Compartiendo arte
Hoy quiero compartir con vosotros una parte de mí que siempre he apreciado mucho. Se trata de mi arte, mis poemas, y vengo a desglosarlos.
Antes de compartirlos me gustaría especificar que en los últimos años me he decantado por el verso libre y la prosa literaria, por lo que no hace falta que os molestéis midiéndolos métricamente o buscándoles un tipo de estructura concreta porque no la vais a encontrar.
“Sin título 1”
Algunas tormentas
no llevan lluvia,
algunos huracanes
ni siquiera suenan,
y algunas cenizas
queman más que el fuego.
Arder en el insomnio
no se cura fácilmente,
cuando el alma se calienta
ya el diluvio no consuela.
Con los ojos bien abiertos
ves más claras las cuchillas,
y con el corazón algo más fresco,
la vida más sencilla.
Análisis:
Este poema lo escribí con 15 años en mitad de una clase. El tema que me inspiró a escribirlo fue el desamor con un compañero de instituto.
“Algunas tormentas no llevan lluvia, algunos huracanes ni siquiera suenan” es una metáfora que significa que algunos momentos duros que pasamos no tienen por qué incluir lágrimas (estado de ánimo apático) y ni siquiera tienen por qué saltar a la vista ya que quien sufre puede no querer mostrarlo. “Algunas cenizas queman más que el fuego” es una metáfora que compara las cenizas con los recuerdos y el fuego con el “presente” del propio recuerdo. “Arder en el insomnio no se cura fácilmente” hace referencia a que no es fácil salir del insomnio una vez dentro. “Cuando el alma se calienta ya el diluvio no consuela” quiere decir que cuando nos sentimos tremendamente destrozados ya ni las lágrimas nos consuelan. “Con los ojos bien abiertos ves más claras las cuchillas” en este caso “cuchillas” es una metáfora intercambiable por deslealtad. “Con el corazón algo más fresco, la vida más sencilla” aquí el corazón fresco hace referencia a la “frialdad emocional”, a no implicarse profundamente en relaciones sentimentales.
“Sin título 2”
A veces el tiempo
se nos clava en el pecho
y otras veces somos nosotros
los que matamos el tiempo.
He probado a qué sabe la vida
y es por eso
que me da miedo
dejar de saborearla.
Para cuando me preguntan
por qué tengo tanta prisa
por salir ahí fuera
yo les respondo que tengo prisa
por vivir.
Tengo en mi cuerpo
la energía del planeta
y la fuerza de los mares,
y exploto
si no exploro,
si no descubro.
Y es que ahí fuera
hay quien dice vivir en el tiempo,
pero yo creo que es el tiempo
el que vive en mí.
Por eso lo alimento,
y lo entretengo,
porque sé que de no hacerlo
(como yo misma)
tiende a huir.
Análisis:
Este poema lo escribí con 17 años empezando la etapa universitaria. El tema central es el paso del tiempo y la búsqueda de nuevas experiencias.
El primer párrafo (hasta “el tiempo”) habla de la ironía que supone lo diferente que percibimos el tiempo según lo que estemos haciendo o según tengamos o no algo pendiente -a veces se nos echa encima y otras nos sobra-. El segundo párrafo (desde “He probado” hasta “por vivir”) habla sobre la euforia e intensidad con la que había vivido muchos momentos, y el miedo a dejar de hacerlo. El tercer párrafo (desde “Tengo en mi cuerpo” hasta “si no descubro”) es bastante explícito, y reivindica la idea de búsqueda de experiencias. El último párrafo, conforme a la idea expuesta en el primero (lo diferente que podemos percibir un mismo tiempo), expone que es el tiempo vive en mí, es decir, pone al protagonista en el centro de atención y le reconoce la capacidad que tiene para controlar el tiempo (percibimos el tiempo de forma diferente según lo que hagamos con él), “por eso lo alimento y lo entretengo” trata de explicar que como soy yo la que tiene el control sobre el tiempo, quiero hacer con él lo que me divierta y me llene, “porque sé que de no hacerlo (como yo misma) tiende a huir”, porque si no aprovecho el tiempo haciendo lo que me gusta, lo desperdicio, y el tiempo, por mucho que nos parezca relativo en cuanto a su transcurrir, no vuelve. La comparación final entre el tiempo y mi persona hace referencia a que ambos tendemos a huir ante la monotonía (yo huyo en busca de nuevas experiencias y sensaciones y el tiempo huye puesto que no puede regresar).
“Entre la espada y el padr(é)”
Me has querido vendar los ojos
por no destapar tu ignorancia;
me has querido manejar los antojos
a tu gusto y semejanza.
Has querido reprimir mis emociones,
y esconderme en una coraza
donde la luna y esperanza
ni me guía ni me alcanza.
Has querido vender la imagen
de un hijo perfecto,
pero no feliz.
Y has buscado que mi mundo fuera
aparentemente mío,
pero para ti.
Tanto amor tenías para darme
que construiste una ruta para mi,
con un sendero superficialmente brillante
en el que no había espacio para huir.
Y todo para que cada día
al despertarme,
de mi armario eligiera
vestirme con tu máscara de prejuicios.
Análisis:
Este poema lo escribí con 18 años por una propuesta para dar visibilidad LGTBQ+ y ofrecer un espacio seguro para la gente reprimida del colectivo. El tema central es la represión de un padre hacia su hijo.
El título “Entre la espada y el padr(é)” es una alusión a la expresión “entre la espada y la pared”. Esta última se utiliza para referirse a situaciones de aprieto donde una persona está obligada a decidirse por una de dos opciones opuestas sin escapatoria. En el título la palabra padre se sustituye por pared proponiendo al padre como una de las dos opciones entre las que el hijo debe elegir. Los tres primeros párrafos tratan acerca de las imposiciones que pone un padre a su hijo para intentar guiarlo “por el buen camino”. El último párrafo (desde “Y todo para que cada día” hasta “vestirme con tu máscara de prejuicios”) indica que esas imposiciones (o “indicaciones”) no son más que un reflejo de los prejuicios del padre hacia todo aquello que escapa a su idea de “perfección” (incluidos los prejuicios hacia el colectivo LGTBQ+).
Para terminar me gustaría compartir un poema más y que esta vez seáis vosotros en los comentarios quienes le deis vuestra propia interpretación. ¿Qué os sugiere este poema?
“El retorno del poeta a casa”
Vuelven dolor y lápiz
en forma de obra abatida,
rellenando sobre lienzo
el vacío que refleja el espejo
de aquel que mira
y no se encuentra.
Vuelven intranquilidad y angustia
en forma de insomnio pasajero,
para advertir a las rosas de enero
que las flores que han echado
se están regando
con agua envenenada.
Vuelven agujas e hilo
en forma de nudo mal atado,
permitiendo a las heridas del pasado
apertura hacia el fracaso
por todos los problemas
no resueltos.
Agua y sal sobre el ojo,
el corazón encogido,
y la pena como cerrojo
al daño recogido.
¡Si tenéis algún poema, historia o reflexión que queráis compartir este es vuestro momento! Gracias por llegar hasta aquí, os leo en comentarios.