Coherencia del YO

Nosotros siempre vamos a buscar ser coherentes con nuestro Yo a través de lo que decimos y hacemos.

Vamos a buscar dicha coherencia para demostrar que somos fieles a nosotros mismos y que seguimos un patrón organizado de pensamiento.

Por ello, y sin quererlo, muchas veces decimos que somos cosas que en realidad no, con el fin de mantener dicha coherencia. Esto es debido a que pensamos que ciertas actitudes que en realidad no tenemos son coherentes con nuestra percepción del yo.

Esto ocurre por ejemplo, cuando eres una persona tímida en las relaciones sociales porque percibes que no eres buena en ese ámbito y extiendes esa timidez a otros ámbitos que no son las relaciones sociales como puede ser una exposición en clase. Puesto que la creencia es que si eres una persona tímida te cuesta hablar en publico. De esta manera tus creencias del yo hacen que seas peor a la hora de hablar en público, cuando esto antes no suponía un problema para ti.

Además en otras ocasiones intentamos justificar nuestros actos incoherentes con nuestra percepción del yo para sentirnos mejor con nosotros mismos.

Un ejemplo de esto puede ser cuando defendemos el ecologismo y compramos en tiendas de “Fast Fashion” porque son más baratas que las de consumo responsable alegando que “No tenemos dinero”.

De esta manera seguimos manteniendo nuestra coherencia y protegemos nuestra imagen del yo.

Esto puede ser el causante de numerosas patologías ya que no ser coherentes con nosotros mismos puede generarlos ansiedad y estrés por lograr nuestros objetivos.

Ya que si consideramos que somos una persona competente y responsable tenemos que demostrar que en realidad lo somos. Si no conseguimos nuestro objetivo echaremos la culpa a factores externos para proteger dicha autoestima e imagen del yo.

De esta manera, creer que mantenemos cierta coherencia puede convertirse en un factor protector de nuestra autoestima, y por tanto, de nuestro yo.