“Dejémonos llevar”

“Cold reading” Leer personas en vez de libros. Parte II

Lucía MS
Psicología del Lenguaje — ugr

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Quiero contaros una vivencia personal que me ha hecho replantearme cosas en diferentes ocasiones… ¿Alguna vez os habéis sentido manipulados por vuestra pareja, amigos o algún familiar? Porque yo sí, y ¿Sabéis qué? Hablando en clase con mis compañeros me dí cuenta de que era algo muy habitual, que a veces nos dejamos llevar por lo que quiere la otra persona sin resistencia alguna. Es más, nosotros mismos lo hacemos a veces con esa intención, y otras, sin apenas darnos cuenta de lo que conseguimos de las otras personas. Si al final nos dejamos llevar porque queremos, bien, el problema viene, cuando la otra persona consigue algo de tí, que no quieres dar o ceder, pero ese no es nuestro objetivo, sino más bien lo contrario.

Y con todo ésto, ¿a qué me quiero referir? Pues bien, el “cold reading” podríamos decir que consiste en hacer creer a la persona que se le hace la lectura, que sabemos cosas sobre ella sin conocerla. Como ya sabemos, en realidad no las sabemos, pero el objetivo es que cada afirmación que le demos la acepte como suya sin resistencia. Pero, para conseguir ésto hace falta una preparación exhaustiva del lector en frío.

Empecemos con el término RESISTENCIA, un ejemplo muy claro es cuando un mal vendedor intenta vendernos algo, nosotros aunque no lo digamos en voz alta, ya tenemos un “No” en nuestro pensamiento y poco puede decir a favor del producto si yo ya estoy encasillada en ese “No”. Ésto es lo que pasa si un lector en frío adopta un rol desafiante o desagradable, entre otros.

Para poder guiar la lectura en frío hacia donde nos interese, debemos de evitar por todos los medios la resistencia de la persona a la que le estamos haciendo la lectura. Porque sino, digamos lo que digamos, no va a funcionar.

Sabemos que siendo simpáticos y manteniendo buena relación con la persona es más fácil que la otra persona no se resista, al no ver amenaza alguna contra ella.

Con lo visto hasta ahora, decidimos practicar unos ejercicios para entrenar la habilidad de relación, es decir, evitar la resistencia del otro. Toda ésta información ha sido extraída del Libro “Hypnosis For Beginners” de Dylan Morgan, concretamente del Capitulo 8. Los ejercicios se realizan en parejas y consistían en:

  • En el primero, debíamos de hacer tantas afirmaciones (no preguntas) como sea posible de carácter no personal en general sin obtener una respuesta de “no”. El compañero responde simplemente con un simple “sí” o “no” o con un movimiento de cabeza. Aquí, surgieron afirmaciones del tipo: “En ésta clase hace mucha calor”, “la mayoría llevan vaqueros”… Ves la idea: estás haciendo declaraciones, generalmente sobre hechos actuales, con los que la otra persona no puede realmente estar en desacuerdo. Nos dimos por satisfechos al dar diez de estas declaraciones seguidas sin obtener una respuesta negativa de la otra persona. Éstas afirmaciones parecen fáciles, pero conforme va aumentando el número, te vas quedando sin ideas.
  • El segundo, consiste en ver cuántas afirmaciones puedes decir sobre ti mismo, sin obtener una respuesta negativa del compañero. Una respuesta negativa significa no solo un desacuerdo sobre el hecho, sino, quizás lo más importante, una respuesta que contenga irritación, molestia, impaciencia… Aquí, vimos que lo mejor era ser modesto, para evitar rechazo y que las afirmaciones que más funcionan son las que nos hablan de sentimientos o estados propios y las relacionadas al contexto. Por ejemplo, “hoy me siento desanimado”, “tengo calor” o “llevo un pantalón azul”. En éste ejercicio aprendimos a describirnos de forma que fuéramos agradables para la otra persona, evitando comentarios como: “Tengo el mejor coche de toda la facultad”.
  • En el tercero debíamos decir afirmaciones de uno de nuestros compañeros y él, respondernos si sí o no son ciertas. Ésta es la parte más complicada, pero donde más se aprende. Comenzamos con afirmaciones evidentes como que sentía calor (por sus mangas remangadas y la temperatura del aula), hasta llegar a sus sentimientos y forma de ser.

En el tercero, vimos que las afirmaciones en negativo, no funcionan. Por ejemplo: “No te suele preocupar el aspecto”, ya que la respuesta si la afirmación es cierta, será un no. Y a su vez con ésto, nos dimos cuenta de la importancia de la estructura de la oración. La anterior podríamos hacerla sencillamente como, “Te sueles preocupar poco por tu aspecto”.

Por último, quiero resaltar que todas las personas suelen pensar que son buenas, por lo que si a cualquier desconocido o amigo le dices: “En general, la gente piensa que eres una buena persona” La mayoría de ellos te dirán sin dudar; “SÍ”. De hecho, lo hemos practicado con muchas personas que nos hemos ido cruzando y funciona.

PD: De otros pensamientos, preocupaciones y miedos comunes, ¡hablaremos en la siguiente parte de nuestra historia!! Os esperamos.

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