Bilinguismo: Conclusion

James Brown
4 min readJan 22, 2022

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La última dimensión del bilingüismo que se analizará serán las implicaciones lingüísticas y psicosociales de ser bilingüe. Aunque es importante comprender las implicaciones neurocientíficas, cognitivas y de personalidad del bilingüismo, éstas se manifiestan lingüística y socialmente. Curiosamente, los efectos negativos que se mencionaron en las partes anteriores no parecen manifestarse lingüística o socialmente, ya que el efecto general del bilingüismo es beneficioso. En el siguiente análisis se profundizará en estos efectos y se responderá a la pregunta de si el bilingüismo es un arma de doble filo o no.

En mi experiencia, mi bilingüismo adquirido me ha otorgado una mayor capacidad para expresar mis emociones y pensamientos. Si comparo mi yo actual con el de hace un año, soy mucho más expresivo al utilizar todos los idiomas que conozco, y eso es porque mi español ha mejorado mucho. Del mismo modo que observo que mi personalidad se ha diversificado al aprender un nuevo idioma, mi expresividad se ha enriquecido. Una teoría lingüística que puede ayudar a explicar esto es la Teoría del Lenguaje de Chomsky, o más concretamente, la teoría de la Pobreza del Estímulo.

El argumento de la pobreza del estímulo afirma que, dado que un niño desarrolla grandes capacidades gramaticales lingüísticas, no puede simplemente aprender de la experiencia, al contrario de lo que sostienen los empiristas, porque el estímulo que se le proporciona al niño es simplemente demasiado pobre (Laurence & Margolis, 2001). Si lo pensamos bien, los niños aprenden el lenguaje y desarrollan el significado sin ningún conocimiento previo, simplemente imitando los sonidos que emiten los adultos. Este argumento sugiere que los seres humanos tienen una capacidad innata para aprender idiomas, lo que permite a un niño aprender simplemente un significado complejo a partir de una simple experiencia.

¿cómo se relaciona esto con la anecdótica mayor capacidad comunicativa de las personas bilingües? Si un niño tiene una capacidad innata para aprender un idioma, debe significar que existe una estructura lingüística subyacente en nuestro cerebro, que nos permite ser una especie comunicativa y prosocial. Una lengua que se aprende es simplemente el código para expresar esta estructura lingüística subyacente. Por tanto, cuanto mayor sea la variedad de códigos lingüísticos a los que tenga acceso un individuo (Cook, 1991).

Esta capacidad comunicativa mejorada tiene algunas implicaciones pro sociales importantes. Es importante señalar que los malentendidos crean conflictos y, viceversa, los individuos tienen tendencia a sobrevalorar la diferencia entre los ideales de su propio grupo y los de otros grupos, como mecanismo adaptativo de diferenciación (Chambers & Melnyk, 2006). Por ello, una mayor capacidad lingüística debería reducir el potencial de conflicto entre dos individuos. Javor (2016) confirmó esta hipótesis en un estudio que llevó a cabo con niños, en el que se demostró que los niños bilingües mostraban una mayor capacidad de toma de perspectiva que los monolingües, como resultado de sus mayores habilidades comunicativas. Por lo tanto, debido al papel social que desempeña el ser humano, es importante potenciar al máximo nuestra capacidad comunicativa para reducir los conflictos sociales.

En general, el bilingüismo no es un arma de doble filo, sino una poderosa herramienta para triunfar en el mundo moderno y globalizado. Desde el punto de vista neurocognitivo, se ha demostrado que tiene beneficios sustanciales para la neurogénesis y la neuroplasticidad, dos procesos importantes a la hora de aprender y ralentizar los procesos de envejecimiento. Desde el punto de vista de la psicología de la personalidad, induce a un individuo a desarrollar y mostrar una personalidad más diversa y, por último, permite a los individuos comunicarse y empatizar más eficazmente. Estos beneficios son aplicables tanto a los bilingües nativos como a los adquiridos, lo que significa que cualquiera puede obtenerlos.

Los principales aspectos negativos que hay que reconocer están más relacionados con el proceso de convertirse en bilingüe, que es en sí mismo bastante estresante, costoso y disociador. Sin embargo, como muestran tanto los resultados empíricos como mi propia experiencia, estos aspectos negativos se limitan al proceso de aprendizaje, que es intrínsecamente incómodo y desafiante. En todo caso, la superación de estos obstáculos ayudará al individuo a desarrollar una mayor resiliencia, lo que, en última instancia, le hará mejor para resolver problemas en la vida real, lo que hace que éste sea quizá el beneficio más importante del bilingüismo.

Chambers, J. R., & Melnyk, D. (2006). Why do I hate thee? Conflict misperceptions and intergroup mistrust. Personality and Social Psychology Bulletin, 32(10), 1295–1311.

Cook, V. J. (1991). The poverty-of-the-stimulus argument and multicompetence. Interlanguage Studies Bulletin (Utrecht), 7(2), 103–117. https://doi.org/10.1177/026765839100700203

Javor, R. (2016). Bilingualism, Theory of Mind and Perspective-Taking: the Effect of Early Bilingual Exposure. Psychol. Behav. Sci. 5, 143–148. doi: 10.11648/j.pbs.20160506.13

Laurence, S., & Margolis, E. (2001). The Poverty of the Stimulus Argument. The British Journal for the Philosophy of Science, 52(2), 217–276. http://www.jstor.org/stable/3541896

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