimiento es algo universal y que su causa principal es la intromisión del lenguaje en áreas en las que no es funcional o no es útil. Russ Harris , un reconocido terapeuta de ACT, explica a continuación algunos mitos asociados a la felicidad (es un video bastante entretenido, cortito y con subtítulos en español). ¿Te suena alguno de los mitos? ¿Has sido “víctima” de alguno de ellos?

Referencias:

Luciano, C. (2001). Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT). Libro de Casos. Valencia, España: Promolibro.

Wilson, K., y Luciano, C. (2002).Terapia de Aceptacion y Compromiso (ACT) Un Tratamiento Conductual Orientado a Los Valores. Madrid, España: Pirámide.

https://www.xatakaciencia.com/salud/la-depresion-afecta-mas-a-los-paises-ricos-y-a-los-cerebros-hiperactivos

https://terapiacognitivoconductal.wordpress.com/2016/09/11/metafora-del-tigre-hambriento-metafora-de-act-de-steven-hayes/

https://terapiacognitivoconductal.wordpress.com/2016/07/03/si-no-sos-feliz-sos-normal/

--

--

Cristina M Flores González
Psicología del Lenguaje — ugr

Hola! Me centraré en el trastorno de evitación experiencial (TEE) y la terapia de aceptación y compromiso (ACT), entre otros temas.