Cómo saber si estás en una relación tóxica (Parte 3)

Alba Cobo
Psicología del Lenguaje — ugr
5 min readDec 21, 2020

Adrián Cabello Serrano, Alba María Cobo Aguilera, Ana María Cobo Aguilera, José Luis Cuerva Caracuel, 3º T2, Grupo A

Continuando con el análisis de las relaciones tóxicas de pareja, en esta ocasión queremos compartir con vosotros cómo sería una relación sana. Para ello, haremos una comparación de cómo se quiere bien y cómo se quiere mal. También proponemos la inclusión de talleres para una mayor concienciación dentro del ámbito educativo, evitando o previniendo estos comportamientos dentro de una relación. Por último, ofreceremos una serie de estrategias de afrontamiento para abordar las relaciones tóxicas.

Seguramente en alguna ocasión, todos hemos escuchado la frase “Quédate con quien te quiera bien”. Pero, ¿realmente sabemos lo que significa querer bien y querer mal? A continuación, os mostramos una tabla en la que se muestra una comparativa entre ambos términos.

Como bien sabemos, la entrada a la adolescencia conlleva el comienzo de las relaciones románticas (Leen et al., 2013) por lo que la capacidad para la intimidad romántica pasa a ser una de las principales preocupaciones para los adolescentes (Collins et al., 2009).

En estas primeras relaciones se aprenden los patrones relacionales, dinámicas que posteriormente se instauran y que se reflejan a lo largo de todo el ciclo vital. Además, es evidente que hay muchos otros comportamientos que aprendemos de forma vicaria; motivo por el que se reproducen patrones de comportamiento tóxico que vemos reproducidos en el contenido multimedia, por eso es importante abordar la toxicidad que se produce en estas etapas, ya que en ella es cuando se aprenden los patrones de conducta que se aplicarán en relaciones posteriores.

Por tanto, desarrollar una forma de evitar que se produzcan estos patrones tóxicos en las relaciones de los adolescentes se ha convertido en una preocupación generalizada. Para erradicarlos se debe ofrecer intervenciones donde se consideren todos los subtipos de conductas tóxicas y se implementen soluciones y alternativas desde el inicio de las relaciones (Lara, 2016). En esta línea surgen los llamados programas de prevención, que tratan de evitar que el problema aparezca o se instaure impidiendo así que se desarrollen dinámicas tóxicas en sus relaciones. El ámbito escolar es uno de los entornos más importantes en los que llevar a cabo este tipo de actuaciones; para ello se pretende ofrecer información y orientar acerca del establecimiento de relaciones tóxicas, su reproducción e influencia en los adolescentes.

Hay numerosos estudios psicológicos en los cuales se evidencia la importancia de las estrategias de afrontamiento en el abordaje, y la resolución de situaciones controvertidas que influyen negativamente en el bienestar y en la calidad de vida de las relaciones de pareja. Dichas estrategias son recursos dirigidos a manejar las ofensas, los desacuerdos, las injusticias, los abusos emocionales, y las discrepancias, que suelen caracterizar a las relaciones tóxicas. Teniendo en cuenta que si ambas partes no son capaces de llegar a un acuerdo beneficioso para los dos, basado en la equidad y el respeto, lo más recomendable es la separación.

Entre las principales estrategias de afrontamiento se encuentran:

La confrontación directa

Una relación de pareja sana es caracterizada por admitir la existencia de conflictos o problemas cuando se presentan. Mientras que en las relaciones tóxicas se tiende a evitar las conversaciones difíciles, y, subestimar o ignorar los acontecimientos críticos. Esto contribuye a mantener los abusos y conductas tóxicas entre los involucrados. Por esto psicólogos y terapeutas recomiendan la confrontación directa como una estrategia útil y eficaz en la resolución de crisis, diferencias, o tensiones afectivas. Abordando “cara a cara” a la pareja en los asuntos negativos, sensibles, o incómodos que se pueden presentar en la convivencia diaria. La confrontación de la pareja no es un ataque premeditado, sino una oportunidad para encarar, empatizar, y negociar con el otro, siempre en búsqueda de soluciones.

El apoyo social

El apoyo social es un conjunto de relaciones amistosas, familiares, laborales, e institucionales que ayudan a la persona con consejos, cuidados, asistencia, afecto, y consuelo ante las situaciones conflictivas que enfrenta con su pareja. Con este apoyo se obtienen una serie de ventajas entre las cuales destacamos: se reduce el estrés y la sensación de indefensión, facilita el desahogo emocional, favorece la autoestima, ayudando a saber manejar las emociones negativas.

De la misma forma que en las anteriores publicaciones hemos ejemplificado relaciones tóxicas y su representación en películas y en series de televisión, creemos que es acorde hacer lo mismo con al menos una relación sana. Para acabar la publicación queremos hablaros de Morticia y Gómez Addams, coprotagonistas de La Familia Addams (1991) y la Familia Addams: La tradición continúa (1993).

Podemos decir, sin miedo a equivocarnos, que Morticia y Gómez son la representación de una pareja perfecta, ignorando claro está todos los momentos satíricos en los que se les muestra cómo unos individuos “raros” o “espeluznantes”. Mientras que la mayoría de series y películas familiares presentan matrimonios donde el amor se ha acabado, o con problemas latentes, con una relación que actúa de forma pasiva de cara a su compañero, La Familia Addams satiriza el tópico narrativo de que “El amor se acaba”, presentando una pareja que no solo se quiere, si no que lo hace con pasión y sin vergüenza, mostrando constantemente esta pasión independientemente de si están en compañía de más personas o no.

Pero esto no es todo, Morticia y Gómez son tremendamente abiertos y honestos entre sí; para lo bueno y para lo malo, pero priorizando aún así la felicidad del otro y de sus hijos frente a todo. Su relación está construida sobre una base de respeto mutuo y de extensa comunicación.

A pesar de ser individuos distintos con hobbies diferentes, se complementan mutuamente, asumiendo la responsabilidad de la pareja a partes iguales. Por si fuera poco, además son unos padres excelentes e involucrados, mostrando interés en sus hijos sin atosigarlos, y tratando de educarlos bajo los mejores valores posibles, alentándolos a dedicar tiempo a su familia sin dejar así de lado su tiempo individual como personas.

En definitiva, la conclusión que podemos sacar es que Morticia y Gómez tienen esta relación porque trabajan constantemente en ser la mejor pareja que podrían ser, esforzándose en trabajar en conjunto y afrontar los problemas como un equipo.

¡Muchas gracias por leernos! Esperamos que os haya parecido un tema interesante y que os animéis a comentar otros ejemplos de relaciones sanas.

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