Bilingüismo — ¿por qué suelo olvidar palabras?

Luce
Psicología del Lenguaje — ugr
10 min readDec 19, 2023

Ahora, hace menos de 2 meses que estoy en España, para un Erasmus de 1 año en Granada. Soy una alumna francesa, y estoy aquí para incrementar mi nivel de español, y desarrollar mi vocabulario.

Para explicar un poco más, estudié el español desde la primera clase del colegio, o sea empecé aprender este idioma a mis 10 años. Lo aprendí durante 4 años en el colegio, y llegada al instituto, hice un “Bachibac”, o sea una mezcla entre el “BAC” francés, y el “bachillerato” español. Tuve casi 8 horas de español a la semana. Todos mis amigos iban a mi clase, y juntos, hablamos español casi todo el tiempo. El español era nuestro idioma preferido, porque podíamos hablar sin que nadie nos comprendiera.

En ese momento, solía pensar en español, hablar sola en español, y, a veces, soñar el español. La vida era perfecta.

Sin embargo, al llegar a la universidad, no podía continuar aprendiendo el español, ya que tenía que elegir solo una lengua, y elegí… el inglés. Me quedé sin español, sin práctica. Cada día, sentía mi nivel cayendo, y cayendo…

Como nativa de francés, puedo tener problemas para encontrar palabras, conjugar los verbos, conocer todo el vocabulario específico… Y eso es peor al hablar 2 (casi 3) idiomas, porque suelo mezclar todo, confundir palabras, y hablar mi idioma preferida que es el espançais o el frañol (francés y español).

¿Pero cómo se explican estos errores, incluso errores en mi lengua natal que es el francés? Aunque pienso en francés, hablo francés con mi compañera de piso y mi familia, tengo muchos problemas para hablar de manera fluida. La adaptación entre los 2 idiomas me parece muy difícil, aunque sé cómo hablar los 2.

Para analizar estos errores de lengua, he registrado mis errores a lo largo del cuatrimestre, y he creado una distinción entre 2 tipos de errores principales

- El fenómeno de punta de la lengua

- El uso de una palabra de otra lengua porque es más sencilla y tiene más sentido

Primero, lo que me llamó la atención fue mi costumbre de olvidar palabras, al decir una frase en español como en francés. Me resultaba muy difícil para mi hallar una palabra, aunque sé exactamente cómo se decía la palabra en los 2 idiomas. Pero, no conseguía buscarla, ni encontrarla. Lo más raro era que conocía todas las características de la palabra: su forma, palabras relacionadas, el concepto general, la letra con la que empieza o acaba…

Os pongo un ejemplo que explica muy bien este fenómeno: en clase de neuropsicología, hablábamos de la figura de Rey, y la profe explicó su utilización en el diagnóstico de algunos trastornos. Ella explicaba que era una figura sin ningún sentido, pero que, en algunos casos, los pacientes pueden copiarla dándole sentido, como dibujar una casa, una persona… Al tomar apuntes, quería valerme de una palabra que significa “sin sentido, no representa nada”, y sé que empieza por “in”. Pero, no he encontrado esta palabra, desde hace ya más de 1 mes…

Ese es el fenómeno de punta de la lengua, que J.Haro (2012) define como un “fenómeno que describe la incapacidad temporal de recuperar una palabra conocida, acompañada de una intensa sensación de que su recuerdo es inminente”.

Y es exactamente lo que me ocurre: tengo la imagen y su representación visual en la mente, puedo describir todo el objeto, decir palabras que son parecidas (semánticamente o fonológicamente) o un montón de palabras relacionadas en el léxico mental, la categoría gramatical, en que contexto de usa la palabra, pero no puedo decir la palabra objetivo.

Otro ejemplo ocurrió al hablar en francés con mi compañera de piso. Estábamos hablando de charlas en la universidad, cuando me pidió la traducción de la palabra “charla”, porque yo la había usado en español, aunque estábamos hablando en francés.

Me resultó imposible durante algunos minutos hallar la traducción en francés. Al buscar, le respondí “une conséquence” (consecuencia), mientras sabía que no era la traducción. Pero, al decir “conséquence”, encontré la palabra en francés: “conférence”. En efecto, “conférence” y “conséquence” son palabras muy parecidas en francés. Decir la palabra “conséquence” (consecuencia), me permitió activar la palabra “conférence” en mi léxico mental, gracias a la similitud fonética.

Según el modelo interactivo de la teoría del déficit de transmisión de Burke el al (1991), existen nodos subléxicos (semánticos, fonológicos, articulatorios) en la mente. Cuando buscamos una palabra, la información se activa en un nodo subléxico, y se propaga hasta otros nodos con propiedades semánticas, fonológicas o articulatorias similares.

La punta de la lengua ocurre cuando la propagación de la activación es insuficiente, y no llega a activar el nodo subléxico correspondiente a la palabra objetivo. Por eso, gracias a una activación parcial en la red, la gente puede hallar informaciones sobre la palabra, sin encontrarla.

Mi último ejemplo de punta de la lengua sería un ejemplo que permite mirar exactamente cómo luchar contra este fenómeno, y el camino que tengo que hacer en mi mente.

Mi frase fue una frase en francés “[…] t’envoyer un cahier, un carton, un colis putain”, que voy a traducir para la comprensión: “[…] enviarte un cuaderno, un cartón, un paquete joder!”.

Para comprender el ejemplo, tenemos que tener en mente que, en francés, las tres palabras empiezan por un “c”.

Para analizar eso, vemos que empecé por la palabra “cahier” (cuaderno), que no tiene nada que ver con la palabra final, pero que empieza por un “c”, lo permite activar la palabra “carton” (cartón), porque ambos son materiales semejantes que empiezan por “c”.

Después, esta palabra “carton” permite activar la palabra final que es “colis” (paquete). Son parecidas al nivel del contexto, ya que un paquete está dentro de un cartón, y en francés, empiezan por un “c”, lo que puede ayudar también.

Gracias a este ejemplo, podemos ver toda la red de activación del léxico en mi mente al buscar una palabra.

En segundo lugar, vamos a intentar comprender por qué suelo usar palabras en españolas al hablar francés y, al contrario, usar palabras francesas al hablar español.

Primero, parece que existen palabras españolas que no tienen exactamente una traducción en francés, o sea que no existe una palabra francesa exacta para reformular la idea o el concepto.

Por ejemplo, la palabra superar puede significar “ser mejor que”, pero no existe un verbo en francés para describir eso. Podemos valernos de la palabra “surpasser”, pero eso es sobre todo para expresar el hecho de ser mejor que sí mismo, no hay esa parte de comparación con lo demás.

También, la palabra “ámbito” es una palabra que se traduce como “domaine”, “secteur”, “branche”, “morceau”, “milieu”. A pesar de que tengamos todas estas palabras en francés, ninguna me parece adaptada para expresar la idea de separación entre los temas. No sé cómo explicarlo, pero el concepto de “ámbito” no es el mismo que el concepto de “domaine” en mi mente, aunque es la traducción dada por WordeReference.

Según la literatura, este fenómeno es la interferencia semántica, o sea que los dos idiomas interfieren entre sí, y que la recuperación de palabras en la L1 (lengua 1) es más rápida que la L2 (lengua 2). Según A. Ardila (2012), “la interferencia depende de una diversidad de variables. Esta aumenta cuando ambas lenguas son activas y puede ser mayor cuando L1 y L2 son lenguas cercanas”. En efecto, mi español es cada vez más activo ya que estoy practicándolo, y el francés como el español son dos idiomas parecidos ya que tienen la misma raíz latina.

No es que hable en un idioma y diga una palabra en otro idioma que me venga a la mente sin reflexionar. Por ejemplo, suelo decir “nivel” en todas las ocasiones, incluso cuando hablo en francés. Eso ocurre también con la expresión “un montón de”.

Es una expresión que no se usa en francés, aunque tenemos una traducción exacta que es “un paquet de…”. Entonces, al hablar francés, suelo usar esta expresión, porque se ha convertido en una muletilla.

Pero, la pregunta que se destaca es ¿Por qué existe esta interferencia? ¿Qué pasa exactamente dentro de la mente? ¿Cómo está organizado mi léxico mental?

Primero, tengo que saber qué tipo de bilingüe soy, y qué es un bilingüe exactamente. Una persona bilingüe es una persona que utiliza 2 o más idiomas. Los bilingües coordinados son aquellos que han aprendido los dos idiomas en diferentes contextos: aprendí el francés a partir del nacimiento, porque es mi lengua nativa, mientras que aprendí el español en clase, a los 10 años. Soy bilingüe coordinada.

En segundo lugar, Rosselli et ál. (2000) explican que la interferencia lingüística influye sobre la fluidez verbal: una persona bilingüe, que suele hablar dos o más idiomas a la vez, puede tener problemas a la hora de elegir una palabra, porque tiene que buscar el concepto primero, y después decir la palabra en la lengua correspondiente. La selección de la palabra cuesta tiempo, por eso, suelen ser menos rápidos en tarea de fluidez verbal (tanto semántica como fonológica).

Según esta explicación, tengo una red mental única para ambas lenguas, y tengo que seleccionar la palabra correcta. Al tener un concepto, se activan todas las palabras relacionadas con este concepto, sin tomar en cuenta el idioma. Según esta teoría, al ver un gato, la palabra “gato”, “chat”, y también “cat” se activan. Después, tengo que seleccionar la palabra correcta, según la lengua que estoy hablando.

Pero algunos estudios afirman que solo los bilingües nativos (o sea los que han aprendidos L1 y L2 en el mismo contexto) tienen una red mental única para ambos idiomas. Los bilingües coordinados, como yo, deben tener 2 redes distintas para cada lenguaje. ¿Cómo explicar la interferencia lingüística?

Algunos autores explican que los bilingües pueden tener una red integrada (modelos integrales), que explican que existe una red semántica única, pero que existen procesos que permiten seleccionar la palabra.

Por ejemplo, el modelo de Bot y Schreuder (1993) afirma que primero, la activación semántica se hace para todas las palabras de ambas lenguas. Después, el proceso de inhibición permite reducir la activación y desactivar palabras de otras lenguas no congruentes con el contexto.

Solo quedan activadas palabras de la lengua clave en competición. Otra vez, la inhibición reduce la activación de las palabras no correspondientes, y se selecciona la palabra.

Por otro lado, Green (1998) supone que un mecanismo externo que se denomina especificador permite organizar etiquetas para cada lengua: estas etiquetas se denominan lemma. Al buscar una palabra, solo se seleccionan lemma del lenguaje en uso y lemma de lenguas activas (por ejemplo, la L1). El especificador se encarga de verificar los lemmas, e inhibir el lemma que no es relevante para la situación.

Por ejemplo, al hablar español, y al buscar la palabra “alegre”, se activan los lemmas (etiquetas) en francés (lengua activa) y en español (lengua relevante para la situación), pero no en inglés. Por eso, se activan “alegre”, “joyeux”, pero no “happy”.

El especificador se encarga de seleccionar el lemma, y entonces la palabra que corresponde con el contexto lingüístico.

Para concluir, existen distintos modelos de redes semánticas asociados al bilingüismo, y puede ser que cada uno tiene su propia representación en mente, porque eso depende de un montón de factores, sobre todo socioeconómicos. Lo principal será saber cómo evitar eses fenómenos, y enfrentarlos.

Ardila (2012) señala que “usualmente el bilingüe tiene un mejor manejo en L1 de ciertos tópicos y en ciertos contextos, y mejores habilidades en L2 para otros tópicos y contextos”.

Lo más importante será continuar a activar palabras, practicando la lengua, ya que la punta de la lengua y la interferencia ocurren sobre todo al usar palabras con poca frecuencia.

¡Un bilingüismo activo es un bilingüismo que se mejore!

Bibliografía

Haro, J. El fenómeno de la punta de la lengua en bilingües.

Juncos-Rabadán, O., Facal, D., Álvarez, M., & Rodríguez, M. S. (2006). El fenómeno de la punta de la lengua en el proceso de envejecimiento. Psicothema, 18(3), 501–506.

Van Assche, E., Duyck, W., Hartsuiker, R. J., & Diependaele, K. (2009). Does bilingualism change native-language reading? Cognate effects in a sentence context. Psychological science, 20(8), 923–927.

Dinevich, I. A. (2021). Typical mistakes in the writing speech of bilingual students. Telos, 23(3), 602–615.

DESVEnTaJaS, V. Y., & BILINGÜISMO, D. (2012). Alfredo Ardila. Forma y Función, 25(2), 99–114.

Sarli, L., & Juste, N. (2019). Moduladores de la ventaja del bilingüismo en la inhibición, atención y tareas de cambio. Pensamiento Psicológico, 17(1), 87–100.

Resumen de los errores que suelo hacer en español como hablante francesa (gramática, conjugación, vocabulario)

El uso de la palabra “vale” aunque en francés se dice “ok”, eso es más una costumbre de lenguaje que es difícil de cambiar. También al aprender a usar “vale” en la vida cotidiana, solía decir otras cosas como “verdad” (que no tiene nada que ver).

Para traducir expresiones, me resulta difícil, porque pueden existir falsos amigos.

En francés, la expresión “costar tiempo” se dice “prendre du temps”, o sea que es el verbo “tomar” que se usa para esta expresión. Sin embargo, un día, dije “dar tiempo”, expresión que no existe en español.

Además, solía (suele) confundir poquito y pequeño, porque son parecidos para mí.

En francés, el verbo “reír” y la “risa” son las 2 mismas palabras, o sea “rire”. Se dice “rire” y “le rire”. Por eso, tenía la costumbre de decir “el reír”.

El uso del pretérito y del subjuntivo me vuelve loca. En efecto, en francés, no se usa el pretérito, preferimos el “passé composé”. En español, me resulta muy difícil usar este tiempo, sobre todo porque en clase, solía utilizar la tercera persona del singular (él o ella), aunque aquí, hablo de yo mismo, y tengo que valerme de la primera persona del singular (el yo).

Suelo confundir las palabras “hambre”, “hombre”, “hombros”, a pesar de que sepa perfectamente la diferencia. Eso ocurre también con las palabras “cita”, “sitio”, “silla”.

Al hablar francés, solía valerme de la palabra “cadre” para hablar de un “cuadro” aunque se dice “tableau” en francés. En efecto, “cuadro” y “cadre” son falsos amigos.

Otros falsos amigos que son difíciles para mi son “raro” y “rare”, porque “rare” en francés significa “escaso”.

Al escribir, los acentos tónicos son muy difíciles, porque no tenemos los mismos acentos en francés.

Además, me resulta difícil diferencia el uso de “ser” y “estar”, y diferenciar “porqué”, “porque” y “por qué”.

Al hablar con amigas por Whats App, no fue sencillo comprender las abreviaciones como “vd”, que es variable dependiente para mí, pero que significa “verdad”.

Las palabras “relajar” y “relier” (unir) fueron parecidas en mi mente, así que un día dije “relajar” en vez de “unir”. Son falsos amigos.

Para terminar, tuve una amiga de Erasmus que me dijo un día “no tengo cerebro en la cerveza” en vez de “cabeza”.

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