Como conclusión, cannabis y asperger.

Al final de este camino, lleno de rocas y serpientes, he denotado que la personalidad más flamante se puede ver derrocada por la simple negación.
Quiero decir que, por mucho empeño que se ponga en la tarea, uno deberá mantener los pies en el suelo y la cabeza bien alta, siendo reflexivo y cuestionando todo aquello que hace, no perteneciendo a la inercia de lo que el cuerpo te pida por bueno que sea. Más allá de todas las terapias, en mi caso la Dialéctico Conductual, cabe enmarcar a P. en el cuadro en el que se ubica: una personalidad única imbuida por su adicción, bajo la protección maternal y de su síndrome que necesitará, además de su voluntad, una colaboración por parte de todos los familiares y amigos.
La recaída es inminente y no se logra nada castigando o ignorando a la persona, sino a través de la puesta en marcha de nuevas herramientas y métodos, esperanzados siempre en que de un momento a otro, él abrirá los ojos a lo que le rodea sin aferrarse a ese clavo ardiendo que lo está consumiendo y consumirá, si lo sigue controlando como hasta ahora, a todos los que le rodean.