“Cold reading”. Pasos básicos para hacer una buena lectura.

Lucía MS
Psicología del Lenguaje — ugr
4 min readDec 18, 2018
Vidente

¿Quieres aprender a ser un auténtico vidente? ¿Quieres sorprender a alguien haciendo una lectura de sus miedos, personalidad, preocupaciones, inseguridades, etc? O quizás, simplemente te apetece jugar a conocer a desconocidos.

Hay mucha gente que se dedica a ésto, desde los típicos “videntes”, “brujas” o “maestros africanos” hasta los niveles más profesionales tipo “mentalistas”.

Pero a nosotros, no nos interesa el “Cómo engañar a la gente para sacar un beneficio económico” sino más bien el “Cómo sorprender a una persona desconocida jugando a descifrar su personalidad, preocupaciones, sentimientos, etc.”

Para que todos aprendamos, quiero hacer un resumen sobre todo lo visto hasta ahora, de la forma más clara posible.

Pasos a seguir:

  1. Hacer que la persona sienta que lo que va a ocurrir a continuación es algo personal, propio de ella y basado en ella únicamente. Y que ha sido elegida por algo especial de ella, no por simple azar.

Para ello, nos acercamos a la persona y le comentamos lo que queremos hacer. Con la idea de que piense que la hemos elegido a ella y no al contrario. Es más, en algún caso en el que nos hemos dirigido a un grupo donde hay más de una persona, lo ideal, es elegir a uno entre los que se ofrezcan, y no, que salga un único voluntario.

Por otro lado, para hacer más personal la lectura, utilizamos diversos tipos de herramientas en el inicio. Por ejemplo, pedimos a la persona que nos escriba algo en una hoja de papel. O incluso, que nos acerque la mano o haga diferentes cosas con ella. Esto son sólo ejemplos, aquí la imaginación es crucial.

2. Observando su mano/hoja escrita, empezar con las frases prediseñadas que la mayoría de personas las representan como propias de ella.

3. Atentamente observar, analizar y guardar en nuestra memoria todos los datos que nos aporten información de la persona.

Cosas básicas, pero importantes que podemos observar son el tipo de ropa, lo arreglad@ que va, su edad aproximada, si lleva anillo, pulsera o colgante que nos pueda dar algún nombre o dato (casad@, soltero, divorciado, con posibles hijos…), e incluso, el estado de sus manos, ojeras… Todo ésto puede darnos datos o pistas de en qué cosas tenemos más probabilidad de acertar y en cuales menos.

Después, debemos de retener también toda la información verbal o no verbal que nos proporciona la persona, al responder las afirmaciones prediseñadas. Esto puede ser desde comentarios como “sí, mi hermano” (¡Ya sabemos que tiene un hermano!), hasta caras o gestos de afirmación a lo que le decimos o al revés, caras de desagrado o de “no estás acertando nada” (ya sabemos, por dónde no seguir).

4. Más adelante, y de la forma más distanciada posible, ir haciendo preguntas o afirmaciones un poco menos generales sobre las cosas que hemos retenido anteriormente. Y seguir, hasta que veamos conveniente.

Hay personas que se abren muchísimo sin darse cuenta, lo que hace que podamos profundizar más y más. Esto también hace, que al aumentar la credibilidad de la persona sobre lo que estás haciendo, estará más abierta a reconocer diferentes afirmaciones como propias, buscando cualquier evento que confirme esto.

Aunque hay otras personas que no se abren nada, esto puede deberse a diferentes razones:

  • La persona tiene gran resistencia hacia lo que dices o incluso hacia ti. Digamos que se ha cerrado y digas lo que digas, lo va a ver muy superfluo, nunca como propio. E incluso no se reconocerá en la mayoría de las afirmaciones. Esto a su vez, puede deberse a que no hayas comenzado bien, por ejemplo, que hayas sido atacante o crítico con las afirmaciones que has dicho o te han respondido. La idea es ser respetuoso, agradable y plantearlo en todo momento como algo para pasarlo bien, para así, evitar la resistencia de la persona. Para saber más de la resistencia, podéis leer “Cold reading” Leer personas en vez de libros. Parte II.
  • El contexto no es el adecuado. Hay situaciones que es imposible que la persona se centre en lo que decimos. También hay que tener en cuenta que no conocemos su estado de ánimo en ese momento, lo que puede afectar.

5. No tener miedo a fallar, es un juego, si fallas bien, ya que también te aporta información y si aciertas, mejor.

6. ¡Atreverse a probar!

Un saludo a todos, el jueves nos veremos en clase para practicar y hablar de todo lo que nos parezca a todos interesante.

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