EISENSTEIN Y LOS CORTOS

Las formas que existen de combinar los fotogramas en un proyecto cinematográfico son muchas, por no decir infinitas. A raíz de esto surgen 5 maneras para poder unir distintos fragmentos cinematográficos, las cuales fueron dictadas por Eisenstein, pero no solo eso, sino que las manera en la que se unen crea en si mismo una estructura capaz de no solo transmitir la imagen y el sonido, sino de hacernos llegar un mensaje a través de las luces y sombras, los gestos, la velocidad de los fotogramas, la música y los silencios, los ángulos, los personajes y un largo etcétera.

Todo esto al final se acaba uniendo en una obra única que es capaz de trasmitir emociones, sensaciones e ideas. Y justamente esto es lo que he querido ejemplificar con este corto, el cuál ha ganado bastantes premios y ha estado nominado a los Goya 2020.

La primera vez que lo vi me quedé asombrado, no solo por la calidad del corto sino por la cantidad de reacciones que me había generado, pelos de punta, nostalgía, amor, asombro, alegría, etc. Y en parte algunos de los métodos de Eisenstein han tenido bastante que ver en esto:

El corto se puede dividir en dos, de unos 2–3 segundos, al principio se caracteriza por fragmentos cortos sin apenas contenido emocional. Sin embargo, a partir del minutos 1:49 los fragmentos empiezan a ser más largos, intercalándose con alguno un poco más cortos, y con mayor contenido emocional.

Esto se enlaza con un montaje tonal, caracterizado por el inicio de una música de piano a partir del minuto 2:25 en adelante. Durante el tiempo en el que la música está presente se sintoniza perfectamente con la escena, empieza a tener un ritmo más alto cuando la madre decide hablarle, relacionando esa reacción con el aumento de la música. Pero cuando en el corto pasan los momentos más profundos, la música se queda en un suave hilo agudo y algunas notas, dando esa emoción y protagonismo al contenido profundo que se transmite, esto se puede ver tanto en el momento cuando en el que Víctor comenta el problema con sus padres (2:05–2:57) así como cuando la madre termina de escribir y él justo lo lee (3:25–3:34), en este último se puede ver como la música le da un valor emocional añadido, que es fundamental en esta escena. O también por el contrario, cuando se vuelve una escena más alegre/melancólica y la música empieza a fortalecerse, como es a partir del momento en el que lee el mensaje de su madre (3:37–4:26). Por último, cuando la música cesa no es en cualquier momento, sino justo cuando se enseña el cuadro, lo que hace que la escena cierre perfectamente y con el espectador habiendo entendido toda la conexión. Estas escenas concretas que acabo de comentar compondrían el montaje rítmico, el cuál capaz de destacarlas entre el resto por su gran componente emocional.

Como se puede ver, la música juega un papel fundamental en el corto, pero no solo esto, claro, sino que junto a la gran presencia de las dos caras con expresiones de emoción, los silencios y el juego que hace entre los elementos de la escena (inicios de conversación, enfoques, las miradas, los comentarios, etc.), hace que la manera en la que se transmiten las emociones sea increíble. Toda esta combinación de elementos genera un montaje armónico espectacular.

La unión de estos montajes crean una obra capaz de trasmitir no solo emociones, sino las sensaciones e ideas que también comentaba Eisenstein, viendo como claramente todo su trabajo ha tenido un gran efecto sobre la industria cinematográfica actual.

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